Siguiendo el hilo de anteriores post sobre el tema, publicamos un nuevo fragmento sobre la temática de la sinestesia, todo para la sección de Ciencia del blog Ancile. Esta vez bajo el título, Sinestesia y teoría del lenguaje.
SINESTESIA Y LA TEORÍA DEL
LENGUAJE
La semilla crece de lo invisible.
La consciencia es su tronco.
Sus huecos interiores son los sentidos.
Sus ramas son los grandes elementos.
Los objetos de sus percepciones sensoriales son sus
brotes.
Mahabharata
Hay otros mundos
y seres racionales de una clase
diferente y
superior… Estos seres superiores están
conectados a los
otros por analogía, no por composición.
Kurt Gödel
La sinestesia pone en evidencia,
además de sus ardides y halagos que son menester para rendir con rara
elocuencia la voluntad del que la percibe (y a mi juicio no solo en el ámbito
de la teoría clásica del lenguaje, acaso en todas aquellas ciencias y artes que
se han visto afectadas por su utilización y fenomenología), que no es
suficiente con la apreciación al uso o superficial del lenguaje que se atiene
al habla común o escritura normativa, ante todo porque se relega el
conocimiento de las propiedades más profundas, sustanciales y fundamentales del
mismo. Dicho lo cual, hemos de reconocer que la aspiración de Hobbes por esterilizar
el lenguaje de cualquier ¿excrecencia? retórica, sobre todo de rango metafórico,
a la ciencia, pervive aún en nuestros días, pero, a mi juicio, sin mucho éxito
en realidad, porque es frecuente que el científico la use como prueba de
elocuencia y entendimiento pues descubre las más de las veces un rastro claro
de provecho.
que lo articula, con toda la manifiesta ¿impureza? que conlleva su uso, si se impregna con total naturalidad de toda suerte de excrecencias comparativas, analógicas y metafóricas. Además, hemos de entender que las palabras están en nosotros y la circunscripción de lo exterior y sus significados cambian con el tiempo y el lugar, amén de que cada palabra tiene diferentes significados según el contexto,[2] y es que el lenguaje no es privado[3], porque este está vivo en virtud de su interacción entre individuos. Por eso incluso las abstracciones más puras pueden ser percibidas así:
Todas sus palabras
Recién nacidas […]
En círculo.[4]
Hacemos
un breve inciso para decir que, en cuestiones de lenguaje matemático, mucho
tuvo que ver al respecto la filosofía de Wittgenstein,[5]
facilitando la idea de las matemáticas como un sistema de técnicas para la
manipulación de los signos que la componen, fuera del dominio de los conceptos
y objetos platónicos, llegando al extremo de precisar que los datos en el
espacio lógico son el mundo, llegando a proclamar que una pintura presenta una
situación en el espacio lógico,[6]
al margen totalmente de cualquiera significado. En cualquier caso, todo intento
de crear un sistema de axiomas de fórmulas en un lenguaje puro (Hilbert)
acabaría en fracaso, así, este formalismo en el que dominaba la sintaxis
aventaja relegaba a un segundo plano la semántica, positivismo que se vería
abandonado por las mentes más preclaras del siglo XX con Einstein y Gödel a la
cabeza. La consistencia y no la verdad hubo un momento en que estableció su
preponderancia[7] y su
formalismo quiso imponerse en la ciencia, pero también en la filosofía para
influir en el arte, en la música y en la misma lingüística. Visión aséptica y
desorbitada que no puede casar en modo alguno con lo que el lenguaje
sinestésico aporta y significa, que asiento y encaje natural del ingenio y la
belleza la sinestesia en lenguaje poético encarna y simboliza.
Francisco Acuyo
[2] Hustved, S.: ob. cit. Pág. 240.
[3] Witgenstein, L.: Tractatus logico philosophicus, Alianza editorial, Madrid, 1980.
[4] Martín Vivaldi, E.: ob. cit. pág. 77 y 78.
[5] Ibidem.
[6] Ibidem.
[7] Yourgrau, P.: Un mundo sin tiempo, Tusquets, Barcelona, 2007, pág. 78.
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