En la línea de otras entradas anteriormente editadas en esta sección, Pensamiento, del blog Ancile, traemos esta nueva que lleva por título: La mente ¿hija del elnguaje y de la información? El lenguaje poético ´creativo- ¿más allá de las palabras?.
De Evgenij Soloviev |
LA MENTE ¿HIJA DEL LENGUAJE Y DE LA
INFORMACIÓN? EL LENGUAJE POÉTICO -CREATIVO-,
¿MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS?
INFORMACIÓN? EL LENGUAJE POÉTICO -CREATIVO-,
¿MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS?
EN el ámbito de filosofías varias[1]
(y del conocimiento místico[2]
religioso) es una constante la admonición a la falsaria –ilusoria-
representación de la palabra que, proverbialmente puede ser confundida con el
mundo que describe, además de ser un obstáculo capital para el propio
autoconocimiento. Tras depurar (desmitificar) la visión racional cartesiana de
la mente –rex cogitans- como hija de
la verdad al margen de lo que nos rodea, ya que puede llegar a la verdad fingiendo que no hay mundo y que no hay
lugar para que yo esté[3]
en este, y situarse al margen del cuerpo (rex
extensa o mundana) que muy bien puede funcionar como prejuicio para la
genuina representación racional de la verdad. El exterior universal y sus
manifestaciones vivas diríase que tienen una singular naturaleza proveniente de
un azar – seguro- que nos habla de una coexistencia complementaria, con una
suerte de leyes que parecen revelarse para destruir el significado en virtud de
sus incertidumbres, reglas que se ofrecen con un carácter tan universal como
las que no se cansa de mostrarnos el mismo caos a través de nuestras
sensaciones.
La
vida (he abundado mucho sobre esta analogía en otras entradas) se muestra en su
evolución dinámica y estructura singular de manera muy semejante al proceso (y
producto) poético creativo que, conlleva, como lenguaje, una gramática
determinada que resuelve información que le es propia (predecible) de su propia
estructura gramatical, y otra que, sin embargo, en modo alguno lo es y que
tiene que ver con todo aquello que impulsa cualquiera intención creativa, y que
se infiere del propio carácter especial del lenguaje poético.[4]
Los procesos cognitivos que se resuelven a través de
la poesía ponen en
evidencia el rol no menos singular de la mente, pues sugieren una resuelta
determinación de aquella más allá del proceso racional, lógico o conceptual, para
integrar y modificar con sus propias representaciones e interpretaciones el
mundo mismo.
Si
hoy se da por sentado que la realidad de la naturaleza no es sólo materia y
energía, también información[5],
veremos que aquella manera peculiar de cursar y desarrollar la información de
los procesos poéticos creativos, también nos habla de la mente como un sutil
producto del lenguaje que aspira a ir más allá de las propias palabras. La
gestión de mensajes (información) en el proceso creativo poético se sujeta a
las leyes de la información,[6]
en donde confluyen sin conflicto las reglas gramaticales de la lengua
(estándar) con el carácter entrópico (caótico) del proceso creativo del poema y
su especial lenguaje, así como lo conceptual racional convive con lo irracional
instintivo animando genuinamente el ejercicio expresivo de la poesía, siendo
innegable, en este sentido, el carácter cibernético[7]
(ordenador) y destructor (o mutante, entrópico) de la poesía que pone en
entredicho el principio de control de cualquier teorema de comunicación. La
certidumbre y el determinismo (positivo newtoniano) son siempre sospechosas en
el ámbito de la poesía (como lo es en el de los sistemas vivos, orgánicos y
complejos), lo cual casa sin duda con el carácter genuino de la mente humana como
entidad creativa que, asume, que de lo nuevo no puede surgir de lo viejo. El
mensaje poético mantiene en su producción discursiva series de elementos
(gramaticales, retóricos, métricos…) en muchos casos impredecibles, que aspiran
a introducir un elemento de sorpresa, nuevo, aunque obedezcan a una suerte de
leyes estadísticas (gramaticales, métricas, retóricas, estilísticas…) y que se
dinamizan hacia lo inesperado.
Este
aspecto estadístico coligible de la dinámica y estructura de la poesía es
sumamente importante, pues se mueve dentro del ámbito de la incertidumbre, que
no en la ignorancia, sobre la posibilidad del mensaje que va a comunicar,
aunque a veces este cerca de la trasgresión de las diferentes leyes
(lingüísticas, gramaticales…) sobre las que construye su dinámico y orgánico ¿artefacto?,
pero en modo alguno se desarraiga azarosamente de las reglas que lo estructuran,[8]
sino que, los usos desviados de aquellas normas obedecen a motivos de expresión
y de integración (y de elementos conscientes e inconscientes) que afectan tanto
a la conciencia como al mundo. La diversidad poemática (y de significado) se
garantiza en virtud de la mayor o menor ambigüedad de sentido y, sin embargo,
hace uso estricto de la información (gramatical, métrica…) con todos los
matices anteriormente sugeridos para ser preciso. Por todo esto, hemos de
valorar en lo que vale la redundancia de aquellas reglas que imponen orden en
un sistema lingüístico, tan genuino y tendiente a la ambigüedad y el desorden
como es el poético, de hecho aquella redundancia abunda en pos de la complejidad
(dinámica) del poema, y es que en virtud de aquellas reglas (y su calculada
desviación) se hace posible una más resuelta y eficaz expresividad[9]
y que, aunque parezca paradójico, garantiza que los procesos sean más
sorpresivos o inesperados.
Vemos
que la pugna con el caos (o el azar) de la poesía es muy parecida a la que la
mente humana lleva a cabo en su afán de entender e integrarse en el mundo. La ley en la que se basa, paradójicamente, es
impredecible, pues la dinámica que anima su impulso –creativo- necesariamente
va generando novedad en cuanto que marcha. La mente, el lenguaje (especialmente
el poético), utiliza sus símbolos para interaccionar e integrarse en el mundo,
aunque todos sabemos que se utiliza [10]
en relación al lenguaje ordinario (mucho más claro en la expresión lingüístico
poética), y es que este se traduce como una de las estructuras –proveniente de
la mente- más complicadas del universo y que surge en cierta etapa de
especialidad y complejidad biológica, por lo que, ya lo advertía T.S. Eliot, la
poesía en su forma poemática es naciente[11]
en tanto que desafía toda explicación de causa y efecto y se expone como una
vía de entendimiento que aspira a trascenderse. Esta capacidad de trascendencia
se ofrece en su capacidad de sorprender en el juego del manejo de las reglas
(gramaticales, métricas, estilísticas…) que, gracias a la poesía nos refiera
acaso la necesidad de una nueva
lingüística.
La
poesía puede entenderse como algo más que una forma de expresión artístico
literaria en tanto que pretende dar un paso más allá en la posibilidad de
conocer de la mente humana, es el empeño expresivo creativo de trascender las
limitaciones que nuestra mente no es capaz de superar mediante el conocimiento
legal (lógico, racional y conceptual). En aquella trascendencia abierta por el
discurso poemático que, por un lado reconoce las limitaciones del sistema en el
que se configura, pero, por otro lado, invita a salirse de dicho sistema para
abrirlo a nuevos planteamientos que ofrezcan soluciones deseables, con el fin
de superar con nueva fuerza el límite que impone nuestra misma conciencia, y
esto sucede cuando el auténtico creador es capaz de generar la sorpresa y la
admiración, vertiendo un mundo nuevo de
comprensión más allá de los elementos de
causa efecto reconocidos convencionalmente.
En
posterior entrada seguiremos abundado sobre el lenguaje y la mente en la
configuración de la realidad poética y de esta en su interacción con el mundo.
Francisco Acuyo
[1]
Proverbial es la desconfianza platónica hacia los maestros del engaño mediante
el lenguaje: los sofistas.
[2] Así, el
Taoísmo y el Budismo bajo su influencia, desconfían de la palabra como vehículo
de percepción de la realidad y de uno mismo.
[3]
Descartes, R.: Discurso del método,
Alianza, Madrid, 1995.
[4] Jakobson,
R.: Lingüística y poética, Cátedra,
Madrid, 1983.
[5] Campbel,
J.: El hombre gramatical, Fondo de
Cultura Económica, México, 1989, p. 14.
[6] Véanse
cualquiera de los trabajos de los padres de la ciencia de la información Claude
Shannon y Norbert Wiener.
[7]
Entiéndase (término de origen griego que significa timonel) la aspiración de un
sistema –cibernético- a la búsqueda de estabilidad y correcto funcionamiento.
[8] Acuyo,
F.: Fundamentos de la proporción en lo
diverso, Artecittá ediciones, Granada, 2013.
[9] Ibidem.
[10]
Chomsky, N.: Language and Mind,
Harcourt Brace Jovanovich, Nueva York, 1972.
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