viernes, 10 de marzo de 2023

SIGNIFICADOS DE LA SENSACIÓN Y LA INTUICIÓN DE LA REALIDAD

 Como mi fascinación y curiosidad no cesan entorno a cuestiones tan cruciales para el ser y el conocer humanos, como son el lenguaje y sus relaciones potenciales con la realidad, no les extrañe que acabe por materializarse en esta nueva entrada para la sección de Ciencia del blog  Ancile, entrada que lleva por título: Significados de la sensación y la intuición de la realidad.



SIGNIFICADOS DE LA SENSACIÓN

 Y LA INTUICIÓN DE LA REALIDAD



 

Significados de la sensación y la intuición de la realidad. Francisco Acuyo


 

Decíamos en la anterior entrada que el positivismo lógico y la ciencia empírica se ven inmersas en una disyuntiva ontológica nada fácil de solucionar sobre la realidad. Hay una ramificación -trimembre- de opiniones sobre la génesis y naturaleza de lo que consideramos realidad: una, que la realidad es producto del dualismo mente y materia; otra, la que postula que es estrictamente material (la más aceptada en este ámbito disciplinar científico) o, acaso, la más extrema, que la realidad sea un producto puramente ideal o de la conciencia.

                El problema epistemológico es serio. Debemos considerar hasta qué punto la ontología y la epistemología interrelacionan y codeterminan nuestro entendimiento, pues nos advierten de algo muy digno de considerar:  hasta qué punto el saber se convierte en ser.[1] El significado extraíble de estas consideraciones no es menos importante. Si la manera de acceder a la realidad es, o puede ser, la sensación, tendremos que estar atentos al significado de los diferentes tonos de este conocimiento sensorial; lo mismo sucede si tomamos a la intuición como otra forma de conocimiento claro e inmediato no estrictamente racional.

                Intuimos y sentimos el mundo. Mas ¿cómo adquiere significado este ser y conocer del mismo? Como poeta, siempre intuí y sentí el poema en relación con un universo cargado de vida, de dinamismo e incluso de conciencia y por tanto de significado, y esto porque colegí que el mundo y yo mismo era(mos) y son(mos) una organización viva que está en interrelación continua. Esta apreciación, para la ciencia, no pasa de ser una mera licencia poética. Al menos hasta hace muy poco.

Significados de la sensación y la intuición de la realidad. Francisco Acuyo
                El poeta, cosa que he podido constatar también en otros artistas de la palabra, no le importa demasiado el cómo ni el qué puede conocer en virtud de la razón o la experiencia sensorial, lo que en verdad le interesa es la creación per se, porque entiende, acaso intuitivamente, que esta no está separada del proceso de creación del mundo, y que, a través de este proceso interrelacional se puede conocer la realidad siempre provisional de este, y que todo ello toma forma y consistencia a través de este
proceso particularmente acontecido.

                A partir de aquí, para el poeta (no para el lingüista), la relación entre sonido (experiencia sensoria) y significado no es aleatoria, como tampoco será arbitraria la imagen o cualquier otra apreciación experimental de los sentidos transformada, interpretada o potenciada expresivamente por las herramientas que le son útiles para este propósito expresivo, a saber: la métrica, las figuras retóricas o el uso gramatical especial de la lengua y, por supuesto, la representación simbólica. Por eso, para el poeta, lo mismo que para el sinésteta, la abstracción de, por ejemplo, la emoción del dolor o el amor, no puede erradicarse de su sustrato sensorial, el cual, por cierto, tiene una singularidad específica: no existe una separación rigurosa de los sentidos. Para el poeta todos los sentidos son uno sólo[2]. Esta sinestesia apreciativa del sentido nos habla de la poesía como una forma de comunicación más antigua que la del lenguaje común normativizado, porque todo está en proceso de comunicación directa con la inteligencia o conciencia viva del mundo.

                Los códigos y mecanismos lingüísticos para la comunicación del lenguaje normativo son distintos, si anclados en su necesario principio de economía y claridad; en contraste, el poético, ofrece rasgos semióticos y lingüísticos diferenciadores que pueden calificarse como extraordinariamente profundos en su complejidad, porque, lo abstracto y lo sensorial conviven naturalmente, y donde el significante y el significado, no están tan claramente separados por el proceso de abstracción lingüístico normativo. El supuesto uso desviado[3] del lenguaje poético debe razonarse también desde esta otra óptica, un paso más allá de la reconocida función poética (estética), pues se fundamenta en la apreciación del ser en la belleza y la verdad que muestra y encierra el verdadero poema. El saber se convierte en ser, decíamos, y la ontología y la epistemología armonizan acaso extrañamente, sobre todo si queremos aprehenderlos racional o científicamente.

                No debe extrañarnos que los códigos y la lengua, en poesía, convivan en función de ser la lengua poética la que los comunica, pero donde los significantes y los significados se invocan como en una suerte de lengua primitiva, donde lo perceptible, así mismo, se invoca para mostrar una manra de conciencia compartida con lo que nos rodea y conforma el mundo. Es un diálogo natural que acaso hemos perdido en la modernidad, y que en cierto modo trata de recuperar o actualizar el lenguaje poético. El uso meramente referencial e informativo de la lengua, así como la función fática o relacional, en poesía se manifiestan no solo entre el emisor y un receptor concreto, sino que se abre a una recepción y comunicación universal, en tanto que el poeta dialoga con el mundo, un mundo vivo, dinámico y también consciente.

                Indagaremos más adelante sobre estas cuestiones tan sugerentes sobre el diálogo de la lengua (poética) y el mundo, y de las manifestaciones fenomenológicas que estudian ámbitos de la ciencia y que no pueden extraer significados claros, esto será en próximas entradas de blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo

 



[1] De Quicey, C. de: ob. cit. pág. 220

[2] Acuyo, F.: ob. cit.

[3] Jakobson, R.: Ensayos de lingüística general, Seix Barral, Barcelona, 1981.


Significados de la sensación y la intuición de la realidad. Francisco Acuyo


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