Enlace al blog de La noche en blanco de Granada
Traemos al evento de La noche en blanco de
Granada a la poeta José Cercas Domínguez, de Cáceres, quien se unirá a la
antología de poetas para La noche en blanco de Granada que recogemos en este
blog. Ofrecemos algunos de sus poemas para todos los interesados en la poesía y
en el acontecimiento de octubre en la ciudad de Granada.
LA POESÍA DE JOSÉ
CERCAS
PARA LA NOCHE EN BLANCO
DE GRANADA
José Cercas Domínguez. Santa Ana (Cáceres), 1959. Es un poeta extremeño
con una extensa obra de la cual se pueden destacar los poemarios El tiempo que me habita (Ed. Alfasur, 2006), Los versos de la ausencia y la derrota (Ed- Vitruvio, 2009), Dana o la luz detenida (Ed. Alfasur, primera edición. Rumorvisual
segunda edición, 2011) y Oxígeno (Ed. Ariadna, 2012). Asimismo ha publicado en
numerosas antologías de carácter nacional e internacional y ha obtenido
diversos reconocimientos literarios en su carrera literaria. Actualmente está
trabajando en un nuevo poemario que verá la luz en breve.
COSAS QUE PASAN
Y le acusaron de todo,
y le exiliaron al norte del norte
donde habitan todos los nortes sin
crepúsculos,
donde el iris nace
en las cuencas vacías del llanto.
Y le acusaron de todo:
de la distancia que brama
en la soledad de la lluvia,
de las cosas del mar,
de la nube imperfecta que dormita
en la lenta y azul huella del cielo,
de las puertas cerradas,
de las puertas abiertas,
de los soles que tiritan de frío
bajo el viejo té de la India,
de todo lo que grita en el vientre de la
tierra,
de todo lo lejano,
de todo lo ausente.
De tanto le acusaron que al final
dieron con lo cierto.
dieron con lo cierto.
EL CANTO ENCENDIDO
Si yo pudiera, si alguien pudiera
regresar al agua o la tierra
o al diminuto alce
que besa la cresta de la colina.
Si yo pudiera volver
a los restos del naufragio
y recoger, de la olas,
la indiferencia de la espuma,
el canto de la reina sirena
que expande su lírica
por la amarga soledad de las rocas.
Recorrer todas las calles perdidas
entre las tardes que braman al crepúsculo.
Si yo pudiera mantener sobre mi pecho
mi cántico encendido,
o el horizonte que lame la luna
o el barco a lo lejos
que sostiene, a duras penas,
la luz de las vocales.
Si yo pudiera ¡ay! Si yo pudiera
regresar del mar
la dulce canción de tu boca.
regresar al agua o la tierra
o al diminuto alce
que besa la cresta de la colina.
Si yo pudiera volver
a los restos del naufragio
y recoger, de la olas,
la indiferencia de la espuma,
el canto de la reina sirena
que expande su lírica
por la amarga soledad de las rocas.
Recorrer todas las calles perdidas
entre las tardes que braman al crepúsculo.
Si yo pudiera mantener sobre mi pecho
mi cántico encendido,
o el horizonte que lame la luna
o el barco a lo lejos
que sostiene, a duras penas,
la luz de las vocales.
Si yo pudiera ¡ay! Si yo pudiera
regresar del mar
la dulce canción de tu boca.
CUANDO TODO ES VIDA
Cuando todo es vida:
sobre los ojos danza el barro
y el sufrimiento en forma de lágrima;
la hoja calcinada ofrece su vientre de estaño,
y en la batalla, el tanque, labra la tierra,
abre el surco de la aceituna
y hace crecer el olivo al son del martillo.
Cuando todo es vida:
todo es aire y esperma,
y olas que braman detrás de los acantilados,
y besos en las calles,
y lágrimas que alcanzan la miel de la luna.
Cuando todo es vida:
siempre nace ¡ay! siempre a lo lejos:
los ojos de la naturaleza
besando la luz de los cañizos;
los peces rompiendo en aguas
el parto de los manglares;
la voz secreta de hombres y mujeres
que reunidos para el te quiero,
aman sílabas ardientes detrás de la poesía,
y las manos levantadas para libar en el fruto
en las siete maravillas de los cuerpos.
Cuando todo es vida,
se que entre tú y yo,
quedan nuestros besos.
sobre los ojos danza el barro
y el sufrimiento en forma de lágrima;
la hoja calcinada ofrece su vientre de estaño,
y en la batalla, el tanque, labra la tierra,
abre el surco de la aceituna
y hace crecer el olivo al son del martillo.
Cuando todo es vida:
todo es aire y esperma,
y olas que braman detrás de los acantilados,
y besos en las calles,
y lágrimas que alcanzan la miel de la luna.
Cuando todo es vida:
siempre nace ¡ay! siempre a lo lejos:
los ojos de la naturaleza
besando la luz de los cañizos;
los peces rompiendo en aguas
el parto de los manglares;
la voz secreta de hombres y mujeres
que reunidos para el te quiero,
aman sílabas ardientes detrás de la poesía,
y las manos levantadas para libar en el fruto
en las siete maravillas de los cuerpos.
Cuando todo es vida,
se que entre tú y yo,
quedan nuestros besos.
José Cercas
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