Del célebre soneto quinto de nuestro amado y siempre excelso Garcilaso de la Vega, ofrecemos el poema y su correspondiente análisis métrico. Con este poema y el siguiente que ya anunciamos, dedicado al maestro indiscutible del soneto en lengua española, D. Luis de Góngora, cerraremos esta sección dedicada al verso endecasílabo.
GARCILASO DE LAVEGA
SONETO 5
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escrebistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
Esquema métrico:
Escrito está en mi alma // vuestro gesto,
–––––2ª—4ª—–—6ª———(8ª)—-10ª
y cuanto yo escribir de vos deseo;
––––2ª—4ª———6ª——8ª—10ª
vos sola lo escrebistes, // yo lo leo
(1ª)––2ª–––––––6ª———8ª—10ª
tan solo, // que aun de vos me guardo en esto.
––––2ª–––––––4ª——-6ª———8ª——10ª
En esto estoy y estaré // siempre puesto;
—––(2ª)–––4ª———7ª–––(8ª)——10ª
que aunque no cabe en mí // cuanto en vos veo,
(1)ª—————-4ª—————6ª-(7ª)—–(9ª)-10ª
de tanto bien lo que no entiendo creo,
2ª——4ª——————8ª—10ª
tomando ya la fe // por presupuesto.
——2ª—4ª—6ª——————10ª
Yo no nací // sino para quereros;
(1ª)—–––-4ª—————––—10ª
mi alma os ha cortado a su medida;
––––2ª——4ª——6ª————10ª
por hábito del alma misma os quiero.
––––2ª––––—6ª———–––––—10ª
Cuanto tengo confieso yo deberos;
(1ª)—-3ª———6ª——8ª—10ª
por vos nací, // por vos tengo la vida,
––––2ª—4ª———6ª—(7ª)——10ª
por vos he de morir // y por vos muero.
—2ª—-(3)ª——-6ª————(9ª)-10ª
LA RELACIÓN DE VERSOS endecasílabos que conforman el siguiente poema establece un soneto cuya estructura versal y de rima es la siguiente: catorce versos (arte mayor) endecasílabos con rima consonante que obedece a la distribución de dos cuartetos con rimas ABBA ABBA y dos tercetos con rimas CDE CDE.
Verso primero: endecasílabo con ritmo binario y cláusulas yámbicas y acentuación rítmica o de equilibrio en 2ª, 4ª, 6ª y 10ª sílabas: Escrito está en mi alma vuestro gesto; a maiori, heroico o de cadencia en 6+4. No se hace sinalefa en la sílaba sexta con la palabra mi__alma; fluye de esta manera en perfecto equilibrio y dinamismo el endecasílabo en su cláusula yámbica hacia su consecución expresiva. Distinguimos el acento de incitación en vuestro (según Navarro Tomás, no se acentúa, véase el antecedente poema y primer verso) que garantiza el flujo del ritmo binario (yámbico) en toda la extensión del verso y la perceptibilidad y congruencia del ideal descrito rítmicamente —en el gesto ideal de la amada— por el poeta. Cesura en 6ª sílaba.
Verso segundo: mantiene el mismo equilibrio y gracia rítmica y de dicción conceptual del verso anterior en base al mismo tipo de ritmo binario (cláusula yámbica típica del endecasílabo): y cuanto yo escribir de vos deseo; con acentos 2ª, 4ª, 6ª, 8ª y 10ª; también verso endecasílabo a maiori (yámbico); culmina, en fin, las intenciones del poeta aducidas en el primer verso. Se hace sinalefa sin ningún problema en yo_escribir, y se mantiene el movimiento equilibrado y plenamente cadencioso del verso y principio de la estrofa.
Verso tercero: endecasílabo a maiori nuevamente (6ª y 10ª sílabas) con acento en 2ª que hace mantener el ritmo binario yámbico del verso): vos sola lo escrebistes, yo lo leo. Sinalefa en lo_escrebistes que mantiene el flujo del ritmo dinámicamente, mas nos parece también que el vos en la 1ª sílaba (impar), con su sensación de retardo, de incitación, tiende a acentuar el hecho expresivo de la voluntad única por quien es posible el suceso de tal escritura ideal, vos sola lo escrebistes, ante la que el poeta sólo es mero observador emocional e intelectual pasivo. Encabalgamiento o deslizamiento abrupto, yo lo leo, hacia el cuarto verso, que enfatiza expresivamente su aceptada pasividad: tan solo. Cesura en la 6ª sílaba.
Verso cuarto: prosigue el deslizamiento del verso anterior nuevamente en el discurrir del ritmo binario yámbico, que completa un endecasílabo a maiori con acentuación 2ª, 4ª, 6ª, 8ª y 10ª sílabas: tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En la sílaba cuarta consideramos necesario observar especialmente la acentuación ante la sinalefa e-a-u que no rompe el equilibrio del acento (rítmico), y es que cae, precisamente, en sílaba par y no hace sino cerrar con perfecto equilibrio el primer cuarteto en la definición de ese retrato sublimado de la amada. Cesura en la 2ª sílaba.
Verso quinto: endecasílabo con acentuación rítmica en 4ª y 7ª sílabas: En esto estoy y estaré siempre puesto; (4ª, 7ª y 10ª), no obstante del acento de tensión en 8ª que, nos parece, debe tenerse en cuenta por estar situado en sílaba par, quebrando el ritmo natural del verso, la previsión estaré, se hace expresiva y elocuentemente eterna, siempre; la segunda sílaba, esperando no pecar de sutileza, creemos que porta un acento de incitación (subsidiario) que, al romper también (sílaba par) la dinámica del verso, ejerce su función expresiva, con una repetición (aliteración) de la consonante t, en estoy y estaré…, cuyo demostrativo hace énfasis en la acción que atiende el poeta, siempre puesto.
Verso sexto: mantiene este verso una particular característica basada en la dureza manifiesta en la acentuación de tensión, en la sílaba 7ª y 9ª (anticadencia): que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, que entran en franca colisión (con la cadencia canónica y) con la estabilidad mecánica, digamos, ordinaria del verso que se ofrece en principio con una acentuación de equilibrio (rítmica) en 4ª, 6ª y 10ª (heroico). Además la sinalefa en la primera sílaba e a u advierte de una incitación al desequilibrio (acento subsidiario) en 1ª que debemos tener en cuenta en el verso, desde luego harto expresivo y que da muestras claras de la no linealidad del mismo, y todo ello manifiesto en el cambio de expresión del compás y su muestra inequívoca del dinamismo del verso. La sensación de plétora se concentra precisamente en la conjunción de dichos acentos: no cabe en mí_cuanto en vos_veo. Cesura en la 6ª sílaba.
Verso séptimo: verso con acentos rítmicos evidentes en 2ª, 4ª, 8ª y 10ª: de tanto bien lo que no entiendo creo, con apoyatura en 4ª y 8ª que lo identifican como endecasílabo a minori (de cadencia 4+6).
Verso octavo: endecasílabo a maiori (heroico), 2ª, 4ª, 6ª y 10ª: tomando ya la fe por presupuesto, nuevamente con un claro ritmo binario (yámbico) dando el cierre de equilibrio deseado por sentencioso al cuarteto.
Verso noveno: verso que inaugura los tercetos: Yo no nací sino para quereros; la atonía del verso, con apoyatura en dos acentos rítmicos o de equilibrio, estimamos que nuevamente muestra la no linealidad y movimiento singulares del poema, acorde con la expresividad pretendida por el poeta, el cual muestra emocionalmente en este endecasílabo peculiar la consecución y entrega de la voluntad del poeta en pos del objeto amado. Es digno reseñar la incitación en la sílaba 1ª (yo) que no hace sino desmayar aún más la voluntad expresa del poeta. Apoyo del acento latente en sino.
Verso décimo: gloriosa manera de restaurar el equilibrio con un verso plenamente canónico, endecasílabo a maiori (heroico), con su típico ritmo binario (yámbico): mi alma os ha cortado a su medida; 2ª, 4ª, 6ª, y 10ª, que encuadra con grande elocuencia la sobriedad de la medida del sentimiento, si inspirado en el ideal proporcionado de belleza de la amada. No hace sinalefa en la 2ª sílaba, mi-alma, que sirve para mantener el equilibrio pretendido para la total extensión del verso.
Verso undécimo: mantiene el excelso equilibrio y proporción del endecasílabo anterior con igual estructura y método, verso a maiori (heroico) 2ª, 6ª y 10ª sílabas por hábito del alma misma os quiero; sinalefa, misma_os quiero. Cierre en perfecto equilibrio y eufonía del primer terceto.
Verso duodécimo: endecasílabo a maiori (heroico) -—6ª y 10ª sílabas— con apoyo rítmico en 3ª sílaba: Cuanto tengo confieso yo deberos; incitación dinámica en la 1ª sílaba que manifiesta y enfatiza expresivamente cuanto debe (todo) en virtud de la deuda de amor del poeta.
Verso decimotercero: endecasílabo a maiori —heroico— (6ª y 10ª sílabas) y acentos en equilibrio —rítmicos— en 2ª y 4ª sílabas, por vos nací, por vos tengo la vida. Acento de tensión o de expresión en la 7ª sílaba con el que rompe de manera harto significativa el acompasamiento y equilibrio de versos anteriores, porque pone el énfasis precisamente en (vos) la persona amada como el centro capaz, tanto de genuino equilibrio como de distorsión y rara ruptura, todo lo cual no hace sino todavía más expreso el dinamismo de la naturaleza versal.
Verso decimocuarto: la apoteosis del poema llega en el último verso en virtud de la tensión expresiva de los acentos, ante todo del 9º en conjunción con el 10º de obligada pausa. También consideramos destacable otra confluencia de acentos en 2ª y 3ª que no hará sino iniciar la convulsión que, al pronto, gana equilibrio con el acento en 6ª, el cual, en conexión con el final en 10ª nos señala un endecasílabo a maiori, de cualquier forma muy insólita: por vos he de morir y por vos muero. Lo extraordinariamente sentencioso del poema viene precisamente regulado por la apostura rítmica en dichos acentos, lo que da fe, nuevamente, de la naturaleza no lineal ni mecánica del verso, del poema y de la poesía.
Estaremos, en conclusión, ante un nuevo soneto que, en su estructura (métrica) nuevamente nos refiere el carácter orgánico y totalizador del poema, así debe entenderse en virtud de todas las manifestaciones excepcionales y regulares reseñadas en nuestro análisis, precisamente en base a ellas es que se entienden gratamente (por efecto expresivo y estético) los acentos de tensión en los versos señalados, destacando el verso 6º: que aunque no cabe en mí // cuanto en vos veo, cuyos acentos en 6ª, 7ª, 9ª y 10ª sílabas, imprimen un carácter extraordinariamente expresivo y diligente al verso y al poema mismo. La conjunción de vocales e_a_u (sinalefa) del inicio de verso también concurren para que así sea.
Los contrastes producidos por el ritmo par (yámbico) en concurrencia con acentos de incitación en sílaba impar (versos 3º, 5º y 14º, por ejemplo), no hacen sino incrementar aquellos y por tanto su graciosa, compleja y vital movilidad, aun en el caso de la supuesta rigidez métrica y preceptual a la que se supone debe someterse de inicio el soneto.
Francisco Acuyo
Francisco Acuyo
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