Ofrecemos algunos poemas hechos para la ocasión ofrecida en la edición de los dos cuadernos anunciados, y que creemos pueden ser ilustrativos de las intenciones de esta singular conjugación de poesía y pintura con unos resultados, a nuestro juicio, de interés para el mejor entendimiento de las relaciones entre ambas proyecciones artísticas: la poesía y la pintura.
POEMAS
(LA FIGURA Y SU PAISAJE)
-La mañana-
EL lienzo de la vida
discurre cristalino:
el alba, tras del monte,
se pinta, y en el río.
Una historia el paisaje,
y la figura un signo:
desde un trazo de luz
se recrea amarillo
un cuento donde el tiempo
parece sorprendido;
relata a la retina
la historia del olvido:
esta mañana azul
conforta en su retiro;
marcha a ninguna parte
por quedarse en su sitio.
Desliza eterno instante
sobre un rostro herido
el pincel su color
de tiempo relativo.
Quietud en movimiento
que inscribe un laberinto
donde el pincel sensual
manchase el lienzo místico:
donde eterno despierta
el instante dormido
y encuadra la pintura
su límite infinito.
Francisco Acuyo, de El arte del tiempo.
ESPÍRITU FEBRIL DE LA RETINA
LA forma iluminada difumina
el rasgo singular que discontinuo,
muestra expansiva o constrictora el alma
más allá del instante, y pulsa un ritmo
en la textura esquematizadora
que ornamenta espacial el infinito.
De la abstracta eclosión tan minuciosa
execra ardiente contextura el signo,
y desde dentro de su ser inscribe
el punto, el trazo, la incisión: inicio
del espíritu verdaderamente
creador, fecundo, representativo.
En la piedra grabado está con fuego
el ser sofisticado primitivo,
y el conjunto trazado pensamiento
que se conforma plástico designio,
o expresión silenciosa que deshace
el quieto azul y el próvido amarillo
en la magia caudal de su celaje,
o el prístino cauce de su rito.
Francisco Acuyo, de Zeitgeist: o el espíritu del tiempo.
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