Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, traemos una nueva entrada que lleva por título: La "phanthasiai" en el discurso poético.
LA "PHANTASIAI" EN EL DISCURSO POÉTICO
Cuando advertía Longino[1]
que la phantasiai juega un papel de enorme relevancia en el
discurso artístico (poético) será en virtud de las figuraciones mentales
sagaces, atrevidas e inusitadas, si serán las que causen mayor asombro y, desde
luego, un superior grado de atención del espectador que pretende embargar con
su discurso, y es que el poder de la imaginación (detectado en el análisis
retórico en el uso de determinadas fórmulas expresivas) será el que le
proporcione vehemencia y pasión en su discurrir, siendo esta potencia de
interés, cuidado y esmero, una energía harto interesante como ímpetu y pujanza
terapéuticos de la que iremos dando cuenta en próximas aproximaciones al
respecto.
Los
elementos relacionados con lo sublime exigen, además, que sean dinámicos,
vivos, orgánicamente integrados en su discurso y que sean sugestivos,
evocadores, hasta el mismo éxtasis[2]
(obteniendo un efecto catártico y terapéutico), ofreciendo certezas que
subyacen poderosamente en lo íntimo subjetivo. Es el kairós (lo oportuno) articulado mediante la imagen poética, de cuyo
discurso se deduce no sólo persuasión, también filosofía e incluso ciencia, si es que la techné retórica se puede adecuar a un
asunto concreto y puesta al mismo nivel que la dialéctica capaz de ofrecer
decisiones sensatas phorórosis, y,
por qué no, terapéuticas.
Todo
esto último traído al caso en relación con la imagen retórica, aplicable al
mundo no sólo poético, también al de las artes plásticas, o la publicidad. Pero
en lo que a nosotros concierne, debe centrarse en el lenguaje (especial) de la
poesía y de la metáfora en este ámbito y que nos lleva a la interrogante y
posterior reflexión sobre si es posible una semiótica de la imagen y de su
incidencia en una posible logoterapia.
La
imagen (imitari) es representación
analógica o copia, lo cual entra en franca contradicción con la visión
lingüística, que niega cualquier comunicación de carácter analógico. Pero, si
esto fuese cierto, ¿cómo se explica que el lenguaje –poético sobre todo-
recurra a la imagen retórica –metafórica, sinestésica…- para reforzar la fuerza
expresiva y de representación de los poemas? No será que tanto la teoría
lingüística como la propia de la imagen parten de premisas mecánicas,
esclerotizadas que no hacen sino desfigurar el potencial retórico y expresivo
de cada una de ellas? Pero, demos un pasa más de Barthes y de los lingüistas de
la posmodernidad. Si los mensaje en retórica (lingüístico y el icónico) se
traducen en dos bien diferenciados, hemos de decir que esta fragmentación no
nos parece adecuada en tanto que las fronteras entre la palabra y la imagen
puede estar más diluidas de lo que parecen, hecho este que puede ser
especialmente susceptible de reconocerse.[3]
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