martes, 17 de marzo de 2020

LOS NUEVOS RITOS DE INICIACIÓN ESPIRITUAL Y LOS ANTIGUOS RITOS MÍTICOS

Reflexionamos sobre la necesidad de un cambio personal (y social) en un mundo ca da vez más adocenado que nos envilece en lo más íntimo. Para ello traemos un nuevo post para la sección Pensamiento, del blog Ancile, bajo el título: Los nuevos ritos de iniciación espiritual y los antiguos ritos míticos.


LOS NUEVOS RITOS DE INICIACIÓN ESPIRITUAL
Y LOS ANTIGUOS RITOS MÍTICOS


Los nuevos ritos de iniciación espiritual y los antiguos ritos míticos. Francisco Acuyo



Nos avisaba Campbell, que la iniciación primitiva (¿acaso necesaria ahora?) exigía de forma muy severa una distinción entre las actitudes, relaciones y maneras de vida que una vez tuvimos y que, ante la vita nuova que aspiramos abre el rito, y que por tanto deben ser desechadas. Nos planteamos nosotros ahora, si no es el momento de alcanzar o pretender al menos una madurez (necesaria cuando no imprescindible) para afrontar los retos que ofrecen nuestras interrogantes continuas sobre el significado y sentido de nuestras vidas.
                  Somos testigos de una curiosa inversión en los propósitos de madurez en nuestro devenir existencial. Pongamos por ejemplo, el hecho individual y social reflejo de cómo mantenernos jóvenes (en forma) que no será sino seguir unidos al pathos (que nos une al seno materno de manera perpetua) cuando no aceptamos el hecho de la transformación temporal de nuestros cuerpos, manifiesta cuando envejecemos, sino que queremos permanecer jóvenes, unidos a la matriz maternal, aun a costa de no cambiar interiormente en modo alguno.
Los nuevos ritos de iniciación espiritual y los antiguos ritos míticos. Francisco Acuyo                  Acaso sea el momento de desembarazarnos de lo viejo e iniciarnos en el rito de liberación,  necesaria ahora más que nunca antes. Más de uno, en su particular perplejidad, quedó todo turbado y casi sin pulso, al verse implícito ante tal situación de adocenamiento, expuesto como nulidad individual en las sociedades actuales. ¿Será posible en la actualidad la liberación del individuo a través de la aceptación y reconocimiento del símbolo -o símbolos- que se manifiestan en la aspiración humana de lo perpetuo?
                  Sería interesante reconocer que el verdadero reto de la humanidad no proviene tanto de la resistencia al cambio, imprescindible para entender y entendernos, y que esa transformación no proviene tanto del aferrarse a la vida como de la aceptación de la muerte, si es que es a través de la misteriosa extinción que solo podemos acceder a la metamorfosis verdaderamente creativa, o lo que es lo mismo, es preciso morir al pasado y renacer para el futuro. Pero para eso es inevitable la destrucción del monstruo insaciable del yo, de lo mío, que acaba dando la forma desmesurada y grotesca de todo ego.
                  Es preciso morir para conquistar la muerte. Solo muriendo podremos nacer, acaso en una suerte de recurrencia palingenésica. Lo nuevo del nacimiento es y será lo que nos salve. Vivamos la vida como el sueño que es: asida a los monstruos de la niñez para discriminarlos de la realidad que anida universalmente en los símbolos y arquetipos universales, y tal vez veamos reconocibles en el tránsito onírico donde habitan, los seres eternos del sueño,[1] y reconocernos en ellos para ir más allá de las limitaciones personales  e históricas que han de destruir para renacer.
                  Seguiremos indagando este ámbito de introspección personal mediante el cual solo es posible una transformación social genuina y duradera, eso será en próximas entradas del blog Ancile.






Francisco Acuyo

                 



[1] Campbell, J.: El héroe de las mil caras, Fondo de Cultura Económica, México, 1959, pág. 25.


Los nuevos ritos de iniciación espiritual y los antiguos ritos míticos. Francisco Acuyo

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