Ofrecemos la versión de algunos sonetos del poeta -contemporáneo de Elizabeth I- John Donne (1572-1631). Representante más insigne de la corriente de la poesía metafísica, equiparable, según diversos juicios críticos reputados, con el conceptismo (extended conceit) del Siglo de Oro Español. Ofreceremos sonetos en versión bilingüe (inglés-español) de los denominados Sonetos Sagrados (Holy Sonnets) que, junto a su obra poética amorosa y elegiaca, destacaría especialmente, y que reproducimos en la espléndida versión, en magníficos endecasílabos blancos, de Antonio Abellán, revisados por el excelso filólogo e hispanista Antonio Carreira.
JOHN DONNE
HOLY SONNETS
(SONETOS SAGRADOS)
Traducción Antonio Abellán
Revisión de los textos, Antonio Carreira
I
THOU hast made me, and shall Thy work decay ?
Repair me now, for now mine end doth haste ;
I run to death, and Death meets me as fast,
And all my pleasures are like yesterday.
I dare not move my dim eyes any way ;
Despair behind, and Death before doth cast
Such terror, and my feeble flesh doth waste
By sin in it, which it towards hell doth weigh.
Only Thou art above, and when towards Thee
By Thy leave I can look, I rise again ;
But our old subtle foe so tempteth me,
That not one hour myself I can sustain.
Thy grace may wing me to prevent his art
And thou like adamant draw mine iron heart.
I
Me has hecho Tú, ¿y se pudrirá tu obra?
Repárame, pues ya mi fin se acerca;
quiero huir de la muerte, mas me encuentra,
y todos mis placeres son pasado.
No me atrevo a mover mis turbios ojos;
desesperanza atrás, muerte delante
terror producen, y mi débil carne,
gastada de pecar, va hacia el infierno.
Sólo Tú estás arriba y cuando miro,
con tu venia, hacia ti, me alzo de nuevo;
mas mi viejo enemigo tal me tienta
que no puedo aguantarme ni una hora.
Pueda yo por tu gracia impedir su arte,
y atrae tú mi corazón de hierro.
II
AS due by many titles I resign
Myself to thee, O God. First I was made
By Thee ; and for Thee, and when I was decay'd
Thy blood bought that, the which before was Thine.
I am Thy son, made with Thyself to shine,
Thy servant, whose pains Thou hast still repaid,
Thy sheep, Thine image, and—till I betray'd
Myself—a temple of Thy Spirit divine.
Why doth the devil then usurp on me ?
Why doth he steal, nay ravish, that's Thy right ?
Except Thou rise and for Thine own work fight,
O ! I shall soon despair, when I shall see
That Thou lovest mankind well, yet wilt not choose me,
And Satan hates me, yet is loth to lose me.
Myself to thee, O God. First I was made
By Thee ; and for Thee, and when I was decay'd
Thy blood bought that, the which before was Thine.
I am Thy son, made with Thyself to shine,
Thy servant, whose pains Thou hast still repaid,
Thy sheep, Thine image, and—till I betray'd
Myself—a temple of Thy Spirit divine.
Why doth the devil then usurp on me ?
Why doth he steal, nay ravish, that's Thy right ?
Except Thou rise and for Thine own work fight,
O ! I shall soon despair, when I shall see
That Thou lovest mankind well, yet wilt not choose me,
And Satan hates me, yet is loth to lose me.
II
A ti me entrego, oh Dios, por muchas deudas.
Por ti fui hecho, y para ti, primero,
y cuando decaí, compró tu sangre
lo que antes de caer era ya tuyo.
Tu hijo soy, que haces brillar contigo;
tu siervo, cuyas penas has pagado,
imagen tuya y, aunque profanado,
un templo de tu Espíritu divino.
¿Por qué el demonio entonces me conquista?
¿Por qué roba y aun viola tu derecho?
Salvo que te alces por tu obra y luches,
perderé la esperanza cuando vea
que tú, que amas al hombre, no me eliges,
y Satán, que me odia, no me excluye.
Enlace a todos los sonetos Sacros de J. Donne traducidos por Antonio Abellán
A ti me entrego, oh Dios, por muchas deudas.
Por ti fui hecho, y para ti, primero,
y cuando decaí, compró tu sangre
lo que antes de caer era ya tuyo.
Tu hijo soy, que haces brillar contigo;
tu siervo, cuyas penas has pagado,
imagen tuya y, aunque profanado,
un templo de tu Espíritu divino.
¿Por qué el demonio entonces me conquista?
¿Por qué roba y aun viola tu derecho?
Salvo que te alces por tu obra y luches,
perderé la esperanza cuando vea
que tú, que amas al hombre, no me eliges,
y Satán, que me odia, no me excluye.
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