Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, y siguiendo con los argumentos sobre nuestra concepción de la conciencia, la mente y el pensamiento, traemos bajo el título de: Poética del lenguaje y la filosofía de la mente.
POÉTICA DEL LENGUAJE
Y LA FILOSOFÍA
DE LA MENTE
El pensamiento adquiere cauce
formal a través del lenguaje (sea de origen gramatical o lógico simbólico). La
conciencia del lenguaje es primordial para la comunicación, la expresión e
incluso el conocimiento de las limitaciones de uno mismo: la cautividad del
conocimiento sea especialmente palpable a través de este entendimiento
fundamental: la palabra no es la cosa de la cual hablamos. No en vano, ante la
incapacidad de aprehender la realidad mediante el lenguaje y su reconocimiento,
es cuando volvemos no solo al pensamiento salvaje, también a la intuición
primera del lenguaje.
Pero,
¿es posible un pensamiento sin expresión verbal[1]?
¿No percibimos acaso toda una suerte de imaginería espacial y de formas
interiores? En cualquier caso, todo parece indicar que el lenguaje y aquellas
formas (símbolos, incluso) se enredan en nuestra experiencia subjetiva.
Reconocemos que este ruido del pensamiento es
o puede ser molesto y que es preciso liberarse de él para clarificar el
avasallamiento que parten de aquél. Pero, ¿hay algo más allá del
pensamiento (y de sus representaciones
lingüísticas y simbólicas) que la conciencia pueda reconocer? La manifestación
del dolor (físico y psíquico), por ejemplo. También, de un modo u otro, las
manifestaciones inconscientes que condicionan nuestra aprehensión del mundo y
de nosotros mismos. Desde luego debe incluirse el afán de crear para salir de
rutinas y posibilitar hacer algo nuevo. La percepción de la belleza. No debemos
olvidar cierto tipo de intuiciones que nos motivan a buscar sentido (al dolor,
por ejemplo) y al vislumbre de algo que se extiende más allá de nuestras
limitadas percepciones, y expresadas a través de una singular capacidad
simbólica que diríase, se manifiesta para muchos como un principio cósmico.
De
todas formas, el lenguaje no deja de ser una de las manifestaciones más
interesantes para llegar a la conclusión de que el ser psíquico es la única
realidad de la que tenemos inmediato conocimiento.[2]
Y llegamos a esta conclusión para muchos asombrosa porque si el mundo no adoptara
una imagen psíquica (mental, de conciencia, pensamiento) carecería de
existencia.[3] Pero lejos
de ser esta una aproximación radicalmente idealista, resulta avalada por la más
materialista de todas las ciencias: la física. La física de partículas no hace
más que dar crédito a esta afirmación que pasa a ser apodíctica, la realidad
material no es susceptible de tener realidad si no hay un observador.
Observemos que la filosofía oriental daba cuenta de esto hace milenios.
Conciencia,
mente, pensamiento, conceptos que, con sus similitudes y diferencias, a través
del lenguaje, dan cuenta de una poética cuyos principios y modelos de metalenguaje nos
hablan del mundo como una auténtica obra de arte que tiene su origen en el
fenómeno psíquico. El elemento subjetivo (el yo) que identifica la conciencia
el pensamiento, la mente, es de capital importancia sin duda para su
reconocimiento, pero implica esto que no existan otros modos (¿superiores?) de
conciencia? Parece que para acceder a ellos solo puede hacerse de manera
irracional, y de la que sólo puede hablarse mediante un lenguaje especial que rompe
las reglas de uso habitual, violando principios gramaticales, semánticos…. y que
recurre a la analogía, a lametáfora, a la semejanza, a la paradoja, al símbolo….
y que es genuinamente creativo: la poesía.
Seguiremos
hablando sobre la conciencia, la mente, el pensamiento en el orden universal y
sus interacciones con el lenguaje singular de la poesía; será en próximas
entradas del blog Ancile.
Francisco Acuyo
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