martes, 30 de abril de 2024

EL PROFETA

 Para la sección de Poesía del blog Ancile, extraemos un poema del libro inédito, Criaturas de frontera, que lleva por título: El profeta.


EL PROFETA

 

El profeta. Francisco Acuyo

 

   SOBRE el plano del tiempo

el profeta examina

la ruta del instante

en fiel cronografía.

 

   El mapa del momento

esboza la medida

donde regresa acaso

del futuro interina

 

   la imagen del espíritu

que externo nos habita,

y en lo que nos rodea,

muy dentro, escurridiza

 

   se desplaza despacio

por las entrañas vivas

del tiempo la conciencia

del mundo en nuestras vidas.

 

   Allí, desde lo eterno,

no obstante, el tiempo lima

la constante ilusión

de su discurso efímera,

 

  allí, en la realidad

donde todo culmina,

la quietud de la nada

última se desliza.



Francisco Acuyo

 



El profeta. Francisco Acuyo


viernes, 26 de abril de 2024

CONCIENCIA Y ARQUITECTURA DE REDES NEURONALES QUE QUIEREN SER CONCIENCiA

 Es rigurosamente cierto que la IA ha abierto horizontes tecnológicos verdaderamente insospechados, pero también ha servido para abrir un debate que trasciende a la misma IA, tiene que ver con la necesidad de reflexionar de nuevo sobre el fenómeno de la conciencia, de esta suerte, traemos para la sección de Ciencia del blog Ancile, un nuevo post que lleva por título: Conciencia y arquitectura de redes neuronales, que quieren ser conciencia.



CONCIENCIA Y ARQUITECTURA DE REDES 

NEURONALES, QUE QUIEREN SER CONCIENCIA

 


Conciencia y arquitectura de redes neuronales, que quieren ser conciencia. Francisco Acuyo


Cuando Pentti Haikonen construía su arquitectura (de conciencia) informática, basada en principios cognitivos que, según su creador, tenían capacidad de percepción, amén de idoneidad para aprender y tener recuerdos a través de procesos de asociación, tratando de emular las redes neuronales y su método sináptico de conexión, abrió por esta revelación un amplio y profundo debate. Así, según Haikonen, la máquina era capaz de percibir su interior, tener imaginación e incluso emociones, todo lo cual llevaría por tanto a dicha máquina a tener conciencia.

                Para que todo esto fuese posible, la codificación de dicha máquina no debería ser la habitual de símbolos binarios arbitrarios al uso, y para ello debe preservarse la fuente semántica de las señales de entrada, así mismo su arquitectura debe estar estructurada a base de circuitos de retroalimentación que le permitan llevar a cabo una supuesta introspección re-representando su propia actividad computacional.[1] Dicho esto, debemos preguntarnos, si aquella representación introspectiva anunniada por la IA es la que nos lleva a la conciencia. La interrogante principal parte del supuesto difícilmente comprobable de que, para saber si la máquina es consciente, habría que ser la máquina misma.

                En cualquier caso, aquellas fascinantes re-representaciones de ingeniería informática, a lo máximo que pueden aspirar es a trazar y enrevesar la elaboración de manera compleja de las experiencias ya existentes, no a crearlas desde fuera del propio contexto experiencial,[2] todo lo cual, a nuestro juicio, lo que ofrece es una ilusión de conciencia.

                Una de las cuestiones más interesantes que plantea toda esta rica controversia entre los
ingenios cibernéticos, la IA y los avances de la ingeniería aplicada de la ciencia de la información, es la que propone que la conciencia es de por sí un fenómeno que no necesita de ninguna introspección para existir, o lo que es lo mismo,  ¿la experiencia manifiesta en los qualia es ningún fenómeno real?

                Debatimos aquí algo del todo fascinante: que el mundo de las sensaciones experimentales y la dimensión cualitativa que conllevan no son una realidad conceptual y abstracta, de todo ello pude tener clara constancia en el estudio sobre el fenómeno sinestésico aplicado a las artes, y sobre todo, a la literatura y, particularmente, a la poesía. Las abstracciones numéricas conforman una realidad útil para la explicación de fenómenos abstractos y también físicos (campos cuánticos), pero también son susceptibles en muchos casos (véanse las mal denominadas abstracciones sinestésicas) de participar con el fenómeno de la conciencia, entendida esta como la que atiende a las cualidades, no solo a las cantidades.

                En los dos siguientes párrafos estableceremos unos juicios que son complejos y difícilmente de expresar sin llevar a equívoco, no obstante, intentaremos explicarnos. Que hay realidades conceptuales que son o pueden ser inmediatamente sentidas, nos da buena cuenta de ello, decía, el fenómeno sinestésico que, amparado e incluso oculto en la palabra (poética), nos ofrece la dimensión más estremecedora y bella de lo que la conciencia sea, aun siendo o pudiendo ser  aquella una ilusión, (cosa que no creemos), pues su experiencia sentida es lo que es aunque pudiera parecer falsa, porque en realidad, impone lo importante: es algo que persiste por sí mismo: es decir, que es, y a esto que es, lo denominamos conciencia.

                La abrumadora cantidad de datos que puede manejar un artefacto inteligente concebido a través de complejos y potentes algoritmos, es acaso una fuente de conocimientos indiscutible, y que son procesados a velocidades imposibles para un ser humano dotado de conciencia, también lo es, pero, ¿no es esto lo que hace que desvirtuemos lo que es propio de una conciencia creativa (cualitativa) del proceso de análisis y computación de datos que siempre es cuantitativo?

                Seguiremos indagando en relación entre las interacciones entre la IA y su mundo extraordinario, y el no menos fascinante y misterioso del fenómeno de la conciencia.

 


Francisco Acuyo



[1] Kastrup, B.: ob. cit. pág. 95.

[2] En realidad lo que hacen es convertir el fenómeno preexistente en una introspección metacognitiva, pero no crearla.






martes, 23 de abril de 2024

EVOLUCIÓN, CREATIVIDAD Y CONCIENCIA EN LOS NUEVOS ÁMBITOS DE LA IA

Proseguimos la marcha de reflexiones sobre la conciencia y la IA en los que se supone son dominios de la creatividad humana, y esto todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, y bajo el título: Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA.



EVOLUCIÓN, CREATIVIDAD Y CONCIENCIA

 EN LOS NUEVOS ÁMBITOS DE LA IA



Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA. Francisco Acuyo



A fuer de ser insistentes reiteramos que, no pocos científicos y matemáticos, pretenden hacer realidad lo que acaso no sea más que un espejismo conjetural: la mente humana es un conjunto altamente complejo de programación, producto de la evolución durante millones de años. Sin embargo, la forma en que da respuestas nuestra mente a lo que la rodea (así como que la realidad del mismo proceso creativo),  se dice que debe reducirse a patrones algorítmicos (en los que la IA es capaz de acelerar vertiginosamente dicha evolución), aunque no parece tan clara dicha producción evolutiva. Por eso, hay quien se pregunta: ¿y si la conciencia no fuese un producto de la evolución? ¿Y si los algoritmos deducibles no pueden, sino considerarse fenómenos emergentes que constatan una vez tras otra que todas y cada una de las reglas y patrones deducibles lo que hacen es poner en evidencia que la realidad de la conciencia y de sus productos creativos son mucho más que la suma de sus partes? 

Acaso se nos olvida que el código fuente de cualquier algoritmo, por extremadamente complejo que este sea, parte ab initio de la creatividad humana, siendo esta precisamente el código origen de cualquier propuesta, código digo, proveniente del ejercicio libre de conciencia del que hizo tal propuesta: podríamos programar esa libertad de acción y creación, o entraríamos en una contradictio in terminis de imposible resolución.

Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA. Francisco Acuyo
De cualquier manera, el intento de entender los procesos creativos tiene que pasar por el tamiz nada sencillo de la conciencia y su concepción que, en cualquier caso, al menos por el momento, de poder
 atribuirse a un ingenio mecánico de computación, es claro que dejaría de ser una máquina.

A la vista de que el problema de la conciencia es el eje vertebrador para una concepción y definición de lo que sea la propia inteligencia, para poder entender a lo que nos referimos cuando hablamos de IA, es así mismo claro que no podemos dejar de soslayo la cuestión de la conciencia cuando hablamos de la propia IA en relación a los procesos de creatividad que puedan ser susceptibles de reconocimiento de aquella.

Así las cosas, el fenómeno de la conciencia puede advertirnos de las realidades e ilusiones que pueden instigar a reconocerse en los ámbitos de aplicación de la propia IA, y donde situar sus limitaciones. Todo esto acontece cuando hay quienes niegan la propia realidad de la conciencia (Daniel Dennett), o bien que aquella es simplemente una construcción errónea (Michael Grazziano). Esto es algo más que una curiosidad filosófica o psicológica, sobre todo cuando se habla de la realidad (mecánica) material de la IA. Pero su explicación es acaso sencilla, ya que parte de un prejuicio mecánico materialista a través del cual se dice que la conciencia es un producto de la materia biológica (neurocerebral) y, por tanto, cosa material, aunque por lo que sabemos, la IA, no puede poseer la capacidad de adquirir experiencias cualitativas, sin embargo, se cree fielmente en las excelencias de la IA en el ámbito de cualquier tipo de conocimiento. No deja de resultar otra contradicción razonablemente insalvable.

Que vivimos un momento crítico en el devenir del pensamiento que incide no solo en los dominios de la ciencia, en la filosofía también y en las artes y (desde luego los intentos de entendernos a nosotros mismos), es evidente. Veremos en próximas entradas del blog Ancile, más consideraciones al respecto, que no les han de dejar indiferentes.




Francisco Acuyo




Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA. Francisco Acuyo




jueves, 18 de abril de 2024

DE LA NARRATIVA, LA EXPRESIVIDAD Y EUFONÍA DEL ALGORITMO

Seguimos la indagación sobre los metalenguajes en el arte literario y poético, y todo ello bajo el título: De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, para la sección de Ciencia del blog Ancile.


DE LA NARRATIVA, LA EXPRESIVIDAD 

Y EUFONÍA DEL ALGORITMO



De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, Francisco Acuyo

 



Siempre me resulto altamente fascinante contemplar que el elemento sorpresa, lo inesperado en el constructo artístico literario, había de ser fundamental como estímulo de satisfacción estética, y que este había de ser compartido con el fundamento mismo de toda ciencia: nada menos que con las matemáticas. En el ámbito mismo de matemáticas son muchos los ejemplos y se observan en toda suerte de descubrimientos que exigen demostración, y este resulta altamente bella y elegante: el descubrimiento de la infinitud de los números primos, las conexiones entre los números impares a los cuadrados…, cuyos elementos argumentales, en parentesco con los narrativos, emparentan con los del código hermenéutico (Rolan Barthes), código clave para la explicación de cualquier narrativa a la búsqueda de resolución del enigma, la cual precisa de una demostración, la cual hará que nuestro interés por resolverlo crezca, así (junto al aspecto semántico, simbólico y cultural), en su resolución se enriquece el mismo significado.

                En cualquier caso, no es nueva esta apreciación, muy al contrario, no son pocos quienes, matemáticos y artistas, han venido observando desde hace mucho tiempo tales peculiaridades. Estos procesos singularmente narrativos tienen la característica de que se manifiestan como lenguajes que deben ser descifrados, cuya comprensión responde al grado de entendimiento que tengamos de dichos lenguajes. Sobre la cuestión lingüística se abren perspectivas de mucho interés en dominios como el de la IA. Una de las facetas más controvertidas de la teoría de la información aplicada a la construcción de máquinas de traducción, puede servirnos de ejemplo para intentar trazar fronteras entre el algoritmo traductor y el traductor humano, donde, por el momento, es necesario reconocer la imposibilidad de que el traductor mecánico iguale la eficiencia del natural, porque para eso, la inteligencia artificial, tendría que descifrar nada menos que el problema capital de la conciencia. No en vano la versión del traductor es mucho más que una exégesis de algo en una lengua llevado a otra, en realidad, lo que hace es interconectar diferentes conciencias, donde el juego del lenguaje, con sus infinitas sutilezas, no podrá ser puesto en el contexto real que necesita para la compresión de la comunicación humana en sus diversas manifestaciones discursivas.

De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, Francisco Acuyo
    Que nos planteemos a estas alturas de la complejidad de los diferentes recursos de la tecnología y ciencia de la información, hasta dónde ha de llegar la IA en la actualidad y en el futuro en el manejo del lenguaje para la narración o la expresión literaria, no es en modo alguno sino una consecuencia lógica del desarrollo de aquella, (de la IA, digo), es más, esta preocupación y ocupación, en principio teórica y después práctica no es modo alguno cosa nueva, el grupo Oulipo (Ouvroir de litterature pontetielle) en los años 60 del siglo pasado, da buena cuenta de ello. Así, las restricciones matemáticas llevadas a cabo en determinados algoritmos a la hora de crear, por ejemplo, poesía, serán consideradas, a modo de reglas similares a las que produce la métrica, o el manejo semántico de las palabras en determinadas condiciones, en su potencial esclavitud, la que liberaría el propio proceso creativo. 

    En realidad, en poesía y en métrica, como advertía Unamuno, más bien se trata no tanto de una preceptiva, sino de una posceptiva que deviene de las excelencias del uso del lenguaje poético por determinados poetas de genio, que habrían de marcar camino en virtud de la eufónica y expresividaad de su discurso poético. Así pues, si la poesía (y la música), especialmente, ha sido el discurso en el que el algoritmo ha encontrado un lugar especialmente atrayente, no debe en modo alguno de extrañarnos

    Veremos que este ámbito del tratamiento creativo del lenguaje nos lleva a planteamientos extraordinariamente sugerentes en torno a los criterios o directrices de valor sobre los que construir un discurso poético, sobre todo porque, según la propia teoría del lector, y dado el carácter hermético de alguna poesía moderna, puede pasar por indistinguible de la producida por un ordenador, cuestión esta que habría causado sensación entre teóricos y prácticos de finales y principio del siglo XX, de haberla considerado seriamente.



Francisco Acuyo



De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, Francisco Acuyo


 


viernes, 12 de abril de 2024

OLIVOS

 Para la sección de Poesía del blog Ancile, traigo un nuevo poema del conjunto inédito Criaturas de frontera, y que lleva por título: Olivos.

 

OLIVOS

 

 

Olivos, Francisco Acuyo

 

El campo

de olivos

se abre y se cierra

como un abanico.

 

Federico García Lorca,

Poema de la siguiriya gitana

 

 

 

 

   POR las laderas del tiempo

se derraman los olivos:

el horizonte parcela

de copas el infinito.

 

   La eternidad está quieta

viendo crecer al olivo.

El olivar a los dioses

bajo sus sombras ha visto

 

   con indolencia trazar

de los hombres el designio.

Sale en el campo a tu encuentro

lo que busques renacido

 

   ser que con la tierra raíces

tuvo gracias al olivo.

Allí me reciben frondas

entre los frutos solícitos

 

   que lo sagrado custodian

y me revelan mirífico

el lugar donde el instante

no existirá en ningún sitio.

 

   Ven, salgamos a lo abierto,

que todavía vacío

de tiempo está el campo todo

y suspenso en el espíritu.

 

   Para una felicidad

nueva en verdad ha nacido

esta tierra celestial

que recorre laberintos

 

 

de misterio, porque cruza

los árcanos más antiguos.

Llega gozoso cortejo

de pájaros amarillos:

 

el horizonte parcela

de copas el infinito.

La eternidad está quieta

viendo crecer los olivos.

 

 

 

Francisco Acuyo

 

De Criaturas de frontera.

 


Olivos, Francisco Acuyo


martes, 9 de abril de 2024

PROBABILIDADES, CONCIENCIA Y METALENGUAJES, PARA EL ORIGEN DE UNA NUEVA CRIATURA CREATIVA

Para la sección de Ciencia, traemos un nuevo  que lleva por título: Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa.



PROBABILIDADES, CONCIENCIA Y METALENGUAJES,

PARA EL ORIGEN DE UNA NUEVA CRIATURA CREATIVA


Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa. Francisco Acuyo


Hay programadores e incluso matemáticos que les parece observar vida propia a los algoritmos complejos generados para el reconocimiento y construcción de diferentes manifestaciones artísticas, como la música, la poesía e incluso en las artes plásticas. Aplicado a la música de jazz, a dicho algoritmo se le denominó el continuador, porque hacía un cálculo de probabilidad sobre el uso de una u otra determinada nota, con el fin de hacerla lo más semejante a determinado creador jazzístico. Me resultaba aún más fascinante que esta generación de datos musicales, el hecho de que ninguno de los escuchantes de estas aproximaciones, en su entusiasmo por la composición músico algorítmica, no apreciaran lo que ellos mismos, como portadores de conciencia, estaban aportando a la supuesta original creación del ingenio informático.

                En su afán de dar validez a sus presupuestos teórico prácticos en la generación de datos de la índole creativo artística de sus máquinas, y con el fin de superar las dificultades de combinar con libertad los procesos algorítmicos, con las inevitables restricciones que habían de proponer las composiciones y sus estructuras (fuesen musicales, poéticas…), algunos matemáticos de la información, han intentado crear un algoritmo que, de algún modo, ayudase al artista de la información a lograr una fluidez semejante a la que el artista, denominémoslo natural, lleva cabo sin dificultad aparente, llegando a crear automatismo altamente sofisticados impulsados por algoritmos que pudieran investir a dichas máquinas con el carácter genuino de creadoras (musicales, poéticas, pictóricas…); un ejemplo fue el llevado a cabo en 2016 a través de un algoritmo llamado AIVA, que tuvo la aquiescencia de la sociedad de autores de música francesa  SACEM.

Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa. Francisco Acuyo
                Desde luego que estos instigadores de las nuevas tecnologías aplicadas a las artes, no eran inconscientes de que, por ejemplo, la música, lo mismo que la poesía, en sus estructuras rítmicas, no son solo números y patrones, y eso era observable en virtud de las propias interpretaciones que le daría vida singular a las mismas. No es en vano que algunos matemáticos han observado que el impulso organizador de aquellos patrones estructurales tienen un peculiar rasgo de parentesco con el rito[1], antropológicamente estudiado por muchos especialistas.

                La irracionalidad e ilogicidad del rito pone de manifiesto en la creación de patrones algo realmente fascinante que, a mi juicio, va mucho más allá del vigor de mantenimiento de unión del grupo, también y sobre todo, en la participación de un vínculo que trasciende la propia materialidad del mismo, es decir, la conciencia, que será, en fin, la que ponga de manifiesto, en su incorporeidad, la  alteración de cuerpos y mentes de aquellos que comparten su interacción fundamental.

                A mi modesto entender, el día que mediante la creación de potentes y complejos algoritmos puedan aparecer máquinas capaces de alterar e interactuar conscientemente, dichas máquinas dejaran de serlo, para verterse como nuevos organismos capaces de vincularse e interaccionar conscientemente.

                El intento de creación de metalenguajes capaces de traducir la lengua del ordenador a lengua común del ser humano, para comunicar no solo demostraciones matemáticas, también pensamientos y emociones, es una muestra palpable de que para estos es del todo posible.

              ¿Estamos en el momento en el que la alta matemática, influida por la belleza de sus constructos, se conviertan en narraciones que acabarán por arrastrar, creativamente, al viaje de la transformación y el cambio genuinos de cualquier producción artística?

             Indagaremos estas aproximaciones en próximas entradas de este blog Ancile y reflexionaremos sobre ellas.

 

 

Francisco Acuyo



[1] Sautoy, M. du: ob. cit. 283.



Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa. Francisco Acuyo





viernes, 5 de abril de 2024

EL MEDIUM

 Para la sección de Poesía del blog Ancile, traemos un nuevo poema intitulado: El medium, del libro inédito Criaturas de frontera.



El medium, Francisco Acuyo



EL MEDIUM

 

 

 

    Soledad es certeza

que vacila en lo oculto.

 

La misteriosa voz

eleva su conjuro:

una luz clariestésica

marca el ritmo sin rumbo,

 

   fijo de su sonido,

luminoso en murmullo

de otra vida se muestra

invisible atributo.

 

   Si la vida invisible

no es  materia que un mundo

de verdad solicita,

será porque es un muro

 

   de ilusión su sustancia,

y la mente telúrico

espíritu que el médium

traslada del trasmundo 

 

   al sueño de lo físico;

será, en fin, el desnudo

confín de lo infinito

que ofrece con sus frutos

 

   el árbol de la vida

completa ya maduros.





Francisco Acuyo



El medium, Francisco Acuyo


martes, 2 de abril de 2024

LA ABSTRACCIÓN Y LA EMOCIÓN: LAS INVISIBLES FRONTERAS ENTRE LA ABSTRACCIÓN MATEMÁTICA Y LA SENSACIÓN Y ESTÉTICA

 El mundo de la abstracción y la sensación puede que no estén tan disociados como creemos, de ello hablamos en esta nueva entrada del blog Ancile para la sección de Ciencia y bajo el título: La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética.



LA ABSTRACCIÓN Y LA EMOCIÓN:

LAS INVISIBLES FRONTERAS ENTRE LA 

ABSTRACCIÓN MATEMÁTICA 

Y LA SENSACIÓN Y ESTÉTICA




La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo



Cuando algunos matemáticos aseveran que no hay una sola pieza expresiva musical que no haya sido generada en virtud de un determinado algoritmo, no creo que en serio puedan aceptar que el contenido emocional sea deducido a priori por la regla que constituye dicho algoritmo. Quiero decir que, efectivamente, se pueden colegir números de la composición artística cualesquiera, pero es cosa bien distinta que sean los números los que interfieran en los contenidos emocionales que viene a dar como fruto cierto determinada pieza musical.

La emoción es deducible para un matemático por la mera elegancia del constructo formal matemático de la misma, y en lo que a la música se refiere, sucede que también puede quedar uno encantado por la manera de solventar expresivamente unos determinados acordes que pueden describirse en su evolución musical de manera matemática. Acaso sucede lo propio en el ámbito de la
La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo
poesía, cuando vemos algún hallazgo o audacia métrica y eufónica en determinados momentos de un verso o de un poema. Pero quiero ir un paso más allá. No es casualidad que en esos momentos críticos expresivos donde se produce el hallazgo, sean de los de más intensidad emocional que se reúnen en un momento musical o poético extraído de una pieza musical o de algún poema de excepcional belleza.

Desde una óptica matemática podemos imaginar cuál sería o podría ser el código fuente mediante el que articular determinados algoritmos y reglas para la construcción deconstrucción de un axioma, pero ¿podríamos hacer lo mismo con el artefacto poético, musical, plástico en una obra de arte, según pudiésemos deducir estos aquellos patrones en la construcción de aquella?

Todo parce indicar que gozamos de una suerte de sensibilidad ante todas aquellas construcciones o estructuras que nos rodean y que se manifiestan de manera caótica y que nosotros reformulamos y tratamos de reconducir a través de patrones abstractos que atenúen el vasto ruido de las sensaciones, y que en ello encontremos un manera de gozo singular. A mi modesto juicio, el hecho de que en la sucesión aleatoria de sonidos, de colores, olores… sean susceptibles de encontrar orden a través de unas reglas, de unos algoritmos, o unos patrones, no significa que estos sean los que producen los versos sentidos, las piezas musicales emocionantes, sino que serán las propias emociones, los pensamientos profundos, los que incidan en la manera de hacer coherente el caos de las sensaciones a través de la apreciación del constructo coherente deducido algorítmicamente. O lo que es lo mismo, la emoción no puede programarse, al margen de que alguien puede sentirse concernido emocionalmente por un constructo artístico cualesquiera, en el que se observará la huella de la regla y del patrón que lo hace armónico o eufónico.

En el ámbito de investigación de la sinestesia, he encontrado argumentos de enorme interés explicativo a estas cuestiones que, por otra parte, ahora está tan en boga. Hablaremos de todo esto más adelante en el próximo post del blog Ancile.




Francisco Acuyo




La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo