Porque nos parece interesante las reflexiones sobre cibernética y la IA en relación con la conciencia, seguimos ofreciendo una nueva entrada, siguiendo el argumento de las anteriores, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, y bajo el título de El tiempo reversible y la información cuántica.
EL TIEMPO REVERSIBLE
Y LA INFORMACIÓN CUÁNTICA
Muy recientemente, y no como una
simulación[1],
sino como una experiencia real, se ha podido demostrar que es posible invertir
la dirección del tiempo en un sistema cuántico real. Investigadores de la Universidad
de Viena han demostrado que en determinados sistemas cuánticos realmente la
dirección temporal puede invertirse.[2]
Esta noticia que traigo para la ocasión viene muy al caso porque, al margen de
la curiosidad y extrañeza de la que es propia el mundo cuántico, porque este
protocolo de rebobinado es de mucho interés para las tecnologías de la
información cuántica.
LA
IA y todas sus vertientes tecnológicas creen encontrar en estos experimentos
una vía de hipótesis para establecer de manera definitiva que la realidad
última y primera del universo es en realidad la información. Como decíamos
anteriormente, en otros posts sobre estas cuestiones, la física y sus fenómenos
de estudio y experimentación material y energético, pasan a tener una
consideración secundaria, en lo que a la estructura última de la realidad se refiere.
Aquella perspectiva adviene como influjo singular para otras disciplinas científicas como es la biología y la explicación de la morfogénesis, que acaba por reducir la vida a información codificada , como, por ejemplo, el ADN. Incluso el fenómeno de la conciencia, si producto del cerebro, se pretende reducir a un mero software, aludiendo a que esta, la conciencia, no sea sino una estructura y no tanto una sustancia. Esta corriente funcionalista impera en sectores de la ciencia con gran fuerza. La conciencia será una propiedad emergente que sólo se manifiesta cuando ha alcanzado un nivel suficiente de organización.
Surgen,
sin embargo, no pocas interrogantes al respecto: si la conciencia es estructura
o información pura, ¿dónde se sitúa dicha conciencia,
si es únicamente información?. En cualquier caso parece bastante difícil aceptar la
inexistencia, al menos, de un contexto sobre el cual la conciencia interprete,
cree o recree la información. Abre esta incertidumbre una suerte de conjeturas
que pueden ir hasta extremos que, para muchos, serían inaceptables,[3]
e incluso descabellados.
Otras
interrogantes inevitables pueden ser ¿cómo la información puede poner en acción
causas mentales?[4] O, ¿cómo ese algo inmaterial que separa la
abstracción, lo simbólico, puede contactar con lo físico y poner el cuerpo en
movimiento?[5]
Siempre
con la influencia (quizá vicio del lingüista) del lenguaje y su dinámica, me pregunto ¿si no será que de
nuevo damos como sinónimos términos que en absoluto pueden serlo? Así,
equiparar el pensamiento al concepto de software. ¿Estaremos, de nuevo, ante una confusión
semántica? La cuestión es que no se acaba de explicar cómo un pensamiento, como
estado de conciencia, puede llevar a cabo un cambio en el mundo físico.
Son
estas influencias enigmáticas (de la conciencia) las que no encuentran
respuesta en el mundo de la ciencia todavía. Trataremos de seguir investigando
sobre estas proposiciones ¿extrañas? en siguientes capítulos de este blog
Ancile.
Francisco Acuyo
[1]
Científicos rusos consiguieron llevar a cabo una simulación mediante tecnología
informática, y con ella mostrar la inversión temporal en un entorno virtual
simulando las condiciones cuánticas, y mostrar que la flecha del tiempo puede
ir igualmente hacia adelante y atrás.
[2] Nieves,
J.M: Logran, por primera vez, invertir la dirección del tiempo en un sistema
cuántico real, ABC, Madrid, 22-3-2023. Se denominan protocolo de rebobinado y
se ha publicado en la revista Óptica.
[3] , Fodor,
J. A., del MIT, llega a sostener la posibilidad puedan poseer estados mentales,
según conjeturaba en Scientif American.
[4] Talbot, M.:
[5] Ibidem.
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