Para la sección de Poesía del blog Ancile, tenemos el gusto de traer los versos de la poeta Constaza González Ferrer, de su último libro publicado que lleva por título: Ritos de paso, editado por la Editorial Nazarí, para su colección Daraxa. Los poemas escogidos para la ocasión han sido seleccionados por la propia autora. Delicada poesía que desde nuestra plataforma digital recomendamos vivamente, ya que hará las delicias de los lectores avisados de poesía.
RITOS DE PASO,
DE CONSTANZA GONZÁLEZ FERRER
CORONADA DE FLORES
Coronada
de flores, por fin hermosa,
no
volveré al lavadero público
sino
a los brazos de él.
Carne
en mi carne acumulada
en
torno a los huesos, casi rebelados,
yo
te ofrezco.
Varias
veces desnuda de la desnudez
que
habéis esparcido,
en
cueros, eviscerada, tierna;
varias
veces aventada por los aires
- aponentada - regreso
a él.
NO TENGO EXPERIENCIA
No
tengo experiencia en el regreso.
Me
esperáis en la casa con las puertas abiertas
y
yo tras la puerta nunca imagino estancias,
sólo
paisajes celestes y vegas aradas.
Si
retorno me conocerán el perro o el gato
-aunque
nunca los tuve-
el
verdín que crece en las losetas sueltas
y
los cereales que dejé almacenados.
Quiero que mi regreso sea para vosotros
lo
que es para mí el de las golondrinas.
Su
vuelta al mismo rincón de mi casa
me
inunda de una absurda, inmerecida alegría,
un
pasmo de infancia - inocente saliva -.
La verdadera dicha no
tiene sentido.
NEÓFITA
Neófita,
recién plantada por mi mano.
Podía
haber arrojado las semillas
como
una lluvia, pero sembré por mi mano
-temblaban
las yemas nacidas antes de la estación-.
El cielo reciente se dirige hacia tu nombre
y
lo pronuncia.
¿No
escuchas el coro de garcillas
escarbando
en tu lengua?
Los
manantiales confluyen en tus venas
como
si te hubiesen elegido
todos
los veneros en una mañana
de
verano.
Todo
para su estreno, lo nuevo
abandonado
a ti y mordido
con
el gozo de los confines del aire.
Y sobre todas las cosas, tú, lo más nuevo,
como
si no hubiera ardido ya la tierra
varias
veces y en varios diluvios
hubieses perecido.
BAUTIZADME
Bautizadme
para que pueda entrar en lo cotidiano
aunque
esto sólo me permita entrar en el reino
de
los cielos volubles de mayo.
Ungida,
segaré mejor
aunque
me decís que ya nadie siega.
Yo
he de segar porque coméis pan cada día,
pan
cotidiano, aunque nadie se acuerde ya
de
bendecir la mesa.
He
de segar por otros,
por
la memoria de otros y por la mía,
escondida en el rastrojo.
Constanza González Ferrer,
de Ritos de paso
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