Para la sección, Juicios paradojas y apotegmas, del blog Ancile, traemos un breve apunte sobre cuestiones puntuales que afectan al mundo poético de no pocos autores, en este caso la cuestión del lugar de nacimiento y vida del poeta. Así intitulamos el trabajo, De los límites y fronteras en poesía, apunte sobre la tierra en la que nace y vive el poeta*.
DE LOS LÍMITES Y FRONTERAS EN POESÍA,
APUNTE SOBRE LA TIERRA EN LA QUE
NACE Y VIVE EL POETA.
Aquellos que hubimos de mostrar a toda costa -la
rara- inclinación por la poesía (no ya sólo como hacedores del verso, sino como
asombrados espectadores, lectores ávidos y concurrentes consagrados al mismo)
acaso subsistimos recogiendo perpetuamente su heredad tan singular, ora de este
incontestable clásico, ora de aquel avisado iconoclasta, ora del poeta
injustamente enmascarado por el prejuicio academicista… para, no sólo nuestro
acervo particular poético, también para mayor caudal y estofa de la memoria,
sensibilidad y entendimiento humanos que, acaso de manera no mejor, pero sí más
característica, nos señala a los que amamos la poesía, si, a la sazón, a través
de ella hemos de afrontar de consuno el trajinar, interpretar y vivenciar exclusivos
de nuestras más o menos trasegadas vidas.
La grande
devoción por la poesía, en lo que a mí, muy humildemente, respecta, tiene algunas
extrañezas que en modo quiero que tengan por extravagancias. Es el caso que no
puedo evitar constatar la poesía allí donde entiendo que hay belleza y,
siguiendo el trazo proverbial que de ella se deduce, también infiero la verdad que
aquella representa y que, la poiesis,
es un rasgo común de aquel ejercicio creativo que inspira a los espíritus
excepcionalmente escogidos a este propósito, y que no solo se asientan en el
ejercicio muy noble del arte literario, que yo los veo sin parangón palpitar
también en otras artes y ciencias y disciplinas y acontecimientos de la
naturaleza… los cuales que dan sentido al concepto mismo de creación. Es el
caso que aquellas excentricidades de las que daba aviso se sustentan en las
excepcionales perspectivas, a veces inauditas interpretaciones y heterodoxa metodología,
que vienen a colación sin duda movidas por mi mucha ignorancia y limitadas
aspiraciones para la compresión y exégesis del fenómeno poético que, insisto,
es el entendimiento, aprehensión y discernimiento del proceso creativo. Por
todo esto pido disculpas de antemano, pero reconozco que no sé indagar en tan
vasto, enigmático y necesario dominio sino es con estos privativos y puede que
injustificables rudimentos.
Así
las cosas, quise indagar en el ámbito, a mi juicio, capital de la poesía de algunos poetas (algunos buenos amigos míos), pues en ellos o en su poesía
quise ver aquellos universales que ponen en evidencia los rasgos de la poesía
verdadera. De este inmortal mantenimiento, patrimonio común de los poetas
genuinos, pretendo hablarles en esta disertación sobre la poesía en general y
muy particularmente de estos elementos idiosincráticos de la poesía y que he
creído ver en los versos de estos poetas que anunciaba. Y
tengo que decir, ya de entrada, que en aquellos poemas ya vi, sentí
y me imbuí de aquellos universales de la verdad (y el ser) en la belleza que
encierra la verdadera poesía. Decía que era primordial aquel territorio que los propios poetas denominarían como aquellos alrededores
del tiempo* donde se dirían que se configura la conciencia misma del poeta
(y del lector, y del intérprete de estos versos y de la poesía que, de forma inevitable,
se deriva gozosamente de aquellos).
Es
preciso tener muy presente que esos señalados alrededores (límites, fronteras, tan
importantes en su poesía), vienen estrechamente vinculados a la tierra y
expresos y emparentados en el amor mismo y el paisaje. Amor intemporal y
entorno en continuo devenir que le sitúa con mayor arraigo inevitablemente en la tierra que le vio nacer y crecer personal y poéticamente, o, sin más,
que le hubo de contemplar su vivir en
poesía […]
Francisco Acuyo
* Extraído de unas aproximaciones a elementos característicos de la poesía del poeta y amigo Rafael Guillén, de próxima aparición.
* El propio Guillén.
Cuánta sabiduría, amigo mío, en todo esto que dices, e intuyes al decir.La poesía es misterio, y la palabra su límite, su reto, reto que causa desasociego, hambre que se sacia en uno mismo causando fiebre y más hambre. Muchas gracias y un fuerte abrazo.
ResponderEliminar