Para la sección de Poesía del blog Ancile, me complace traer los sonetos de Giacomo da Lentini, bajo el título, Sonetos, traducidos al español por autores varios (Martha L. Canfield, Antonio Carvajal, Francisco Castaño, Miguel Cuevas, Pedro L. Ladrón de Guevara, José María Micó, Monica Savoca, Jenaro Talens, Rosario Trovato y Lucia Valori), en edición de Rosario Trovato, publicados por la editorial Alhulia, en su preciosa colección Sy-laba de poesía, al cuidado de Dionisio Pérez Venegas. Porta un prólogo aquilatado y revelador sobre el padre del soneto y una advertencia inicial, ambos de Rosario Trovato.
Ofrecemos en esta entrada una muestra de dos sonetos, uno en versión del poeta Antonio Carvajal, y otro de la mano del editor de este conjunto de poemas, el propio Rosario Trovato.
SONETOS
DE GIACOMO DA LENTINI
e per aviso – credo ben visare;
pero diviso – viso – da l’aviso,
c’altr’è lo viso – che lo divisare;
e per aviso – viso – in tale viso,
de lo qual meno posso divisare.
Viso – a vedere quell’è paraviso,
che no è altro se non Deo divisare;
che non è altro che visare in viso,
però mi sforzo tuttor avisare.
[E] credo, per aviso, – che da viso
già mai meno poss’essere diviso,
che l’uomo vi nde possa divisare.
Giacomo da Lentini
y bien concibo el viso en mi pensar;
su viso de este viso en mí diviso
pues difieren visar y divisar.
Viso en mi mente el viso cuyo viso
visa en vislumbres que en mi imaginar
viso el viso de Dios que es un aviso
que me envisa que debo así visar.
Ha viso igual su viso al paraíso
en mi vista interior, que es revisar
el viso del Edén visar su viso;
la experiencia me avisa que es amar
la divisa visible a quien su viso
divisó y nunca deja de visar.
Traducción de Antonio Carvajal
Io m’agio posto in core a Dio servire,
com’io potesse gire in paradiso,
al santo loco, c’agio audito dire
si mantiene sollazzo, gioco e riso;
sanza mia donna non vi vorrìa gire,
quella c’a blonda testa e claro viso,
ché sanza lei non poterìa gaudire,
estando da la mia donna diviso.
Ma no lo dico a tale intendimento
perch’io peccato ci volesse fare,
se non veder lo suo bel portamento,
lo bel viso e lo morbido sguardare
ché lo mi terrìa in gran consolamento,
vegendo la mia donna in gloria stare.
Giacomo da Lentini
Puse en mi corazón servir a Dios
porque pudiera ir al paraíso,
al lugar santo, que dezir he oído,
do solaz se mantiene, y juego y risa.
Pero sin mi mugier ir no quisiera,
porque sin ella no podría gaudere,
estando de mi doña separado.
Mas no lo digo con tal voluntade,
ca pecado con ella hazer quisiera;
sinon mirar su bella compostura,
su bello rostro y su mirada suave:
pues me tendría en gran consolación,
viendo a la doña mía en gloria estar.
Traducción de Rosario Trovato,
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