martes, 25 de abril de 2023

DE LA ORGANIZACIÓN AL CAOS, ¿EL ABISMO ABIERTO PARA LA IA?

 Buscando nuevos argumentos sobre el fundamento de la organización del pensamiento y la IA, traemos un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez, bajo el título: De la organización al caos: ¿El abismo abierto para IA?



DE LA ORGANIZACIÓN AL CAOS,

¿EL ABISMO ABIERTO PARA LA IA?


 

De la organización al caos: ¿El abismo abierto para IA?, Francisco Acuyo





Que un organismo de organismos como es el ser humano y su centro neurálgico de reconocimiento del mundo y de sí mismo como es el cerebro, se resista a los argumentos reduccionistas de la IA, puede argumentarse, entre otras razones, porque dicho organismo es el resultado de un proceso evolutivo altamente complejo que viene a suceder en muy diferentes niveles no establecidos previamente, como sí sucede con el algoritmo diseñado para la codificación mecánica de sus funciones, el cual, además, puede ser sometido a ingeniería inversa[1]. Los organismos están estrechamente vinculados a su entorno sin plan previo y de manera aleatoria. Esto sin contar con que estos organismos están en contante modificación en virtud de que todo lo que acontece para el cambio se sucede fuera del mismo. Resulta, además, que la entidad orgánica es imposible de dividir o separar de la propia información que la modifica, a diferencia del hadware-sofware de la máquina de computación.

De la organización al caos: ¿El abismo abierto para IA?, Francisco Acuyo
                Es necesario que, desde una óptica estrictamente lógica, clarifiquemos también unas diferencias extraordinariamente importantes como el de la impredecibilidad e irreversibilidad del organismo, que se verá enfrentado a la aleatoriedad de lo que suceda en su entorno. Así lo habría de advertir Kurt Gödel con su teorema de la incompletitud.[2] Se infiere que el pensamiento, emociones, afectos etc… que componen la actividad de la conciencia humana no pueden reducirse a sistemas digitales algorítmicos. Así pues, son variados y contundentes los argumentos lógico matemáticos en sistemas naturales que son dinámicos, no lineales y que puedan ser o no caóticos,[3] frente a los mecánicos computacionales.

                Es, también, constatable que los sistemas dinámicos complejos[4] no pueden reducirse en conjuntos de ecuaciones diferenciales simples que llevarían a magnitudes infinitas (Henri Poincaré)[5], amén de que estos sistemas son muy sensibles a las condiciones iniciales y, por tanto, sujetos a la impredecibilidad y el caos.

                No obstante, de todos estos argumentos, prevalece una idea entre no pocos científicos que, como ya vimos en anteriores post y veremos en los siguientes, puede resultar, cuando menos, contradictoria en relación a todo lo anteriormente expuesto, a saber, el concepto de información prevalece como fundamento del mundo, desplazando la dimensión física amparada por la materia y su derivado la energía. Las matemáticas y la lógica, como productos mentales, son la génesis, si no del mundo, sí de lo que podemos entender y acercar del mismo, esto incluye a la vida, necesariamente extrayendo para este fin la posibilidad de una computación analógica. Era inevitable que, al fin, tuviera que aparecer una serie de terminologías que, o bien trascienden el ámbito significativo de lo retórico, o bien están mal utilizadas para la ocasión, es el caso del denominado ordenador orgánico, frente al comúnmente reconocido como computador digital. Sobre esto y otras aproximaciones daremos cuenta en la próxima entrada del blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo



[1] Nicolelis, M.: ob. cit. pág. 148.
[2] Decía Gödel: …mis teoremas solo demuestran que la mecanización de las matemáticas, es decir, la eliminación de la mente y de las entidades abstractas, es imposible si queremos establecer un fundamento claro.
[3] Otro ejemplo podría ser el problema de la parada (No existe un algoritmo que pueda predecir si un programa informático seguirá funcionando perpetuamente), descrito por Hilbert, o por las apreciaciones del propio Turing en relación a su máquina Oráculo, capaz de reaccionar a lo que no se pueda acceder mecánicamente, de la cual llegaba a afirmar que no podía tener las características de una máquina (por lo que no se podría construir), y en consecuencia cualquier ordenador será limitado en relación a lo que puede acceder y responder un cerebro humano.
[4] Esta misma dirección argumentativa era expuesta en el ámbito de la organización estructural métrica en el discurso poético (Acuyo, F.: de la proporción en lo diverso, Universidad de Granada, 2007.
[5] Poincaré las denominaría funciones integrables.




De la organización al caos: ¿El abismo abierto para IA?, Francisco Acuyo


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