Observadores y participante: una paradójica genealogía del universo, es el título del nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile.
OBSERVADORES Y PARTICIPANTES:
Cuando John Archibald Wheeler
dejaba caer su explosiva teoría del principio antrópico participativo (no sólo
observamos el cosmos, sino que participamos en su creación), y Vicent Jacques y
su grupo idearon un experimento en el que se confirmaban las afirmaciones de
Wheeler, la reacción en contra de una parte importante de
los científicos coetáneos no se hizo esperar.
El
experimento de la elección retardada en el ámbito cuántico (que mostraba cómo
las observaciones determinaban acontecimientos del pasado) bien podría suceder
a escala cósmica. El efecto de lente gravitatoria (mediante el que la luz se
curva por la gravedad) constatable en un agujero negro, podía ser un referente
ideal para la aplicación del efecto retardado a nivel cósmico.
Es
así que, el conocimiento del experimentador sólo podría producirse un tiempo
funcionando en sentido opuesto, por lo que la historia pasada del universo no
tiene más validez que las mediciones que hacemos… ahora.[1]
La no localidad de la naturaleza cuántica implican efectos no locales que, en
principio, pueden cruzar todo el universo y remontarse en el tiempo.[2]
Todo esto pone de relieve la
necesidad de la conciencia para explicar el mundo material porque aquella, la conciencia, es fundamento para la propia
existencia de la vida y, aún más, para la propia existencia del universo,
convicción que enlaza irremediablemente con la percepción hermética: lo que
arriba esta abajo hesita, en el sentido de que lo haga en el futuro el observador ¡determinará lo que ocurra en el pasado![3]
La idea del universo como conciencia es una de las conclusiones a las que lleva la
nueva física y que coincide con la búsqueda hermética de la comprensión de la
mente de Dios. Queda perfectamente descrita esta genealogía en el tratado XI[4]: Dios crea la eternidad; la eternidad crea
el Cosmos; el Cosmos crea el tiempo; el tiempo crea lo que llega a ser.
A
la luz de los pasos de la nuevas ciencias no podemos sino afirmar que estas
caminan hacia una dirección que no podemos dejar de ver vinculada hacia los
principios herméticos que precisan de la metáfora, de la analogía de un
universo consciente y vivo, donde subyace una unidad que trasciende las
convenciones del espacio y del tiempo, porque el símbolo poético de aquellos
textos oscuros y los significados extraíbles de la nueva ciencia, conforman el
mensaje de aquella unidad a través de un lenguaje holístico capaz de penetrar
todos los niveles posibles de conocimiento a la vez, siguiendo la estela de
nubes gloriosas. (Wordsworth).
Serán
muchos más los argumentos que nos lleven a encontrar paralelismos entre la
vieja y la nueva ciencia, pero los dejaremos para próximos post del blog
Ancile.
Francisco Acuyo
[1] Wheeler,
J. A.: Genesis and Observership, en Butts y Hintikkka Eds. Pág. 203.
[2] Davis,
P. y Gribbin, J.: The matter Myth: Towards 21 st Century Science, Londres,
Viking, 1991, pág. 208.
[3] Wheeler,
J. A.: ibidem.
[4]
Copenhaver, B.: Hermética: The Greek Corpus Hermeticum and the Latin Asclepius
in a New English Translation, Cambridge University Press, 1992, Pág. 41.