Retomamos la sección dedicada a la versificación española (De la métrica celeste) que denominábamos epítome de versificación española, con un nuevo soneto del gran D. Luis de Góngora, el número 65 según la edición Biruté Ciplijauskaité, de sus sonetos. Así pues, en esta entrada del blog Ancile, una nueva aproximación al verso endecasílabo de la mano de uno de los máximos exponentes de la poesía, el endecasílabo y del soneto en lengua española.
D. LUIS DE GÓNGORA III, EPÍTOME DE
VERSIFICACIÓN ESPAÑOLA: SONETO 65
De
una dama que, quitándose
una
sortija, se picó con un alfiler
Prisión del nácar era articulado
de
mi firmeza un émulo luciente,
un
diamante, ingeniosamente
en
oro también él aprisionado.
Clori, pues, que su dedo apremiado
de
metal aun precioso no consiente,
gallarda
un día, sobre impaciente,
le
redimió del vínculo dorado.
Mas ay, que insidioso latón breve
en
los cristales de su bella mano
sacrílego
divina sangre bebe:
púrpura
ilustró menos indiano
marfil;
invidiosa, sobre nieve
claveles
deshojó la Aurora en vano.
Esquema
métrico:
Prisión del nácar era articulado
———2ª——4ª—6ª———10ª
de
mi firmeza un émulo luciente,
————4ª———6ª———10ª
un
diamante, // ingeniosamente
———4ª————(8ª)——10ª
en
oro también él // aprisionado
——2ª—–(5ª)—6ª——–—10ª
Clori, // pues, // que su dedo
apremiado
(1ª)————————––6ª————10ª
de
metal aun precioso no consiente,
———3ª-4ª———6ª—8ª——10ª
gallarda
un día, // sobre impaciente,
—2ª———4ª——(6ª)————10ª
le
redimió del vínculo dorado.
———4ª——6ª————10ª
Mas ay, // que insidioso latón breve
———2ª—————6ª—–––(9ª)–10ª
en
los cristales de su bella mano
————4ª————8ª——10ª
sacrílego divina
sangre bebe:
—2ª———6ª——8ª——10ª
púrpura
ilustró // menos indiano
1ª————–6ª(7ª)————10ª
marfil;
// invidiosa, // sobre nieve
——2ª———6ª—————10ª
claveles
deshojó la Aurora en vano.
——2ª———6ª———8ª——10ª
LOS
VERSOS ENDECASÍLABOS que conforman el poema establecen la relación y estructura
versal característica del soneto, el cual vierte la siguiente distribución de
verso y rima: catorce versos
(arte mayor) endecasílabos con rima consonante que obedece a la distribución de dos
cuartetos con rimas ABBA ABBA y dos tercetos con rimas en la distribución
siguiente: CDC DCD:
Verso
primero: equilibrado endecasílabo con ritmo binario (cláusulas yámbicas) y
acentos a maiori (heroico con acentos en 6ª y 10ª) y acentos rítmicos en 2ª y
4ª sílabas: Prisión del nácar era articulado, que pretende marcar con
ponderación y armonía el inicio del poema.
Verso
segundo: mantiene el pulso acentual del verso primero (a maiori) en 6ª y 10ª sílabas con acentos de equilibrio en 2ª y 4ª sílabas: de mi firmeza un émulo
luciente, dando, no obstante, énfasis especial con el acento rítmico en 6ª con palabra esdrújula.
Verso
tercero: otro verso de factura realmente distinguida en la ya de por sí rara
fábrica del genial poeta cordobés. La atonía del verso con apoyatura de acentos
de equilibrio en 4ª y 10ª sílaba: un diamante, ingeniosamente; dará una fuerza
expresiva extraordinaria empujada por la diéresis en 4ª sílaba di_amante y la misma licencia en la 8ª sílaba, ingeni_osamente (de la que cabe reconocer
un acento latente), que hace volar el verso hacia el siguiente y último
del cuarteto con el deslizamiento o encabalgamiento. Cesura en la sílaba 4ª acentuada.
Verso
cuarto: vuelve a la armonía con acentos en 6ª y 10ª (endecasílabo a maiori —heroico—) y acento de equilibrio (rítmico) en 2ª sílaba: en oro también él aprisionado; por el que
retorna al equilibrio y ponderación de los versos iniciales. Acento de tensión en la 5ª sílaba.
Verso
quinto: endecasílabo a maiori (9ª y 10ª sílabas), con acento de incitación en la 1ª sílaba (enfático —Navarro Tomás—): Clori, pues, que su dedo
apremiado, y posterior y rápido encabalgamiento al 6º verso. Mantiene gran rapidez y agilidad
al no realizar la sinalefa dedo___apremiado que, en verdad parece
apremiar el verso al siguiente segmento poemático.
Verso
sexto: repone el equilibrio en este verso con acentos rítmicos en 6ª y 10ª
sílabas: de metal aun precioso no consiente; endecasílabo a maiori (heroico). El acento en la sílaba 3ª en conjunción con el débil en 4ª vierte cierto
énfasis y dureza que diríase conjuntarse en las características mismas del metal,
para después serenarse el cuarteto con una pausa añadida igual a la de final de verso.
Verso
séptimo: de nuevo un verso con rara atonía en la parte final del endecasílabo,
que produce un efecto de aceleración del verso, y todo para ser bruscamente
detenido por la coma al final del mismo. Reparte los acentos de equilibrio en 2ª, 4ª y 10ª sílabas: gallarda un día, sobre
impaciente. Mantiene, no obstante, el ritmo binario (en sílabas pares)
—yámbico— que sostiene la armonía del cuarteto. Cesura en la 4ª sílaba acentuada. Acento latente en 6ª.
Verso
octavo: sigue compensando con sobriedad el final del cuarteto con un
endecasílabo a maiori (6ª y 10ª sílabas) y acento de equilibrio en 4ª: le redimió del vínculo dorado.
Verso noveno: se rompe la serenidad y equilibrio del
final del cuarteto anterior con un muy brusco cambio de ritmo por el que, la
parte inicial del verso muestra atonía, y la final, en violento contraste, una
conjunción abrupta de acentos; así muestra acento de equilibrio en
6ª y 10ª sílabas (endecasílabo a maiori), más acento de tensión
en 9ª: Mas ay, que insidioso latón
breve; que en vinculación con el hipérbaton violento del verso produce un
efecto expresivo tal, que acelera prestamente el verso, generando un énfasis
que prepara para la visión súbita a la que se aprestarán a presentar los
siguientes versos del terceto.
Verso
décimo: se apresta con gracioso equilibro el siguiente verso de la mano de
acentos en 4ª, 8ª y 10ª (endecasílabo a minori —sáfico): en los cristales de su bella mano, a
conformar el inicio de la escena central de los tercetos con celeridad
propiciada por el encabalgamiento que emula el gesto de llevar, raudamente, la
mano a los labios para cortar la sangre.
Verso
undécimo: endecasílabo de cierre y a la vez de apertura cierra el primer
terceto y abre el segundo. Con acentos en 2ª, 6ª, 8ª y 10ª: sacrílego divina
sangre bebe (endecasílabo a maiori —heroico—). Deja expectante al
lector y deseoso de satisfacer la curiosidad en la definición del poema.
Verso duodécimo: cambia el ritmo del terceto, aun con
acentos en 6ª y 10ª (endecasílabo a maiori),
mas acento rítmico en 1ª
sílaba: púrpura ilustró menos indiano; pero la dialefa en
púrpura___ilustró, es la que dota de especial dinamismo al verso,
precipitado después en violento hipérbaton al siguiente verso.
Verso
decimotercero: endecasílabo heroico (a maiori) intenta recuperar el aliento con acentos en
2ª, 6ª y 10ª sílabas: marfil; invidiosa, sobre nieve; entre pausas
interiores (coma y punto y coma) prepara el clímax del verso final del soneto.
Verso decimocuarto: con un impulso rítmico binario,
en presto, galante y sentencioso movimiento (yámbico), diríase apresta a
deshojar verdaderamente en cada acento: 2ª, 6ª,
8ª, 10ª sílabas (endecasílabo a maiori
–—heroico—): claveles deshojó la Aurora en vano, el verso final del
terceto y del poema.
El
soneto cabría resumirlo en pos de una seria reflexión que, aun trascendiendo el
ámbito de lo estrictamente métrico, será interesante recordar, si veíamos que
la apreciación de la realidad en poesía está inevitablemente relacionada con la
dimensión estética y de verdad a la que aspira, ya que la belleza no enmascara
la verdad, al contrario, el ser poético alcanza su plenitud en la realidad
misma, si armoniosamente revelada. Pero no será esta una realidad sólo
apreciable estética y filosóficamente porque, sobre todo, nos encontramos ante
una realidad viva. El binomio vida-poesía resulta inseparable (e inevitable)
para el correcto entendimiento de su relación con la realidad.
Así las cosas, el verso 4º con su conjunción de acentos (tensión)
en 5ª y 6ª, pueden considerarse prueba de lo que estamos hablando, más todavía
si observamos el arranque acompasado de los dos primeros versos con ritmo par
(yámbico), que entrarán en violenta colisión, primero con la atonía del verso
3º con acentuación en 4ª y 10ª sílabas (aunque cabría la posibilidad de
considerar un acento latente en la 8ª sílaba), y después, como anticipábamos,
con la excepcional concurrencia de los acentos de tensión a los que aludíamos.
Los
acentos de incitación adquieren en esta insólita dinámica una
importancia considerable, así los acentos en la 1ª sílaba (impar)
convulsionando el flujo natural del endecasílabo (yámbico) incide, estimamos,
de manera altamente expresiva y viva de movimiento; en la misma dirección el acento
de incitación del verso 6º con su acentuación en la 3ª sílaba.
Nuevo
contraste con la atonía del verso 7º y acentuaciones rítmicas en 2ª, 4ª y 10ª
sílabas. Otra vez (verso 9º) hace aparición la ley de la confrontación y el
contraste del que se muestra extraordinario virtuoso D. Luis con el
enfrentamiento (tensión) de acentos entre la 9ª y 10ª sílabas, y en el verso 12º con la
colisión de acentos entre la 6ª y 7ª sílabas. Cómo casa en perfecta interacción
la separación silábica (diéresis) del verso 13º, (invidïosa), con todo
el monumental aparato de distorsión métrica del soneto, y todo en pos del logro
de un vitalismo y expresividad exacerbados en estos versos.
Un post para usar como referencia obligada. Muchas gracias por tu valioso aporte al poetario hispano.
ResponderEliminarUn saludo cordial, querido amigo.
Jeniffer Moore
Un análisis didáctico del que uno aprende mucho, se arma de herramientas para el propio quehacer. Todo un regalo de gran calibra. El soneto es una genialidad donde Góngora se luce con esa maestría bien gananda que lo hace hacer uso de las licencias con inusitado talento. Muchas gracias, Acuyo por el regalo. Abrazos.
ResponderEliminarUna lección magistral. Muchas gracias amigo por compartir tu saber con el ejemplo del soneto. Un abrazo.
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