LA
GLOSA DEL ARCÁNGEL DE LA NIEVE
EL ángel tañe invernal
el liso gong de la nieve.
La eternidad, por sus témpanos,
gotea tiempo que obsede.
La nieve del infinito
en su extensión indeleble
quedó marcada con huellas
de un arcángel imprudente.
Son las marcas de la luz
(fugacidad insistente)
que sonaban en la nada
su consistencia celeste.
Son los pasos no perdidos
del ángel sobre la nieve
cuya marca se resiste
a quedarse para siempre.
Espíritu por espíritu,
la mente sobre la mente,
el tiempo, que es invención
o no es nada, nula serie
de sueños sobre la niebla
o de las sombras albergue;
es conciencia la materia,
sí, es conciencia la nieve,
es registro subjetivo
del olvido en lo evidente:
tañe el ángel invernal
el liso gong de la nieve.
Francisco Acuyo
Gran regalo, amigo mío. Nada menos que un romance que llamaría celeste desde lo terrenal. La mística de la vida, la materia que es conciencia, imaginada por el ego. Un gran abrazo y que tengas hermosa Navidad y mejor año nuevo.
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