Un emocionado recuerdo a la querida amiga y delicada poeta Brenda López Soler, para la sección Amistad y poesía del blog Ancile, bajo el título, Semblanza.
SEMBLANZA DE LA AMISTAD
Para quienes piensan que tras la
marcha de quien amamos no hay o no quede leyenda alguna, es por lo que hacer
una semblanza de nuestra muy querida y añorada amiga Brenda, es muy necesario,
porque es sopesar justamente que ella, es modelo ejemplar de lo que la amistad
procura, y porque como pocos, supo considerar la suerte del amigo como la suya
propia. Los que fuimos afortunadamente dignos
de su amistad lo sabemos bien. Sus palabras de aliento, de ilusión, de
franqueza, animaron aún en los momentos de más acerva tribulación. Ella sabía,
como nadie que hubiera conocido, el piadoso, reconfortante y raro oficio del
amigo. No es de extrañar que para aquellos que la conocimos haya quedado su
memoria impresa en lo más hondo de nuestros corazones, y así permanecerá también
en nuestras almas perpetuamente al venturoso albur de su recuerdo aupada y en
su benéfica e incomparable benevolencia.
La
vida, desgarradora tantas veces, nos arrebató su querida e imprescindible
presencia, pero, los designios de este mundo extraño nos hacen reconocer que
acaso sin la privación de aquella presencia suya no hubiésemos reconocido tan
inestimable y necesaria fidelidad, como verdadero ejemplo de amistad verdadera.
Si es en la adversidad donde tiene lugar la prueba de fuego de cualquier
amistad, dio en este punto argumentos de
su lealtad sobradamente cuando la desgracia hubo de cernirse en el designio de
alguno de sus amigos. Por eso y otras tantas razones de sincera adhesión y
comprensión estamos hoy aquí, con la vida inmortal de sus versos y la memoria perpetua
de las personas que no le olvidan y
encuentran aliento en su recuerdo vivo.
Testimonio
de su benignidad, delicadeza y ternura es esta reunión de personas que han
quedado deudoras para siempre de su emotiva e impresionable e imborrable
presencia. su familia, que se extiende aún más allá de la consanguínea
reminiscencia, se dilata, acrecienta y vincula a todos sus amigos, que fueron
muchos, y que aquí, como unos pocos corazones fraternos, ofrecen su
reconocimiento a la huella humana imborrable y a la marca profunda de sus
versos, cuyo estigma ha quedado para la poesía como corriente vital que la
mantiene indemne para siempre, si es que en la poesía subyace lo más hondo y
genuino que puede conceder la vida, quiero decir el amor que late siempre en la
belleza creativa, belleza que no es sino reflejo de su propia imagen, la imagen
de la poeta y la persona que se perpetúa en la memoria de quienes la conocieron
y ahora viven con ella para siempre en la poesía.
Francisco Acuyo
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