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NOCTURNO
(Tema de amor para
un ángel ciego)
AROMA verde y sol y varias flores.
Y en la cumbre equilibrio
común hasta el altura, así que apenas hubo
del azul sostenido lo que anduvo,
y en esta alcoba aquella luz sonora
con el oro de voz reparadora.
Y entre la yerba el vidrio no recuerde
que jamás de mirar
quejoso yo me acuerde.
SE ofrece noche queda
la selva, mariposa que se enreda
con el tímbrico estambre en la pupila
y un círculo inestable que titila.
Y en la casa, la sombra encubre poco
o vierte del umbral, la araña sibilescente.
Mientras el paso eleva su oquedad
que esplende desde nuestra alcoba verde.
Cada espejo a saber de
bóveda resuena.
El visillo se finge en velo traslúcida serpiente,
y vientre y ave y vidrio y brisa y espíritu
[ingenua.
Mariposa,
colores
que en la flor es
mano que obtiene presa,
y encerrarla con flores –pensará–
se encierra la tristeza.
¡QUÉ tan fácil deshago las cadenas!
¿Quieres, aún con quien rompe dentro el
[pecho,
atar con azucenas?
Amor. Vendrás. Amor,
mas, hasta cuando, amor
ha de verse la lenta
nave que vas conmigo señalando.
EL Bautista y Leonardo.
El ademán sereno.
La tímida inocencia.
El gamo que se asoma
a recibir del aire transparencia,
y de la muerte ajeno
respira del aroma.
PARA ti. Para ti.
rosa que más se sube
por los estrechos toscos muros si
temiendo cauteloso y lento anduve,
pues, aunque el fuego nunca
encendí ya me quema siempre;
y el ascua prende rosas y florece,
y de la brasa absorta,
a pesar del dolor, la mano,
que a ti todo obedece,
buscadora un candente ramo corta.
Francisco Acuyo
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