viernes, 30 de mayo de 2025

EL CÍRCULO DEL AMOR AUSENTE

Para la sección de Poesía, del blog Ancile, traemos un nuevo post que lleva por título: El círculo del amor ausente.




EL CÍRCULO DEL AMOR AUSENTE



El círculo del amor ausente. Francisco Acuyo




   Aflicción a la ausencia siempre fiel,
no es signo de alabanza engañador
pues, nunca la esperanza del amor
tocar pudo, si el alma fue su piel.

   Trazó un ángel con luz el redondel
del tiempo, en él dibuja en derredor
la eternidad: de carne, en su interior
formó el lienzo, de espíritu, el pincel.

  En sus manos sostuvo el infinito
el ángel un instante, en ellas puso
el imán de una fábula inaudito,

   y en su atracción azul pinta la ausencia
que trazó de invisible sombra incluso
la inmortal del amor circunferencia.





Francisco Acuyo





El círculo del amor ausente. Francisco Acuyo



martes, 27 de mayo de 2025

HUMANS, MACHINES, LANGUAGE

Para la sección de Noticias del blog Ancile, traemos un post adelantando la celebración del Congreso Internacional: Humans, Machines, Languaje, que se celebrará en la Facultad de Traducción e Interpretación de Granada. Adjuntamos el siguiente enlace para mayor información. Pinchar en la propia página del Congreso en el siguiente enlace: Humans, Machines, Language, o en el subtítulo de este post:


HUMANS, MACHINES, LANGUAGE







 Decía en otra ocasión* que: Una de las características más singulares de todo arte creativo es, sin duda, el tratamiento e inferencia de las cualidades sobre las que basa su constructo de creación; de hecho, todo lo deducible cuantitativo y medible (por ejemplo, en poesía, la métrica) deviene de ese procedimiento, dignidad, cortesía y recurso especiales. La subjetividad de donde procede son claramente estados de experiencia que son netamente cualidades, y su descripción cuantitativa exhaustiva no es posible sino de manera aproximada. Es claro que ningún patrón o parámetro numérico mecánico puede expresar el sentir, la emoción de esta o aquella percepción, ideación o sentimiento. Esta apreciación descrita, creo, es uno de los rasgos más determinantes para limitar a la propia inteligencia artificial en el proceso de generación de potenciales formas de expresión artística, no hay manera de reducir a datos lo que se siente al ver un hermoso cuadro o al realizarlo. Esto es harto interesante porque, en los intentos de la IA por acercarse al proceso creativo consciente del ser humano, pone de relieve desde otra óptica no menos interesante, el problema de la conciencia.

    En verdad que los procesos creativos son los que más cerca están para alentar una reflexión y una indagación sobre lo que la conciencia sea y, acaso, cuál sea su origen y destino. Todo parece indicar, a día de hoy, que los estados creativos que devienen de la experiencia vital no pueden tratarse de manera análoga a cómo procesa datos un ingenio informático, es más, esos estados de experiencia no pueden ser tratados de manera análoga a como lo hacemos con los procesos químicos y físicos. Ahora bien, ¿cómo afecta el desarrollo de la IA en el tratamiento  del lenguaje, sobre todo en los procedimientos de traducción de textos diversos? Es claro que la IA habrá de afectar no solo a la sociedad en todos sus ámbitos, pero de manera particular en el tratamiento del lenguaje y la traducción: no será lo mismo la aplicación de la IA a textos técnicos de la índole que sea, a saber, textos científicos, jurídicos, comerciales, etcétera, que aquellos que se consideran  literarios o artísticos, o lo que es lo mismo, plenamente creativos, con toda la suerte de sutilezas que conllevan, como puede ser el especial discurso poético. De todo esto y otras muchos aspectos de la IA se darán cuenta en este interesantísimo Congreso que tenemos precisamente en nuestra Universidad. Daremos una breve semblanza del mismo:

Humans, Machines, Language es un congreso internacional que tiene lugar en la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada el 24 y 25 de junio 2025, organizado por el grupo HuMaLa, que forma parte de la Asociación Británica de Lingüística Aplicada, en colaboración con la Universidad de Granada.

El eje principal de este congreso gira entorno al bienestar del ser humano en el mundo rodeado de aplicaciones de inteligencia artificial, desde el punto de vista de la seguridad, privacidad, transparencia, no discriminación y bienestar social y ambiental, y una aproximación teórica  y práctica.

La perspectiva se centra en la interacción entre el ser humano y la máquina a través del lenguaje.

El congreso cuenta con charlas de diferentes participantes procedentes de diferentes países y continentes.

Este congreso será un lugar para el debate y la reflexión, a través de charlas plenarias de expertos tanto del mundo académico como la industria, y una mesa redonda entre académicos desde un punto de vista interdisciplinar.

Si tiene ocasión acudan a este evento o infórmense en la página de la organización, que de nuevo traemos en el enlace siguiente: Humans, machines, language.






*Veáse como ejemplo : Conciencia y transexperiencia, en este mismo blog, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2024/05/conciencia-y-transexperiencia-o-la.html




viernes, 23 de mayo de 2025

LOS GENES Y EL CAPARAZÓN , POR JUAN MIGUEL ORTIGOSA

Traemos para nuestra sección de reflexiones y pensamientos un trabajo de nuestro querido amigo Juan Miguel Ortigosa, poeta, escritor, pensador de la ciencia, y bajo esta último interés traemos este texto bajo el título de Genes y el caparazón.


LOS GENES Y EL CAPARAZÓN 





Cuando Darwin y Mendel  publicaron sus trabajos de Evolución biológica por selección natural o Las leyes de la herencia en los que, el causante original de su evolución, determinación o transmisión, el gen, aún no se conocía ni siquiera superficialmente, qué fuera ese "bichito", al que sólo se conocía por sus efectos. 

    Aún tardaríamos más de un siglo en poder conocer a fondo su forma, composición, funciones y el determinismo que su presencia supone en cualquier organismo. Pero conocidos sus secretos, quedó claro que sus funciones son las que dominan, deciden, proyectan y determinan la  existencia y el desarrollo de cualquier organismo vivo, y sus características, incluido el hombre. Es a través del gen, donde actúan "las leyes de la herencia" de Mendel y las "leyes de la evolución por selección natural" y supervivencia del más apto de Darwin. El cambio y adaptación no es del organismo como conjunto, sino de esos microscópicos entes, llamados genes e incluso no de todos, sino de uno o unos pocos que provocan minúsculos cambios de comportamiento de la estructura soporte, que vamos a llamar "caparazón" y en concreto, ciñéndonos al hombre, como "caparazón" o cuerpo humano, con todos sus órganos internos y externos.

 


  Desde hace siglos, el hombre intuía que algo desconocido intervenía en  la conformación y características de los distintos elementos del caparazón: el niño saca los ojos azules de su abuelo o el pelo rubio de su madre. Pero no sólo en lo físico, sino que también se transmite en lo psíquico o espiritual: "el mayor era tímido como su madre, el tercero tenía un genio y un pronto como su padre o la menor heredó un exquisito sentido artístico de su abuela".

    Ya desde Aristóteles, las capacidades que determinaban las características del "caparazón", se suponían contenidas en las mezclas de semen, en los distintos "humores" que dominaban la forma de ser y actuar o cualquiera de las formas explícitas o intuidas, pero en las que se detectaba un acusado denominador común: el fuerte determinismo del agente encargado de las características físicas y psíquicas del "caparazón".

    Estudios realizados posteriormente demostraron que el ADN (ácido desoxirribonucléico) contenido en el núcleo de las células, era el responsable de llevar las instrucciones genéticas en el desarrollo y funcionamiento de los organismos y por lo tanto el responsable, a través de los genes que lo componen, del determinismo de las características del "caparazón". 

    Cuando en la década de los cincuenta, Francis Crick y James Watson, investigan sobre la configuración en doble helice del ADN de la vida, estudios que vieron la luz en una publicación en 1968, este descubrimiento sería determinante en el estudio y elaboración del genoma humano, tras más de veinte años de estudio y esfuerzo realizados por "un consorcio internacional para el estudio del genoma humano", con la participación de más de tres mil científicos de todo el mundo, de la empresa pública y la privada. Por fin, en el año 2021 se publicó el mapa completo del "genoma humano". La ciencia fue capaz de ubicar, identificar y determinar, el sitio, función y acción de cada uno de los genes implicados en la determinación y conformación del cuerpo humano. El hombre pudo asignar con exactitud y meridiana claridad, lo que la ciencia había predicho, estudiado o vaticinado durante años. Pudimos saber para siempre qué genes y dónde se ubicaban y eran los responsables y determinantes directos, del color de nuestros ojos, de nuestra complexión física,  de aquella enfermedad hereditaria, del rasgo específico del carácter de una persona o de sus cualidades, aficiones o en otros casos, handicap determinados. Llegamos a confirmar científicamente, lo que había sido durante mucho tiempo una intuición y un objetivo de estudio: la absoluta determinación de la herencia genética en los seres vivos. La férrea dictadura del gen sobre el conjunto del material celular que conforma el ser vivo. Y en concreto, la total hegemonía del gen, sobre lo que no sería más que el "caparazón" humano, convertido en el soporte físico o "terreno de juego" para esos genes determinantes. Parece como si en ese momento, el hombre perdiera su papel de "rey de la Creación", a favor de los  hegemónicos genes, de los que se convierte en poco más que un servidor más de la acción de éstos.

    Y aquí la gran paradoja:  en el momento en que el ser humano conoce más a fondo las capacidades, características y acciones del gen, cuando constata la evidencia y acepta de la manera más incontestable su papel como mero "caparazón" o sostén de los poderosos, hegemónicos y determinantes "genes", se abre la opción contraria y antitética: el "humildado" y humillado "caparazón humano", usando la inteligencia que las leyes de la evolución y la capacitación que los genes le permitieron, aprovecha para estudiar los códigos del ADN, elaborar un mapa del genoma humano ( y de cualquier ser vivo) situando y evaluando a cada gen en su función concreta y su lugar especifico en el genoma. Conocido ésto y actuando con la herramienta de la "ingeniería genética", se erige de nuevo de dominado en dominante y de determinado en determinante: anulando genes de acción perniciosa (que pueden provocar graves enfermedades hereditarias) abriendo la posibilidad de engendrar seres humanos "a la carta",  donde no tendría, mayor dificultad elegir color de ojos, complexión física, carácter, sensibilidad artística etc. Creando todo tipo de productos transgénicos dotados de propiedades y características múltiples. De nuevo el ser humano parece recuperar su papel de "rey de la creación". Y sigue estudiando los genes y sigue investigando, y sigue disponiendo, creando y determinando sus acciones y determinaciones, como ya hizo el gen durante cientos de millones de años sobre todos los seres de la creación.

    Con la informática, la inteligencia artificial y la cibernética, se dota de capacidades potencialmente ilimitadas a sofisticados robot y hacen progresar la biónica, hasta convertir en una realidad cercana, al hombre biónico de la película de ciencia-ficción de los setenta, "The Six Million Dolar Man". 

    La realidad del futuro puede que sea una realidad virtual regulada y dirigida por la IA, mediante complicados y certeros "algoritmos" elaborados y ¿controlados? por el hombre y que hará que la "inteligencia artificial" y la biónica, lleguen a conseguir logros ilimitados en la evolución de su desarrollo. Determinados, eso sí, por la inteligencia humana, que los usará como soporte para su propio beneficio y supervivencia... o no!.

     ¿Qué Soma nos darán en ese "mundo feliz", para soportar la angustia de constatar que, de nuevo, el hombre haya podido ser destronado como "rey de la Creación?".

    ¿Podrá la IA con sus complicados algoritmos y apoyada en la biónica que ella misma perfeccionaría, rebelarse y manipular "al caparazón humano" que la creara, como éste hizo con los genes que lo conformaron y determinaron? ¿Se está produciendo ya? ¡¡Quizá...!!"




                 Juan Miguel Ortigosa


miércoles, 21 de mayo de 2025

LA PÁGINA EN BLANCO

Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traemos un fragmento de un libro en preparación titulo Poética del silencio: en el ser del verso, la música de la nada, fragmento que lleva por título: La página en blanco.



  LA PÁGINA EN BLANCO



La página en blanco. Francisco Acuyo


De la nada, Señor, me habéis sacado

a nuevo ser, […]

Lope de Vega


¡El universo contra la nada!

       W. Shakespeare



Nada. La nada: suspendida como un epitafio invisible  en el vacío de la página en blanco. Mas, virtuales palabras quieren, insistentes, la nada poblar sobre el papel no escrito con lo nunca visto y antes sustanciado. No obstante, la palabra se ha convertido en ceremonia, en algo insostenible para cualquiera concepto y, para la lógica, en no más que aderezo, y aderezo insípido a mayor abundamiento ¿Qué nos dice el dios de los filósofos de la nada? ¿Qué el Dios, de cuyo concepto formal adquieren fundamento las perplejidades del don de la fe viva y su ortodoxia doctrinal? ¿Qué, el demiurgo estricto, extremado y riguroso de la ciencia positiva ante la infinitud que ahuecan los espacios siderales, y aún los entresijos más íntimos y oscuros del microcosmos?  ¿No infiere un agravio profundo a la razón y a la experiencia –material- esa página en blanco que, sin embargo, diríase que sostiene el mundo? Pero, ¿cómo, siendo remunerador liberal del vacío la nada parece que, con el término natural de todas las cosas acabará, y en su propia disolución, por sostener la existencia misma?

La página en blanco. Francisco Acuyo

¿Será la bizarría acreditada por la nada harto más relevante para el conocimiento de la realidad que la de la misma materia? La nada es de desconocido linaje, de acreditada oscuridad y rareza reconocida, y todo esto no siendo más que nada; causa ha sido de no pocas y agrias controversias y muchas y profundas reflexiones que todavía, ahora, se suceden no siendo la nada vista, ni oída, ni palpada jamás. Es pues, el vacío de la nada la esfera donde las explicaciones suelen quebrar de sutiles; pero no por eso dejarán muchos el delicado y perspicaz intento de indagar y satisfacer en ella la curiosidad de la que, por cierto, también es reflejo este relato extravagante. En cualquier caso, nos sugiere el vacío de la nada que, siendo un lugar al completo indescriptible, será siempre harto interesante, sobre todo, si es ¿sitio? donde la realidad obtiene la posibilidad de sustanciar su materialidad y, si es que hay, como aparenta, un antes para la materia y un después para la nada. ¿Es así, o de forma semejante, que inscribe el ser la rara hazaña de surgir y subsistir y permanecer con su escritura material sobre la nada inaudita de la página en blanco? 




Francisco Acuyo



La página en blanco. Francisco Acuyo



martes, 13 de mayo de 2025

UN JARDÍN SIDERAL

Traemos para la sección de Poesía del blog Ancile, el post titulado: Un jardín Sideral



 UN JARDÍN SIDERAL




Un jardín Sideral. Francisco Acuyo





Para Antonio Campos

En el reconocimiento de la vida 
interior como tejido del mundo.


En una noche de observación estela
r




    No pide el alma mía más subido
deleite, que no sea el esplendor
contemplar que, ya espíritu, interior-
mente se hubiese estrella entretejido.


    Invisible ilumina su sonido
de rojo, de amarillo en el sabor
sonoro que combina un color
que al labio sabe azul, si se ha sentido.


   ¡Oh amor!, que celeste cultivaste
este jardín sensorial, sentible,
sensitivo, en el sideral espacio.


  Eternidad, efímero contraste
sobre tu luz veloz que a lo sensible
nos llegó, fugazmente, tan despacio.



Francisco Acuyo




Un jardín Sideral. Francisco Acuyo


viernes, 9 de mayo de 2025

ALMAS GEMELAS

   Para la sección de, Poesía, del blog Ancile, traigo el poema intitulado: Almas gemelas.



 ALMAS GEMELAS








    Soledad es espíritu un instante
que escoltó el infinito por el cielo
constelado, y en cuya luz el vuelo
la eternidad examinó durante.

   La estrella del amor, siempre constante,
se nos oculta con el paralelo
rayo de luz cuando atraviesa, velo
del dolor, una ausencia rutilante.

     ¿Ha el tiempo terminado del amor?
¿Se marcha sola el alma de esta vida?
¿Si es inmortal el alma, y el dolor?

   En una única estrella el alma observo:
y  diversa en el centro está expandida
la luz que al fin confluye en universo.




Francisco Acuyo






martes, 6 de mayo de 2025

EL ÁNGEL DE LA NADA

Traigo para la sección de, Pensamiento, del blog Ancile, un fragmento de un libro del que por ahora me reservo el título, y que está inédito; los párrafos en cuestión se intitulan, El ángel de la nada.


 EL ÁNGEL DE LA NADA 



El ángel de la nada. Francisco Acuyo


Visión del cielo constelado:

una noche estival,






[…] el pensamiento es el esclavo de la vida, 

y la vida es el loco del tiempo, y el tiempo, 

que domina el mundo entero, debe detenerse.


W. Shakespeare


La noche, al infinito constelada: el olvido, la oscuridad, la ausencia, el silencio, la soledad, la nada. La quietud del espacio sideral. El olvido, sin tiempo ni distancia, abre al vacío inmarcesible donde la luz está presente al ser que se sustancia sin sustancia. 

Anoche tuve un sueño. Alguien en él creía ser. Y ese mismo ser en otro ser intangible se formaba. Y vi la vacuidad del mal. Y vi la luz de la conciencia cuya sombra al mundo proyecta el sin sentido de la lógica y la razón existencial. La entraña vi del vacío, si reminiscencia de la nada. En el cielo una figura delinea fantástica una luz. En ella, lejos de cualquier mirada, supe del devenir de las estrellas: y que será sólo constante aquella, la nada.

El ángel de la nada. Francisco Acuyo
Son vacuas las promesas, imposibles las razones: que nunca en este mundo tuvo presencia verdadera nadie. Me vi, por fin, en este sueño sin reconocerme vivo. De las fértiles entrañas del vacío solidario se abre el germen de la nada. Al sopor de lo real, la soledad un ángel en el cielo nocturno dibujaba.

¿Es esplendente en verdad el silencio que ilumina este panorama? ¿Quién, con inútil anhelo, osó la calma profanar de la hermana nada? ¿Quién en ningún cabo al ansia audaz dejó reposo en su querer ser y perdurar?  ¿Quién al condumio célico de la  luz renuncia, si oscuridad ofrece en derredor al ser para no ser en un instante eternidad? 

¿Qué es el azar, sino el sueño frugal de la materia? ¿Qué es, sino tapar, cegar todas las lucernas y todas las troneras por donde el ojo puede la ley del caos atisbar? Mas, no será realidad siniestra la existencia. No. A la obediencia de esta órbita el ángel su retiro olvida y al universo en paz, en armas ahora desafía, que es justa casi siempre la causa de la nada. Su flamígera espada, si es esclavo de la vida, el pensamiento arrasará con cólera. Suena en su escudo la oquedad horrísona del vacío y su honda gravedad.

El ángel, su caballo, arrebatado, espolea con veloz galope por el sideral espacio, que parece el tiempo devorar con furia. Es hora que el cielo bese la tierra. Que muera todo orden y la noche sólo quede para los muertos sepultar. Se duerme tras la victoria el ángel de la nada en soledad.



Francisco Acuyo



El ángel de la nada. Francisco Acuyo



viernes, 2 de mayo de 2025

ARTE, LA VIDA EN BUSCA DE SENTIDO

He querido ofrecer un extracto, o una síntesis muy general sobre un librito sobre el que llevo trabajando hace algunos meses y que llevará el título: Arte, la vida en busca de sentido, y que lo incorporo a la sección de Ciencia del blog Ancile, con el fin de ver el interés que pudiera levantar entre algunos de los asiduos seguidores de este medio.


ARTE, LA VIDA EN BUSCA DE SENTIDO



Arte, la vida en busca de sentido, Francisco Acuyo


Arte, la vida en busca de sentido, conforma una serie de textos sobre el impulso creativo manifiesto en la producción artística como una vía singular y, ahora, en nuestros días, como archiconocida terapia, aunque, acaso  no suficientemente entendida su capacidad y necesidad, no solo en los ámbitos propiamente artísticos (el artista ya sabe de su necesidad vital y de su aliento para dar sentido y equilibrio a su vida personal), sino también porque esta senda creativa es fundamental para el tránsito existencial de cualquier individuo. El arte de vivir puede considerarse una necesidad que requiere conocimiento y puesta en acción, y cuyo impulso creativo por unas u otras causas ha sido inhibido para nuestra conciencia en la actualidad.

    En la filosofía y en la protociencia de la antigüedad esto no sucedía. El logos y el mythos convivían de manera pacífica, es más para muchos de aquellos sabios (por ejemplo, Platón, o antes que él Empédocles o Parménides), ambos términos y sus contenidos bien pudieran ser indistinguibles. La filosofía y la ciencia primeras, cuya atención y estudio del mundo natural, entonces, establecían supuestos siempre sujetos a la probabilidad, nunca a la certeza determinista a la que nos acostumbra nuestra ciencia moderna positiva. 

    Contemplación que de manera verdaderamente fascinante emparenta con la visión de la nueva ciencia, no obstante, sobre todo de la física y sus derivados y particulares paradigmas de la más rabiosa
modernidad. Sobre todo, con la mecánica cuántica, donde la probabilidad y la incertidumbre son principios básicos de su fundamento dinámico, descriptivo y estructural en atención de lo más íntimo que constituye la materia. Es claro que esta percepción de la ciencia (moderna y antigua) y la naturaleza, traspasa todos los límites de la resignación a entender el mundo mediante la razón del sentido común, amparada desde siglos, bien en las relaciones del principium reddendae rationis  o el científico basado en las relaciones de causa y efecto.

    Reflexionamos en estas páginas, si en realidad no permanece en lo más íntimo (o inconsciente) del ser humano intactas aquellas componendas míticas, reconocidas como imprescindibles para el entendimiento de la naturaleza en el mundo antiguo. Parece ahora, tal vez como nunca antes, que no son tan fáciles de desprenderse precisamente por la ciencia positiva moderna, sobre todo la física.

    Ya desde Empédocles, los remedios, pharmaka, tenían unas singularidades muy específicas que no distinguen entre el mythos y el logos precursor de lo científico, no en vano la palabra pharmakon poseía también la acepción de encantamiento y no solo designaba los remedios para la cura del mal, sino también los conjuros (epoidai), que eran recitados durante la preparación, por ejemplo, de las plantas curativas, poniéndonos en antecedentes de la importancia de la cualidad evocativa que pierde fuerza cuando se trata de explicar mecánicamente, y se evitan aquellas expresiones simbólicas universales más adecuadas para dar cuenta del proceso de individuación (que diría Jung).

    A partir de estas apreciaciones es que me expongo en una serie de ponderaciones y cavilaciones sobre la necesidad de retomar la dinámica de cualquier terapia desde una óptica que aúne la razón lógica y la apreciación emocional inconsciente e incluso mítica que compone nuestro corpus psíquico en una totalidad que acaso nunca debió de escindirse. Así las cosas, a mi juicio, no hay ministerio de honor más grande que el que propone el arte a nuestras vidas como terapia y forma de afrontar nuestro trajinado tránsito existencia: me refiero nada menos que a la prerrogativa, el vigor, la potestad de la creación. Muchas veces se hace portador de sabiduría excelsa aquel que sigue el impulso creativo, pues este lo instruye y alienta, porque a través del arte se adorna de una elocuencia fundamental el ser humano para contar la vida, donde muchas veces la filosofía y la ciencia fracasan. Gracias a aquel saber decir, mostrar, compartir, el espíritu se ha liberado y manumitido de cualquier ley (o leyes) determinista(s) que creyeran conformarlo para seguir el curso creativo de la gran naturaleza. 

Arte, la vida en busca de sentido, Francisco Acuyo
    Por ejemplo, la poesía, como todo arte, va más allá de la intelectualización que, tantas veces lleva al constructo mecánico. Si se sitúa, aun con rara frecuencia, en las auras celestes será porque es poco o nada utilitaria. Porque el arte no es un medio para lograr esto o aquello, el arte, la creación, es (son) un fin en si mismo(s). No es, pues, un productor de bienes (que, por cierto) tanto halaga a las sociedades de consumo. Nos advierte que la tecnología, que tanto puede aportar para hacernos más fácil la vida cotidiana, puede ser el camino de la perdición del espíritu, de la psique, de la conciencia, pues su proceso mecanicista y utilitario hace imposible el entendimiento de la vida como un todo.

    Ver no es suficiente.  El artista debe meterse en la cosa, sentirla interiormente y vivir el mismo su vida. Por eso, a través de la escucha (que también es contemplación) artística aprendemos a ver, escuchar, inquirir con respeto a la naturaleza y a la conciencia atenta que la escruta, pero también al espíritu que habita en lo más profundo de las criaturas y de las cosas que invisten el mundo como un solo cuerpo. Por esto es el arte profundamente terapéutico. Nos muestra o enseña o revela al alma el prodigio de expresar emociones y sentimientos con resplandor y seguridad. Tiende a la búsqueda de un grupo o de una persona determinados con los que compartir la hermosura. Pero también, a reconocer el valor de la inteligencia emocional, fundamento para cualquier terapia que se precie de ser efectiva.

    La potencia creativa manifiesta en el arte es terapéutica porque nos enseña a afrontar la vida bajo profundas reflexiones que extrapolan lo netamente racional o lógico.  Decía, verbigracia, el poeta Novalis que: cada desastre de la naturaleza es el recuerdo de una patria superior; es por eso que el sufrimiento, en su extraña intercesión, muchas veces es el que inspira a la humanidad para hollar caminos superiores y trascendentes; acaso sea ese el significado más profundo del dolor, que es precisamente, el que fortalece la voluntad para cumplimiento del alivio, del sosiego o de la curación.

    Por todo esto es que el arte y su potencia creativa es además una fuente crítica de la realidad convencional o adquirida y porque las herramientas simbólicas y retóricas que ofrece en su proceso de creación son en verdad muy dignas de ser consideradas en cualquier proceso serio de recuperación o de terapia.

    La pasión creadora es terapéutica, lo es, y no me aventuro al afirmarlo, porque funciona cual espita o avenamiento extraordinario, cuyo inédito, fresco, libre impulso, se ofrece al conflicto del trastorno, en su amargo arbitrio que tortura la vida psíquica, como el bálsamo empíricamente comprobado, si a través del cual se hace posible la realización personal mediante la obtención de un sentido, de un significado de vida. Es el espacio en donde ya no hay hueco para la amenaza cruel de la enfermedad real o imaginaria, solo para la pasión creadora. Esta psicología del instinto creativo (curativo) es de una importancia no suficientemente ponderada, a mi juicio, en la actualidad ante el oprobio de la dolencia, del padecimiento, de la aflicción.



Francisco Acuyo