jueves, 26 de enero de 2017

LAS CONSTRUCCIONES INTUITIVAS DE LA MATEMÁTICA Y DE LA LENGUA (EN LA POESÍA)

Para la sección del blog Ancile: Poesía y matemáticas, la aproximación al tema titulado: Las construcciones intuitivas de la matemática y de la lengua (en la poesía).



Las construcciones intuitivas de la matemática y de la lengua (en la poesía). Francisco Acuyo



LAS CONSTRUCCIONES INTUITIVAS DE LA

MATEMÁTICA Y DE LA LENGUA (EN LA POESÍA)









LA argumentación intuicionista sobre la matemática como actividad autónoma e independiente, excede las garantías de las construcciones formalistas (y logicistas), en tanto que, argumentan, en modo alguno las necesitan. Este postulado es capital para entender la argumentación intuicionistas de las matemáticas. Es una ¿singular? coincidencia con la aspiración de un grupo de estudiosos –y creadores- de la poesía, cuyo arte (¿y ciencia?) se  le sitúa siempre un paso más allá del fenómeno literario, amparándose no sólo en el acervo de cada vez más numeroso de los estudios literarios al respecto, también, y sobre todo, en la misma particularidad del manejo de la lengua, sus configuraciones semánticas vinculadas al símbolo, así como a los mismos principios lógicos que estructuran la gramática y el constructo sintáctico de la lengua[1].  Las divergencias vendrán, por otra parte, en la atención que se le presta a las antinomias que pueden presentar en su contexto las matemáticas y el lenguaje literario (y sobre todo el poético) en razón de la desviación de la lógica de la norma lingüística. Para el matemático –intuicionista- estas contradicciones son el resultado de la falta de fidelidad[2] a sí misma – a la matemática- de muchas de las ramas que constituyen su compleja y extraordinaria disciplina. Para el poeta (y el lector atento de poesía), estas contradicciones lógicas son la sal y el pan cotidiano de sus especiales fundamentos discursivos.

                La intuición matemática, no obstante, bebe de las fuentes kantianas, la cual rechaza que sus proposiciones tengan que inferirse necesariamente de los principios de la lógica[3]. Queda emparentada la poesía a esta visión intuicionista en tanto que su lógica dicta mucho de reflejar en sus constructos expresivo creativos, los principios de la lógica positiva (a fuer de servirse de ellos en la estructura gramático sintáctica de la lengua en la que  se construye), de hecho, se solaza en muchas ocasiones de la genuinidad de sus antinomias y paradojas[4]. Así mismo el intuicionismo matemático coincide plenamente con la apreciación del iniciado en el mundo del arte y ciencia poética, en tanto que no debe confundir la experiencia de las intuiciones (poéticas y matemáticas) con la descripción y comunicación teórico literaria y lingüística, por lo que puede afirmarse que las reglas de la lógica clásica no tiene por qué interferir en la construcción del artefacto poético (asunción hecha por este matemático intuicionista), y, habida cuenta de su andamiaje cual es el de la lengua, puede inferirse que muy bien puede ser independiente de la lógica –clásica- que lingüística y literariamente la describe, por lo que,  en cierto modo, estaríamos, cuando no ante un desvío de la misma norma que instituye la lengua, en una suerte de metalenguaje que muy singularmente acaba   caracterizándola.

Las construcciones intuitivas de la matemática y de la lengua (en la poesía). Francisco Acuyo                La superación de la representación lógico lingüística en poesía (también en matemáticas, sucede en algunos casos) se dice que va más allá de su propia construcción deformando la realidad metaliteraria de la misma. No obstante, el impulso creativo (intuitivo o intuicionista) del poeta no se
plantea (como es el caso el matemático) sobre si el producto de su intuición es o no posible ya que surge, sino de una entidad puramente abstracta, como sucede en matemáticas (si estas se basan en la sucesión natural de números), sí como entidad en la que se suceden los símbolos y dinamismo peculiares que la constituyen de manera genuina, pero, y aquí la gran diferencia con la matemática, en pos de una finalidad expresivo creativa que aspira a entender, interaccionar y cohesionarse con el mundo de manera plena, así las cosas, no le interesa tanto crear mundo ideales matemáticos autosuficientes de la realidad empírica, como sumergirse en la supuesta realidad experimental para distinguir o detectar lo que le es común a su espíritu –sintético- creativo con aquella para consumarla, interpretarla o cambiarla.

                No obstante de lo anteriormente argumentado, debemos tener claro que, para el participa de la visión intuicionista de la matemática, la proposición que la instruye, en su singular construcción, se establece como una experiencia en sí misma, aunque no esté ligada a una percepción externa. Si también decíamos que es aquí donde las verdades matemáticas y las poéticas establecen un rasgo capital de diferencia, sin embargo, también resulta lícito interrogarse, si es posible que un constructo poemático  pueda establecer una verdad evidente en sí misma, y cuya experimentación no sea necesariamente perceptiva. No es extraño encontrar creaciones poéticas que,  tras de una experiencia vital intrínseca sobre cuestiones abstractas, el anhelo trascendente, el amor, variados valores éticos…. se expresen como íntimas e intransferibles experiencias que no tiene un sustrato que las ligue a la percepción externa, aunque luego, como sucede en muchos casos, se identifique expresivamente con determinadas experiencias perceptuales (véase, por ejemplo, la mística poética de San Juan de la Cruz) cuya trascendencia se ve manifestada a través de la metáfora y la analogía de lo sensorial (en el caso del autor del Cántico espiritual, del amor sensual), pudiendo darse también el caso inverso: una experiencia perceptual motiva una determinada proposición poética sobre valores abstractos no perceptivos (éticos, trascendentes…).

                Es evidente que no vamos a dar solución a la vieja controversia  harto debatida en el ámbito de la creación poética sobre la poesía pura o impura (también antigua en las matemáticas –puras-en relación con las aplicadas), toda vez que se debe -o no- la poesía perceptual –impura o netamente experimental y falsificable- absorberse en la intuición poética pura.

                Indagaremos más profundamente en próxima entrada sobre la puridad en matemáticas, y, si fuese pertinente, en la poesía.



Francisco Acuyo
               





[1] Jakobson. R.: Lingüística y poética, Cátedra, Madrid, 1998. También en este blog: Acuyo, F.:  Roman Jakobson, sobre lingüística y poética, http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2010/10/roman-jakobson-sobre-linguistica-y.html
[2] Körner, S.: Introducción a la filosofía de la matemática, siglo veintiuno editores, México, 1967.
[3] Véanse a este respecto alguna de las anteriores entradas de este blog:El signo lingüístico (poético), Lógico y matemático, http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/01/el-signo-linguistico-poetico-logico-y.html
[4] El concepto de Ciencia de la paradoja (atribuido a la poesía), aparece en: Acuyo, F.:  Fisiología de un espejismo, Artecittá ediciones, Granada, 2010.




Las construcciones intuitivas de la matemática y de la lengua (en la poesía). Francisco Acuyo

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