Para esta sección nuestra (vuestra sobre todo) de poetas invitados, contamos con el poeta y profesor (y desde luego amigo) Alfredo Jorge Maxit. Nos complace muy gratamente traer a nuestro público de Ancile (que ya empieza a ser muy numeroso) unas aproximaciones a la vida y obra de este autor que nos parece un referente humano y literario de interés sobrado para que, quien no tenga la fortuna de conocerlo, pueda leerlo y reconocerlo, aunque muy brevemente, a través de este espacio nuestro, siempre abierto y alerta, a todos los valores de la literatura y sobre todo de la poesía. Queda pues, aquí, sucintamente, con todos vosotros, la vida y obra de Alfredo Jorge Maxit.
ALFREDO JORGE MAXIT,
POETA INVITADO
BIOBILIOGRAFÍA
Alfredo
Jorge Maxit (1942, Colón, Entre Ríos, Rca. Argentina.) Ha repartido su vida
literaria entre la enseñanza (es profesor en Letras, jubilado) y la escritura.
Ninguno de los géneros literarios le ha sido ajeno, aunque su preferencia
por la poesía es evidente, como bien lo indica la publicación de sus ocho
libros de poemas: Entreluces (1996),
De lengua y ltieratura y poemas de aquí
y ahora (2001), Con las palabras (2005),
Des/habitaciones (2006), Sombras de luz (2007), En tránsito (2008), La poesía desde los poemas (2009), Cada luz (2011). Todos ellos llevan
prólogos y contratapas de reconocidos poetas argentinos, algunos de ellos
miembros de la Academia Argentina de Letras. En noviembre de 2012 ha sido
incluido en la Antología Universal de Poetas del siglo XXI, Fernando Sabido
Sánchez Editor.
Entre sus
obras teatrales se destaca El curioso impertinente, versión
escénica de capítulos de El Quijote, editado por Letralia (2005) en el libro
digital de homenaje a la obra inmortal de Cervantes. En el 2011 ganó el premio
internacional Federico García Lorca por su Cuento
sonámbulo.
Ha publicado
numerosos trabajos de crítica literaria: sobre Gonzalo de Berceo, Fray Luis de
León y San Juan de la Cruz, Antonio Machado, Miguel Hernández,. Fray Luis de
Tejeda y Guzmán, primer escritor argentino, los poetas platenses Horacio
Preler, César Cantoni y Guillermo Pilía y el entrerriano Walter Ocampo. En el
2011 publicó dos libros, uno de ellos digital, sobre la poesía de Horacio
Castillo, y presentó en Buenos Aires su última obra –cuentos, poemas, breve
teatral y dos análisis y comentarios poéticos- Cuento sonámbulo y otros pretextos.
POÉTICA
La poesía ha sido mi manera de interpretar el mundo.
En la misma no ha faltado el amor por la tierra natal y provinciana ni el dolor
por el sufrimiento de los hombres en el planeta. Pero, a partir de Des/habitaciones (2006), la dirección
predominante de la misma ha sido aquella que tiene en cuenta la seriedad del
mundo y busca expresarla a través de una forma lo más breve y sugerente
posible. El misterio de todo lo existente y el deseo de ir -con las palabras-
más allá de lo visible (las bardas de
este corral, que decía Machado) ha sido el motor principal de mis
creaciones verbales. Por otro lado, lo que espero como poeta (vean el poema Despliegue) es que en la gran enramada
viviente de la Literatura, ellas, las palabras, hayan levantado un gajo de voz
que las salve de la nada. Como a la luz/
un relámpago la salva/ de los continuos de la noche.
POEMAS
DE EXCAVACIONES
Con el pico de la palabra al hombro
me salí un día a excavar el mundo.
Después de tanteos y de
golpes
saltó tremendo un borbotón
-redondo, claro, distinto-,
que por obra de malabarismos
avanzó por fantásticas
avenidas
fijando carteles para el
tránsito
seguro del universo.
Y sentí que rozaba con el
pico
los secretos del Ser siempre
mayúsculo
y advertí que las
extracciones cimentaban
el templo de las columnas perdurables.
Y me dejé pasar años
enteros.
Cuando volví, el mundo aún
movía
original, intacto.
(De: Entreluces)
CLASE DE LENGUA
No se sabe muy bien qué fue primero.
Si el ¡ay!, el ¡oh! –dolor, asombro-,
el verbo que es acción –subir, comer-
o el sustantivo cosa –árbol, fruto.
Sí, que vino después el adjetivo
a sumar precisión y matiz:
alto sol, débil lluvia, luna llena.
Y que fue anteayer, aquí, en algún
lugar del fiel planeta azul,
entre las circunstancias del adverbio.
La conjunción unió hombre y mujer,
piedra y zorzal y la preposición –en:
rosa con espinas-, subordinando
al término, protegió a la flor.
Prodigio de la lengua y del habla
que nos devino el ser a ti, a mí,
a ella, a él, al ello,
a nosotros,
frágiles pronombres.
de aquí y ahora.)
DESPLIEGUE
Despliegan repliegues las
palabras.
Como las hojas que da el
árbol,
cuando tras la lluvia
el sol las aparece.
Se espera que ellas suban
(a veces a lo náufrago)
un gajo de voz a la
tremenda,
fascinante enramada.
Que entre el follaje salven
un despliegue minúsculo.
Como a la luz,
un relámpago la salva
de los continuos de la
noche.
(De: Con las palabras.)
IMAGINARIO
Conforma las imágenes del
ojo:
ombligo,
árbol, les adjunta
totalidades: mundo, cosmos.
El sueño lo saca de los
abecedarios.
A su empeño alientan
campanas,
sinfonías, cohetes, películas
de noventa-sesenta-noventa
o caderas rubias de
renacimiento.
Traspasa las junturas: a los
ángeles
pinta con cuerpos de niños,
brazos de pájaros.
Cuando pierde el ovillo de
Ariadna
y los pueblos claman
calamidades
de Minotauro,
con Teseo reinicia
el circuito de lino, la
parcial
salvación de las sombras.
(De: Des/habitaciones.)
EL ÁRBOL DE LA LENGUA
El árbol de la lengua guarda
voces,
algunas nunca vistas ni
siquiera
cuando a mudar se va la vida
oculta.
¿O será que andan ellas las
alturas
o esconden –junto a troncos
y hojarascas-
a resguardo del ruido
omnipotente?
¿O un fantasma del árbol las
retiene
hasta próxima lluvia desde
abajo?
(De: Sombras de luz.)
HOMO
Aunque ha saltado los azules
bordes,
sueña con Júpiter, con ir
más allá
de la Vía Láctea, saber el
polvo
paternal de los astros,
no excede la conciencia
mortal
que a pedazos de símbolos
tienta
la majestad del Universo.
(De: En tránsito.)
ELLAS
¿Cómo rozar el inicial
abrazo
de las interjecciones, la
flor
en la raíz de las palabras?
¿Dejándolas subir y caer
desnudas en el aire?
Acaso, entre guardas
de silencios, ellas
tartamu
dirán.
(De: La poesía desde los poemas.)
CADA LUZ
Supo un hombre al fin que la
promesa
no estaba al alcance de los
ojos.
Por sobre la marea de las
horas
olor a hierba anduvo bajo el
cielo,
bendijo cada luz
como los pájaros.
(De: Cada luz.)
ATENIDOS
La
vida así parece.
Pedazos de sol, de noches,
lluvias desiguales de días
sobre las carpas.
Sentimos como Adán o Eva
antes o después
del
ángel.
Somos solo recipientes
atenidos a modelar
con los pedazos,
a
veces,
admirables fulgores.
DE LA DICHA , 1
Quien se asoma a la ventana
de las noches y los días
lo ha aprendido:
el amor es el tiempo
de la flor que perfuma.
Pero es bello saltar
con hipérboles los límites,
ponerlo a la altura
de los sueños
que cantan una luz,
del deseo que vive,
cuántas veces,
la caza de la dicha
siempre móvil.
Inédito
Inédito
DE LA DICHA,
2
Que lo inmortal no esperes te advierte el
año…
Horacio
Se
aprende. Nada verdece ni florece siempre.
El día sabe a noche, la noche a día.
Al verano de
olajes sigue el pausado otoño;
al invierno callado, la primavera a voces.
Efímera vida.
Pero es posible, aun casi en las afueras,
colgar de las sogas que huelen a frutas,
palpar -entre los concedidos cuandos-
preñeces de
dicha.
inédito
DE VUELTA
Ulises tal vez fuera el hombre,
aunque a su barca no subieran
las sirenas del sueño. O fuera
tal vez, el anónimo hijo
de la azarosa prodigalidad
de los días. Acaso no lo aguarde
Penélope o el Padre, ni deje
Telémacos o no tenga un hermano
que reclame un cordero. Vuelto él,
Anteo minúsculo, de las manos
de Heracles sin gloria, a los brazos
de Gea bajo el árbol
del cielo.
Inédito