La Universidad de Córdoba, en su Revista de Traducción Hikma, han aparecido algunos de los poemas que hasta el momento se están traduciendo a la lengua de Fernando Pessoa, del poeta Francisco Acuyo. Introducidos con un texto aclaratorio de uno de los traductores, el profesor de la Universidad de Granada José Antonio Sabio Pinilla, aparecen estos poemas (y otros no incluidos) que se preparan para una antología bilingüe (español-portugués) y que se suma a las traducciones en inglés, francés y polaco de sus poemas, además de la que también se prepara de algunos de sus versos al ruso. Nos parece interesante ofrecer esta iniciativa en el blog Ancile por dos motivos: uno, porque inauguramos una sección de traducción que queremos sea asidua en estas páginas, por parecernos de interés literario, lingüístico y sobre todo poético; dos, porque ofreceremos al público interesado la ocasión de contrastar ese imprescindible trabajo, cual es el de la traducción, para difundir con la dignidad suficiente la obra literaria a otras lenguas distintas a las de origen. Así pues, dejamos como muestra y ensayo de esta nueva sección estos poemas para su contraste y disfrute, si lo hubiere.
SELECCIÓN DE VERSOS DE FRANCISCO ACUYO
TRANSCRITOS A LA LENGUA PORTUGUESA
LIBRE EL VERSO, Y...
Su ave al viento y
silenciosa,
no
expresa la voz su suave
rosa,
que apenas si sabe
no
más de su voz, la rosa.
De
La Transfiguración de la Lira (1984)
LIVRE
O VERSO, E...
SU'
ave ao venta e silenciosa,
nao
expressa a voz a sua suave
rosa,
que pouco mais sabe
ela
de sua voz, a rosa.
A
transfiguração da lira (1984)
FINALE
Del ángel soy
naufragio de la ciencia
que
a luz de mi reflejo suspendido
–aunque
poeta, referidlo os pido–
tendrá
matiz espejo toda esencia.
¡Cuánta
los dulces términos ausencia
demuestra
tanto coro trascendido!
desmayo
abajo viendo que han subido
la
luz y el alma, el aire y la conciencia.
A la luz donde
duermo no escondida,
un
ramo me recuerda destilado
en
el vaso profundo de la vida.
Concentro
en él mi ardor, y en él me inspiro:
y
de la esencia púrpura turbado
se
elevan los aromas, y suspiro.
De La Transfiguración de la Lira (1984)
FINALE
DAOUELE
anjo sou naufrágio da ciencia
que
ao lume do meu reflexo suspenso
-embora
poeta, dize-Io vos peço-
terá
matiz espelho toda a essência.
¡Ouanta
os docíssimos termos da ausência
demonstra
tanto coro transcendido!
desmaio
em baixo observando ascendidos
a
luz e o impulso, o ar e a consciência.
À
luz ande adormeço não escondida,
um
buquê me recorda destilado
dentro
do copo profundo da vida.
Nele
meu ardor centro, nele me inspiro:
e
dessa essencia púrpura turvado
recendem
os aromas, e eu suspiro.
A
transfiguração da lira (1984)
LABERINTO Y PLANETA
AMBIGÜEDAD
esencial,
no
dejaste alguna seña.
Difícilmente
abandona
el
lugar lo que tan cerca
del origen nos habita
en
la fruición de la piedra,
o
ese ciervo decisivo
entre
las flores de estética;
así mismo nos explica,
el
discurso y la vivencia
al
beber del fresco arroyo
que
no supo nunca de épocas,
que
discurre entre cristales
todavía
y entre arenas,
y
sobre aquella colina
en
verdad se manifiesta.
Amor que todo lo alcanza
no
contiene donde empieza
el
bosque, el astro, la flor:
La
nada todo lo hereda.
Este juego no es muy serio.
El
poeta no es el poeta,
mas
el poeta, sin embargo,
fundió
de toda materia
con su celeste albedrío
del
espíritu la arena,
y
sobre el mar nos aguarda
todo
cubierto de estrellas.
Transitoria luz y tibia
deslizaron
para el poeta
entonces
miles de historias:
y
el hombre habitó en la tierra.
De
No la flor para la guerra 1987, 2ª
edición aumentada 1997)
LABIRINTO
E PLANETA
AMBIGUIDADE
essencial,
nao
deixaste algum sinal.
Dificilmente
abandona
o
lugar o que tâo perto
da
origem nos habita
na
fruição da pedra,
ou
esse cervo decisivo
entre
as flores da estética:
é
assim que nos explica,
o
discurso e a vivência
bebendo
do fresco arroio
que
nunca conheceu épocas,
que
discorre entre cristais
ainda
e entre as areias
e
por cima da colina
com
verdade se manifesta.
Amor
que tudo alcança
não
contém onde começa
o
bosque, o astro, a flor:
O
nada tudo herda.
Este
jogo não é mui sério.
O
poeta não é o poeta,
mas
o poeta, porém,
fundiu
de toda a matéria
com
seu celeste alvedrio
do
espírito a areia,
e
sobre o mar nos aguarda
coberto
todo de estrelas.
Transitória
luz e tépida
deslizaram
ao poeta
então
milhares de histórias
e
o homem habitou aterra.
Não a flor para
a guerra (1987, 2ª edição acrescida 1997)
Francisco Acuyo
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