martes, 14 de julio de 2020

LA ENTREVISTA, DE PASTOR AGUIAR

Bajo el título de La entrevista, traemos una nueva entrada para la sección Narrativa, del blog Ancile, de nuestro amigo y colaborador Pastor Aguiar.



La entrevista, Pastor Aguiar



LA ENTREVISTA



En mis primeros tiempos, cuando era artista de reparto del teatro lírico de Guanacabuya, me despertaba soñando alguna entrevista, aunque fuera una pregunta brevísima que me hilvanara con los grandes.

Ahora huyo de los entrevistadores como de los resfriados, porque además de ser ladrones de tiempo y críticos sin noción de consecuencias, se dedican más al chisme de camerinos que al arte en sí.

Pero esta vez no pude evitarla, a la rotunda Bonifacia Trimigesta, pues estuvo de incógnita toda la tarde hasta que se me sentó enfrente, cuando me disponía a beber mi café con chocolate.

La mayoría de las mesas estaban desocupadas, por lo que sospeché la encerrona al instante.

_ Señor Eleotoro, por favor, unos minutos. Usted siga con su café…no gracias, estoy a dieta. Como le decía, un par de preguntas para la Universal de la Ópera, irá como primer artículo.

_ Mire, señorita, no tengo deseos de salir corriendo; ya el café está pagado y huele muy bien. Haré una excepción; no crea que es su hermosura la que me conquista. Soy célibe en sol mayor.

_ No me haga reír; bueno, empecemos por el centro: ¿Qué pieza, o qué ópera es la que prefiere cantar?

No negaré mi gusto por tal pregunta, pues mi convicción al respecto era definitiva.

_ Para mí no hay dudas, fue Amor a primera oída: Tristán e Isolda; no importa si Wagner enamorado gracias al exilio, si el filósofo Schopenhauer o si la tabla redonda, émulo de Lancelot cayendo en desgracia por un elixir innecesario, porque Isolda no necesitaba la asistencia de tales enjundias.

_ Así que Tristán e Isolda; yo había pensado en Aida, algo italiano como es costumbre.

La entrevista, Pastor Aguiar_ Me cago en la costumbre, con perdón de su fineza. Wagner es un reto no sólo para la orquesta que está obligada a romper con el acorde de Tristán para no caer en desgracia eterna. Yo gozo a mares cuando me voy envalentonando en esos himalayas, en ese caer de pronto entre las piedras fugitivas de los pizzicatos que sueño. Y es que imagino sonoridades extras que me catapultan al éxtasis. Gracias a Dios ningún registro me es ajeno. Hace mucho que domé los potros cerreros con que mi abuela solía desvelarme aquellas noches de fantasmas cayéndome desde el techo.

_ Pero mire que Wagner tiene un público muy selecto, casi nunca ha llenado salas.

_ Ja, eso me importa tres pitos, señorita Galatea…

_ Bonifacia.

_ Perdón. ¿Por qué Galatea? Como le iba a decir, tal parece que el intérprete tiene mucho que ver. Yo no necesito edulcorar el repertorio con el Ave María, con Mio Bambino Caro, o la Donna é Mobile, para que haya bronca en la taquilla.

_ Me consta, señor Eleotoro, me consta, que a duras penas he alcanzado una butaca de San Juan a corpus. Y mire que detesto a Wagner por sus mañas de boxeador.

_ Buena metáfora, chiquilla; digo, Bonifacia. Yo hago mía cada nota, reinvento la historia como si fuera la primera vez que se canta; por algo dicen algunos que siempre estreno. Anoche fue abuela y esta añoranza por sus pelotas de gofio con miel de abejas, las guayabas lanzando aletazos de entrepiernas de vírgenes, todo el tiempo irrecuperable de mi niñez en la finca, y un deseo de llorar ablandando los puñetazos de los cueros, las amenazas de ciclón de las trompetas…

_ Entiendo; pero déjeme preguntarle otra cosa… ¿sólo Wagner?

_ Claro que no. Un rato después de Wagner suelo jugar con A te o Cara, riéndome del fiato, sea re, o fa, o lo que se me ocurra, usted debe saber… Ahh, Ecco Ridente in Cielo, sin perderle un detalle, pero sin dejar el plato fuerte; ¿qué le parece la despedida de Tristán?
La entrevista, Pastor Aguiar

Me quedé pensando en Cielo e Mare, degustar el agudo final de Aida; pero abuela me tenía triste hasta amargarme el café. Para colmo, en un lugar de mis pesadillas eran muchos los salarios por cobrar, un Roger que se me aparecía de capataz en casi todos los sueños, ya fuera entre los surcos de yuca, o a cargo de recursos humanos allá donde los países. Ya mi padre había sido asesinado por el trueno, los comunistas intervenido la finca, no más guayabas, ni aquellos mangos criollos que ametrallaban el suelo con cada racha de viento.

Ahora Bonifacia, ahora la tarde con su dedo apuntándome a la frente y aquel gusto a Wagner masturbándome las cuerdas vocales, algo, quizás, de Godofredo de Estraburgo.

_ Westwarts
   schweift der blick;
   ostwarts
   streicht das schiff.
Carajo que se me va solita.

_ Ya veo, hasta el mesero aplaude.

_ No puedo evitarlo, si no, abuela otra vez en cualquier aeroplano aterrizando en Miami, para morirse doble, ahora del susto. ¿No le parece suficiente lo que le he contado?

_ Creo que sí, señor Eleotoro, ha sido un verdadero placer.

_ Puedo verla alguna vez, que no sea de periodista, para enseñarle la arboleda que he ido levantando entre el pedrerío del patio.

_ Esta misma noche estaré en primera fila, si me regala una de esas invitaciones a su nombre. Esa es mi condición.


Pastor Aguiar
Junio 27-12




La entrevista, Pastor Aguiar

1 comentario:

  1. Gracias dobles, mi amigo, y disculpa que a veces se me van palabrotas, no a mí, sino a los personajes. Imagina, mis abuelos eran canarios. Disfruté escribiendo esta historia, pues amo la música, muchas áreas de óperas, y me he soñadomuchas veces como superando a Plácido Domingo. Me frustra no poder entonar un canto como es debido, y nunca me curaré de ello. Gracias de nuevo y abrazos.

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