Siguiendo la estela de las otras dos anteriores entradas para la sección, Dentro de mi telescopio, del blog Ancile, Traemos una nueva bajo el título, M 11: El silencio y la música de las esferas.
M11, EL SILENCIO
Y LA MÚSICA DE LAS ESFERAS
Otro
elemento de excepción que puede contemplarse en el cielo constelado sería sin
duda los cúmulos y cluster globulares. Estos conjuntos, prácticamente
esféricos, conformados por una innumerable cantidad de estrellas que orbitan en
torno a un núcleo galáctico como un singular satélite, son en verdad algo
inolvidable una vez visto por primera vez. Entre otros pude contemplar y
fotografiar el Cúmulo abierto M 11, conocido también como el Cúmulo de los
patos salvajes, situado en la constelación de Escudo, en la Vía Láctea, es sin
duda una visión impresionante, donde la miríada de brillantes puntos azules y
amarillos dejan a la imaginación mucho sobre lo que divagar sobre tantas y
tantas interrogantes, acaso sin respuesta.
Así
fue que surgió este otro poema titulado: El silencio y la música de las
esferas.
Brillante y viva era, y olvidada,
tanto
que, allí por donde fue posible
verla,
se tiene ya por imposible:
su
voz fue para siempre silenciada.
Vivir sin esperanza de la amada
voz
será la condena al impasible
imperio
de la nada, a la invisible
potencia
del silencio conjurada.
La voz a ti debida en un fulgor
centellea
con luz tan melodiosa,
que
una senda de música, entre estrella
y estrella murmuró al paso color
que
canta, y en el astro ya reposa
dejando
luz sonora tras su huella.
Francisco Acuyo
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