El amor y la poesía en el poeta Dámaso Alonso, en esta breve pero intensa antología para la sección habitual,
Amor y poesía, del blog Ancile.
DÁMASO ALONSO, AMOR Y POESÍA
AQUELLA ROSA
Evocamos color y traza. Aquella rosa
de ayer (que fue tan bella), cuando cierro los ojos,
de su noche renace. Yo la llamo: ella viene,
ahí está. Aéreas líneas su forma me dibujan,
con el álabe lánguido de aquel pétalo casi
desprendido. Amarilla brasa, me arde en lo oscuro.
Y arderá para siempre. Mas ¿dónde?, ¿en qué jardín?,
¿a qué sol?, ¿en qué tarde?
¡Nervio recordador,
que aún, amante, palpitas! Detrás del pensamiento,
por galerías últimas, en las cuevas más lóbregas
de mi mente, un espacio sin espacio se puebla,
y en él arde una llama de amarillo color.
Por escala sensible sube hasta el pensamiento.
Rosa en mi pensamiento, eternamente joven.
¿CÓMO ERA?
¿Cómo era Dios mío, cómo era?
JUAN R. JIMÉNEZ
La puerta, franca.
Vino queda y suave.
Ni materia ni espíritu. Traía
una ligera inclinación de nave
y una luz matinal de claro día.
No era de ritmo, no era de armonía
ni de color. El corazón la sabe,
pero decir cómo era no podría
porque no es forma, ni en la forma cabe.
Lengua, barro mortal, cincel inepto,
deja la flor intacta del concepto
en esta clara noche de mi boda,
y canta mansamente, humildemente,
la sensación, la sombra, el accidente,
mientras ella me llena el alma toda.
mientras ella me llena el alma toda
LA VENTANA, ABIERTA
¿Qué nueva luz, qué clara maravilla
se aposentó en mi alma? En el oscuro
calabozo carnal se hundió la arcilla.
Hay en el cielo azul un vuelo puro.
de palomas en celo. La semilla
rompió la costra del barbecho duro,
y, bajo el sol, ondula la amarilla
gloria del trigo para el pan futuro.
Y el alma está en reposo porque es buena.
Tengo el manso dolor, tengo la pena
del mal que te hice ayer, oh alma mía.
¡Pero en el día cierto de mañana
por el cuadro estival de tu ventana
entrará la canción de la alegría
VOLVERÁS A DESHORA...
Volverás a deshora,
por un camino viejo,
a la ciudad antigua donde duermen
tus recuerdos.
Y en el balcón en donde tú soñabas,
nuevamente soñando otro viajero
verás.
Otro viajero
que volverá a deshora,
por un camino viejo,
a la ciudad antigua donde duermen
sus recuerdos.
LLEGARÉ EN EL CREPÚSCULO
Llegaré en el crepúsculo,
por la escondida senda,
cuando estén a la noche en tu palacio
las ventanas abiertas.
Y he de entrar en la noche,
como una sombra vieja,
con la humedad que del jardín regado
hasta tu cuarto ascienda.
Hasta tu cuarto, Alma,
mi Alma, que me esperas
con la mano apoyada en la mejilla,
mirando a las estrellas.
VERSOS DE OTOÑO
Esta avenida larga
se te parece.
Hoy, con el Otoño, tiene
tu media luz,
tu carne blanca y tenue,
tu aristocracia
y tu manera de envolverme
con las pestañas largas
en un frio dudoso
y débil.
¡Oh, si pudiera ahora
besarte castamente
la boca roja y dulce
para siempre!
TARDE
Tarde de sexo ambiguo
con lluvia tenue,
hecha
para quererse
con un amor discreto y renovado
siempre.
Tarde gris de un domingo esfuminado!
Quiere
el alma compañía,
los ojos, luz de lámpara;
y, a veces
busca la mano
el tacto de otra mano.
Héme
aquí, en esta tarde de domingo,
contando las ventanas que se encienden.
VIENES
Mi alma te espera en el silencio:
vienes.
Pero las rosas se marchitan.
Y el alma, ausente de las cosas próximas,
por la ventana mira
al campo que noviembre, amarillento
ha puesto ya:
por entre dos colinas
baja la senda que te trae de lejos,
novia, rubia de otoño, novia mía.
VERSOS A LA NOVIA
II
La chair est triste ¡helas! et j’al lu tous les livres.
Amadas que no tuve me han trenzado
la vida entre los libros.
Y danzaban desnudas en las letras.
Ahora, todas se han ido.
Viene
tu corazón pequeño y encendido.
Ay, mi mano no sabe acariciarlo
sino
con las palabras tristes
y secas que ha aprendido.
VERSOS A LA NOVIA
IV
NOVIA, si eres triste, novia;
novia, si eres triste, mía:
toma la estrella pequeña
de mis poemillas.
Mira, me la dio mi madre,
porque yo era bueno, un día...
Y yo la puse en mis versos...
¡pues te la regalo, mira!
Novia, si eres triste, novia.
VERSOS A LA NOVIA
VI
¡Qué sutil gracia
tiene tu amor, Amada!
Hoy las rosas eran más rosas
y las palomas blancas, más blancas
y la risa del niño paralítico
del paseo de invierno, estaba
suspensa, quieta, azul y diluida
para ti y para mí.
¡Que sutil gracia
tiene tu amor, Amada!
ROMANZA SENTIMENTAL
ROMPEREMOS, extáticos, la Luna
en el cristal del agua.
Romperemos, extáticos, la Luna
blanca,
diciendo: «iVete ya, que te cantaron
bastante!... iAnda!»
Romperemos, extáticos, la Luna
en el cristal del agua,
y ella
—la pobre—
seguirá besándonos,
redondita, burguesa y empolvada.
EXPLICACIÓN ACTUAL
1919
Yo soy un clow sentimental.
Mi novia es guapa.
Y llevo en el alma en el ojal
de la solapa.
Dámaso Alonso