Nos llegó esta Navidad la edición facsímil de la revista Ketama –suplemento literario de Tamuda- en una preciosa presentación, llevada a cabo por la Fundación Jorge Guillén de Valladolid en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Nos parece indispensable dar noticia de la aparición de este conjunto reunido de dicha revista, para lo cual hemos pergeñado este post, pues nos parece de justicia establecer al menos una semblanza de dicho trabajo editorial que nos parece de excepción y necesaria referencia. Reproducimos portadas y algunas de las extraordinarias colaboraciones que en su momento prestigiaron dicha publicación, así como la nota editorial de la revista para la ocasión de esta edición facsímil.
LA revista Ketama fue una iniciativa de Jacinto López Gorgé, cuya vida y obra estuvieron ligadas al Rif desde muy pronto. Nacido en Alicante en 1925, a los tres años se traslada a Melilla, ciudad en la que se fraguará su personalidad poética, y a principios de los años 50, tras recalar en Ketama -de aquí la revista tomará su título- y Beni Hadifa, se muda a Tetuán, la capital del Protectorado español de Marruecos, donde su quehacer literario se desarrollará plenamente.
Durante su estancia aquí, antes de instalarse en Madrid en 1970, ejerció el periodismo y la crítica literaria, además de publicar sus primeros libros de poesía.
Estos poemarios La soledad y el recuerdo (1951) y Signo de amor (1954)-le sitúan en el núcleo del llamado «Grupo literario de Melilla de los años 50», al que pertenecen además Pío Gómez Nisa, Francisco Salgueiro, Eladio Sos, Juan Guerrero Zamora y Miguel Fernández. Colaboró asiduamente en El telegrama del Rif y el Diario de África, y más adelante en los diarios España de Tánger, España Semanal, ABC, Pueblo, y en el semanario Blanco y negro, así como en la revista La estafeta literaria. Los proyectos editoriales suponen una parte muy relevante de su obra, pues obedecen a una profunda inquietud literaria y a una voluntad constante de promover la poesía. En Melilla fundó, junto a Pío Gómez Nisa, la revista Manantial (1949-1951) y la colección «Mirto y laurel» (1953-1958). En Tetuán dirigió la revista hispano-árabe Ketama (1953-1959), un espacio de encuentro entre dos culturas por medio de la poesía que -junto a la revista Al-Motamid dirigida por Trina Mercader- supuso uno de los episodios más singulares y valiosos de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX.
En Madrid continuó su labor periodística y literaria, y publicó dos nuevos libros de poesía: Nuevos poemas de amor (1972) y Dios entre la niebla (1973).
Dirigió el Aula de Literatura del Ateneo de Madrid, y a partir de los años 80 vieron la luz sucesivas antologías de su obra: Antología poética 1947-1979 (1981), Mi corazón, mi casa y mi memoria (1995) y Sonetos de media vida (2001). Fallece en Madrid en diciembre de 2008. Un año después de su muerte, el Ayuntamiento de Melilla le rinde homenaje publicando su Obra poética completa.
Esta edición facsimilar de Ketama, que ha sido concebida y editada conjuntamente por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Fundación Jorge Guillén, pretende ser un homenaje al trabajo ya la vocación poética de Jacinto López Gorgé.
Sería injusto omitir en esta nota editorial la indispensable colaboración de Josefa Gómez Sempere, compañera de Jacinto López Gorgé, sin cuya resolución y desvelos entrañables no hubiera sido posible esta feliz aventura que hace realidad el sueño del poeta. El prólogo del doctor don Pedro Martínez Montálvez, con su rigor científico y su gran conocimiento de la filosofía y de la relación histórica entre el mundo hispano-árabe, servirá para esclarecer en este caso el contexto -el histórico y el literario- de una revista tan singular como Ketama que, en un momento clave de la modernidad, estableció una especialísima trabazón y proximidad entre ambas culturas. En este mismo ámbito de entendimiento y altruismo hemos de citar, en primer término, el indispensable y valioso concurso de Soraya Rodríguez, Presidenta de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, como también la generosa y paciente asistencia de Carlos Alberdi, Director de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia, y la inicial recepción y desinteresada providencia de Cristina Agudo, Asesora para Asuntos Culturales y Parlamentarios de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional.
RASO - y cubierto
A la serena duerme mi ganado,
tornaluna de música y sendero,
y está su lana, tanto da el lucero
con ella, de un color puro escarchado.
A la serena duerme mi ganado,ç
y al abrigo de un lado de romero
¡qué cosa más florida de cordero,
que me lleva perdido enamorado!
Aire arriba, me voy por la mañana
en busca de la hierba no mordida,
delante de la nieve que vigilo.
Aire abajo, me alejo de la lana
por la tarde, a la cosa más florida,
y la gozo pacífico y tranquilo.
Miguel Hernández
(Nº 1, Junio de 1953)
QUEDÁNDONOS
A VECES te miro despacio, con miedo.
Viva estás y te miro. Viva, y te quiero.
Pongo mi rostro contra el pelo querido, mis labios contra
el rostro que tengo.
y te repaso y te acaricio, y te estrecho.
Pero me entra de pronto el miedo. Despacio marchamos.
Marchamos los dos muy despacio, minuto a minuto.
Siguiendo…
Aquí las flores que tu mano ahora arranca; aquí el río,
aquí el deseo.
Por aquí esos murmullos que corren: los vientos.
Aquí la luz; aquí el sueño.
Muy despacio miramos, marchando, a los ojos.
Qué hermosura agolpada de pronto contemplo.
Tú, amada mía, tú sola: en ti cierto.
Qué importa que la vida se escape deprisa, corriendo.
Despacio, despacísimo, más despacio, más lento,
vamos despacísimamente andando, transcurriendo,
queriendo.
Y aquí en este rincón del barranco, del dulce estar quedo,
nos paramos, nos miramos, nos amamos, nos estamos
quedando, viviendo.
Vicente Aleixandre
Nº 2 diciembre de 1953
ADVENIMIENTO
ANGEL quizá del trueno y las almenas,
o buitre -huye, paloma pavorida-
viene el Amor mí -ya no hay salida
derecho a mis entrañas y a mis venas.
Viene agitando ráfagas, cadenas,
silbando, ardiendo, aojando. Oh la crecida
pupila de terror. ¡Socorro! Oh vida,
oh plenitud que a gloria me condenas.
Sus uñas me clavó, garras de raso.
Contra plumas y látigos de fuego
se erizan dedos de pianista ardido.
No puedo más. Me rindo y acompaso
y a soñar en tu pecho al fin me entrego.
Amor, Amor, mi ritmo te ha vencido.
Gerardo Diego
(Del libro inédito «Amor Solo»)
Nº 4, diciembre de 1954.
HACIA...
LA frescura de la mañana
-trepida el tren hacia París-
renueva en su gloria temprana
la visión del antiguo lis.
Fue por aquí mi juventud,
ignorante de su destino,
a encontrar la nueva salud
cómo y dónde a Dios le convino.
y en la encrucijada –confusa-
hallé mi fundamento claro,
que asentó mi vida al amparo
de una Verdad que fuese Musa.
Musa de costumbre en el suelo
cotidiano para mis pies.
Nuestra verdad no tiene velo
Frente a mi porque tú la ves.
El tren implacable se ensaña
trepidando en mi soledad.
¡Musa tú que fuiste mi hazaña,
mi sempiterna realidad!
Jorge Guillén
Nº 6, diciembre de 1955.
Es una maravilla ver cómo es posible el puente entre diversas culturas, gracias al esfuerzo de quienes han creído y creen aún en la influencia extraordinaria del arte en la civilización. Preciosos los textos seleccionados. El soneto de Gerardo Diego, es estremecedor. Gracias, amigo por esta fiesta matinal con Ancile.
ResponderEliminarMe gustaría mucho poder encontrar esta revista. Si fueseis tan amables de indicarme el modo de conseguirlo os quedaría agradecida. Un abrazo.
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