WINSTON CHURCHILL Y
LA VIDA EXTRATERRESTRE
No me engaño hasta el extremo de pensar que mi sol es la única estrella
que cuenta con una familia de planetas[1],
bien pudiera parecer una aseveración de alguien muy próximo al mismísimo Frank
Drake[2],
desde luego muy bien avisado de los argumentos probabilísticos sobre la
existencia de otros mundos habitables e incluso con vida inteligente. Lo
verdaderamente fascinante es que este fragmento pertenece a un manuscrito
mecanografiado por el mismísimo Wiston Churchil. Que el gran estadista inglés
se mostrase interesado en un tema científico no debería ser motivo de tanta
extrañeza como parece en un político de la talla de Churchil, implicado en sus
complejas tareas de estadista, más aún, teniendo en cuenta los momentos
verdaderamente críticos de la historia en los que tuvo que tomar muy difíciles
decisiones. Pero todavía parece más raro que se interesase por la vida extraterrestre
con argumentos, por otra parte, de plena actualidad.
La
cuestión es que cuando tuve acceso al artículo del gran divulgador científico
Mario Livio titulado, Un ensayo inédito
de Churchil sobre la vida extraterrestre[3],
me sentí muy concernido en el asunto y me dispuse en hacer algunas reflexiones
al respecto, en tanto que el estímulo científico es algo que no pasa
desapercibido para cualquier mente con un grado mínimo de curiosidad sobre las
interrogantes que pueden incitar a la imaginación humana en los más diversos dominios.
Habrá
que tener en cuenta que, no en vano, Churchill tenía en momentos muy críticos
en sus tareas de gobierno, los servicios de asesoramiento de un científico de
prestigio, el físico Frederick Lindermann. La primera conclusión que se puede
inferir es que la ciencia es esencial en el desarrollo tecnológico y este en el ámbito de lo social, pero también que la
ciencia ha de estar al servicio de la humanidad y no al contrario.[4]
Es
sorprendente que los razonamientos sobre los que argumentar una hipótesis
factible sobre la posibilidad de vida extraterrestre estén basados en
razonamientos plenamente vigentes en la actualidad. El principio copernicano mediante el que se razona que lo realmente
difícil es la vida humana como la única forma de vida el universo, es el que en
realidad estructura su argumentación general.
¿Es
causalidad que Churchill, como todo parece indicar, redactara su artículo sobre
la vida extraterrestre después de la emisión en la radio, en Estados Unidos, La guerra de los mundos, en su célebre
adaptación de la novela de H.G. Wells?
En
cualquier caso, es muy interesante hacer una reflexión sobre las influencias
mutuas en este y otros casos entre la ciencia y la literatura, y otras artes y,
desde luego su influjo a todas las formas de conocimiento, como puede ser la
filosofía que, a mi juicio, en virtud de los últimos avances de la ciencia (la física,
sobre todo) abren posibilidades nuevas de argumentación filosófica, e incluso,
en la forma de entender el mundo, desde la óptica de un grandísimo y reputado
estadista como el mismo Winston Churchill. Es muy importante tener en cuenta
este hecho, porque la ciencia se ha convertido en adalid de nuevas fuentes de
entendimiento de la realidad del mundo, por lo que creemos muy razonable
mantenerse abiertos a su discurso y, sobre todo, a las vías nuevas de
comprensión y de construcción de la realidad, y realización de nuestro propio
discurso y métodos de construcción de juicios, presupuestos e hipótesis de
razonamiento sobre el ámbito de otras disciplinas de creación y entendimiento. Ínclito
ejemplo será el del gran Winston Churchill.
Francisco Acuyo
[1]
Churchil, W.: ¿Solos en el universo?,
en una primera redacción (1939), en una revisión posterior como ¿Solos en el espacio?, Museo Nacional
Churchil, Fulton, Misuri, en Estados Unidos.
[2] Astrónomo
estadounidense, uno de los padres del proyecto SETTI.
[3]
Livio, M.: Un ensayo inédito de Churchil
sobre la vida extraterrestre, Publicado primero en Nature , vol 542, págs.. 289-291, el 16 de febrero de 2017, y
publicado posteriormente en Investigación ciencia, nº 491, págs.. 46-49.
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