Para la sección de Poesía del blog Ancile traemos un poema que lleva por título: Pintura de un Satori.
Despliega universal la brisa una distancia
que, a mi mejilla, como un temblor de luz apenas
llegó caricia azul sostenido en su fragancia:
instantes no vividos que serán azucenas
de tiempo en donde eterna es y libre su sustancia.
Así, no distinguía
la tierra que pintaba,
ni el monte de mi mano ágilmente dibujado,
ni el árbol, ni la piedra, ni el cielo, pues quedaba
en mi alma todo como de sí misma conformado:
mas ¿yo, quién era?, ¿y quién el paisaje que pintaba?
Al fondo del paraje:
el monte, el árbol, el cielo,
la piedra, el resplandor de un cosmos jamás hollado
esplende; dibujó entonces mi mente en vuelo:
pintó un retrato o mundo que no supe, llegado
aquel momento, quién pintor era y quién modelo.
Francisco Acuyo
Muchas gracias, Paco. Ignacio e Irene
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