Proseguimos con la temática de la información y el concepto de la nada, con un nuevo post para la sección, Ciencia, del blog Ancile, y que lleva por título: La nada y su potencia creativa: La entropía o el caos, padres de toda creación.
LA NADA Y SU POTENCIA
CREATIVA:
LA ENTROPÍA O EL
CAOS, PADRES DE TODA CREACIÓN
Cerrábamos el post anterior de esta sección reflexionando sobre el
concepto y supuesta sustancialidad de la nada. Recordamos que exponíamos sobre
la cuestión de si esta es susceptible de aportar alguna forma de información, sobre
todo si esta era referida a algo que en un momento determinado existía
materialmente y que al desaparecer (recuerden nuestras referencias a los
agujeros negros y la información que se supone que no perdían incluso después
de su disolución),[1] y viene a sugerirnos el concepto (enigmático)
de lo que no es, o lo que es lo mismo, de la nada, en relación al concepto y
realidad material de la información. La idea de información viene de nuevo a
redundar en la búsqueda de una definición científica y supuestamente
incontrovertible de esta. La información como agente activo que integra el
mundo material es una idea relativamente reciente (años cuarenta a cincuenta
del pasado siglo XX) y que integra los elementos y fenómenos materiales y
energéticos. Sería pues con la llegada de los grandes descubrimientos de la
electrónica (que conllevaría después a la
revolución informática) que la información adquiere carta de naturaleza propia,
tal como la física o la química en su momento hicieran, deduciéndose de ella un
carácter universal.
Su
relación con la cuestión de la nada, vendría sugerida por la ya vieja pregunta
de ¿por qué existe algo en lugar de nada? –Leibniz, ya lo decíamos
anteriormente, se hacía idéntica interrogante a la que respondía de manera muy
sugerente, y que remitos a anteriores entradas-[2],
y que Claude Shannon acabará por probar, a través de la teoría de la
información, de manera muy el algo que supone la información puede
persistir así mismo como algo en
medio de la nada (entendida esta como desorden, azar, caos y ruido) y que tenía
un estrecho vínculo con la entropía, en tanto que esta será el nudo que enlaza
la información y la energía, infiriéndose que esa extraordinaria ¿ máquina? receptora
e intérprete del mundo, el cerebro sea, además, un decodificador ideal de esa
información asociada a la energía.
Una
relación no menos fascinante entre la información y la nada puede inferirse
(reconozco que no sin un grado de imaginación considerable) entre el
significado y la simbología de algunos signos que la representan. Véase el caso
extraordinario de el cero, como la nada matemática (en la india, en Grecia
existía una repulsión natural a los conceptos de nada o de vacío, recordamos).
El cero –sunya hindú- o la nada –o el
vacío- se entiende como potencial creativo de que cualquier cosa podía
producirse. De hecho se deriva de él nociones varias y sustanciales como
espacio y no-ser, de los cuales
pueden colegirse asociaciones creativas variadísimas que no tendrían
necesariamente que guardar la correspondencia lógico-formal exigible en primera
instancia, poniendo de relieve un grado de libertad total para la elaboración
de dichas asociaciones. Una de las deducciones más fascinantes de esta visión
oriental de la nada, es que sitúa el no-ser en el mismo grado de igualdad que
el ser.
En
este punto de nuestras exposiciones, creo que no estaría nada mal comenzar a
emparentar analógicamente la universalidad de la información con el sistema
(universal sin duda) del recuento matemático, en tanto que es así mismo un
reconocido lenguaje no menos universal). No en vano el número (o números) que
lo conforma(n) será mediante el que compilamos información; no en vano el mismo
DIrac[3]
percibiría que: Un lugar no es nada: ni
siquiera espacio, a menos que en su corazón haya una cifra, y el despliegue simbólico que esta conlleva.
De estas cifras el cero será que la sin duda, simbólicamente, diríase tomar
directrices propias ajenas a cualquier ley lógica formal, y desde luego la que acabará
ofreciendo una peliaguda y no poco controvertida polémica relación con la
noción de infinito, si es que los ceros son sustancialmente o físicamente
manifiestos, de hecho
buena parte de los científicos no lo creen, pero puede
que la teoría de la información nos dé una perspectiva bien diferente, de hecho
en física (cosmológica) no parece del todo claro que no pueda existir un
infinito físico.
La
nada y el hecho creativo mantienen también un vínculo nada desdeñable, si
reconocemos que crear lo nuevo a través de lo viejo no puede ser, sobre todo en
un mundo como el nuestro, en el que todo
es necesario y nada es incierto.[4]
De hecho el mismo Norbert Wiener (padre
de la cibernética, y otro pilar fundamental de la teoría de la información,
creía que de ningún modo podríamos tener conocimiento cierto de lo que acontece en ningún
lugar del mundo, mientras lo observa. Se pone en duda, pues cualquier clase de determinismo abriéndose a la incertidumbre y a las potencialidades
del cero, de la nada o del vacío, que son las que abren la puerta a lo
verdaderamente creativo.
Todo
lo anteriormente expuesto nos lleva a una consideración hipotética del todo
legitima que emparenta la nada potencial y su entropía como algo que no podemos
estimar definitivamente, y por tanto como algo objetivo, es decir sustancial o
físicamente real por sí sola. En la teoría de la información se infiere que
esta, la información, es ambas cosas: incluso como eje vertebrador de la mente
y la materia[5]. Dicho
esto, volvemos a nuestra anterior y ya vieja interrogante: ¿La nada puede
contener información? O, ¿si la contiene,
deja la nada de ser nada, para ser algo? Trataremos de responder a estas y
otras interrogantes en nuevas entradas del blog Ancile.
Francisco Acuyo
[1] Acuyo,
F.: Ancile, De la muerte o la paradoja
de la información, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2018/09/de-la-muerte-o-la-paradoja-de-la.html
La muerte de la información y los límites del lenguaje, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2018/09/la-muerte-de-la-informacion-y-los.html
De la nada y sus límites, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2018/09/la-muerte-de-la-informacion-y-los.html
[2] Ibidem
[3] Dirac,
P.: Ingeniero, físico y matemático que ocupó la Cátedra Lucasiana de matemáticas
en Cambridge y uno de los exponentes más relevantes en el ámbito de la física
atómica y la mecánica y electrodinámica cuántica.
[4] Campbell,
J.: Op. Cit. p.31
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