CONDE DE VILLAMEDIANA:
AMOR NO ES VOLUNTAD, SINO DESTINO
Después, Amor, que mis cansados años
dieron materia a lástima y a risa,
cuando debiera ser cosa precisa
el costoso escarmiento en tus engaños;
y de los verdaderos
desengaños
el padre volador también me avisa,
que aunque todo lo muda tan aprisa,
su costumbre común niega a mis daños;
cuando ya las
razones y el instinto
pudieran de mi mismo defenderme,
y con causa fundada en escarmiento;
en otro peligroso
laberinto
me pone Amor, y ayudan a perderme
memoria, voluntad y entendimiento.
AMOR NO ES
VOLUNTAD, SINO DESTINO
Amor no es
voluntad, sino destino
de violenta
pasión y fe con ella;
elección nos
parece y es estrella
que sólo
alumbra el propio desatino.
Milagro
humano es símbolo divino,
ley que sus
mismas leyes atropella,
ciega deidad,
idólatra querella,
que da fin y
no medio a su camino.
Sin
esperanza, y casi sin deseo,
recatado del
propio pensamiento,
en ansias
vivas acabar me veo.
Persuasión
eficaz de mi tormento,
que parezca
locura y devaneo
lo que es
amor, lo que es conocimiento.
ES TAN
GLORIOSO Y ALTO EL PENSAMIENTO
Es tan
glorioso y alto el pensamiento
que me
mantiene en vida y causa muerte,
que no sé
estilo o medio con que acierte
a declarar el
bien y el mal que siento.
Dilo tú,
Amor, que sabes mi tormento,
|
y traza un nuevo modo que
concierte
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estos varios extremos de mi
suerte
que alivian con su causa el
sentimiento.
En cuya pena, si glorioso efeto,
el sacrificio de la fe más
pura,
ose el amor, si teme la
ventura;
ose el amor, si teme la ventura;
que entre misterios de un dolor
secreto
amar es fuerza y esperar
locura.
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TAL VEZ LA MÁS SUBLIME ESFERA TOCO
Tal
vez la más sublime esfera toco
de los orbes de Amor, do pruebo y siento
un infeliz, cobarde encogimiento
con que a imperfecta lástima provoco.
A
mucho se dispone y vuela poco
mi osado y rendido pensamiento,
muy temeroso para atrevimiento,
y para no atrevido ya muy loco.
¡Oh
laberinto, oh confusión, oh engaño!
en que estoy, la que sufro y el que sigo;
sin fe el remedio y sin aviso el daño;
donde el hado, infelizmente enemigo,
es oráculo ya de un desengaño
que quiso ser remedio y fue castigo.
EN CUNAS DE ESMERALDAS, DESTA FUENTE
En
cunas de esmeraldas, desta fuente
aljófar nace o fugitiva plata,
cuyas márgenes claras no dilata
en cuanto es su cristal adoleciente;
en
undosa después firma creciente,
que de grillos de hielo se desata
sin llegar donde muere, nunca mata
la fatiga y la sed de su corriente.
¡Oh
retrato, oh espejo de la vida,
que en vanas plumas de sus fines vuela,
más engañada y menos advertida,
a
donde la razón no se rebela,
siguiendo una elección apetecida
por quien ha de morir, por quien anhela!
HÁGAME EL TIEMPO CUANTO MAL QUISIERE
Hágame
el tiempo cuanto mal quisiere
y nunca de mis daños se contente,
que no me he de perder inútilmente
por lo que sin propósito dijere.
Gobierne bien o mal el que tuviere
a su cargo las leyes de la gente,
que a mí y a mi censor impretendiente
no hay mudanza de estado que me altere.
Lleve mi confïanza por el suelo
sus alas, pues conoce que no acierta
el que se atreve a peligroso vuelo.
Quede mi queja y esperanza muerta,
pues vemos que la envidia más que el celo
a la murmuración abrió la puerta.
A LOS PRESAGIOS DEL DÍA DEL JUICIO
Cenizas que aguardáis aquella trompa
para unir las especies desatadas
con que al Juicio final serán llamadas
las almas puras con gloriosa pompa,
cuando la voz de Dios, abriendo, rompa
los mármoles y losas más pesadas,
porque salgáis unidas y apuradas
en forma a quien el tiempo no corrompa.
No
puede estar ya lejos, pues es cierta
aquella confusión, cuya agonía
los dormidos espíritus despierta.
Antes, en este caso juzgaría
que ver cosa inmortal, sin tiempo, muerta,
es ya de los prodigios de aquel día.
Juan de Tassis y Peralta, Conde de Villamediana
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