Para la sección del blog Ancile Poema semanal traemos los versos que intitulan un poema de No la flora para la guerra, 1987 en primera edición, 1991 en segunda edición aumentada, como Flor delicuescente.
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FLOR DELICUESCENTE
LA luz sostiene el segundo
constante como la nieve.
El tiempo nidio despacio
oscila como la sierpe.
De las flores confundía
el aroma breve y verde,
y la mano que deshoja
como pétalo suspende.
Las rosas grana recoge,
los jazmines y claveles,
con lirios y con glicinas
ramos finge transparentes.
La luz la nieve desliza,
al copo los cascabeles
rozando de campanillas
la mano que los sostiene,
y el brazo, casi dormido,
se despierta de repente.
De sangre fluye entre espinas
transido desde la nieve,
las rosas trémulas saltan
confundidas del torrente,
corolas blancas y rojas
ya gotean y se mienten.
Los labios solo del brazo
acarician si concede
la sangre apenas respiro
donde emana su corriente.
Doliente espera desmayo,
temblando se desvanece,
hablando llora deshecha
aunque el viento la previene:
Cuchillos álgidos siento,
siento puñales las sienes
y las anémonas siento
de los que son mis claveles.
Las palabras convenidas
recibieron de la nieve
fantasía perdurable,
soledades que entretienen.
Francisco Acuyo (No la flor para guerra)
Qué belleza, amigo. Delicada fusión de sentimientos, naturaleza y profunda sensibilidad poética del autor. Uno se deja llevar y vivencia esas imágenes que el ritmo romance ayuda. Un abrazo.
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