Para la sección De la métrica celeste, del blog Ancile, dedicada al arte y ciencia métrica, traemos el análisis de dos sonetos de Fernando de Herrera, por Antonio Carvajal, poeta, profesor de métrica en la Universidad de Granada y amigo entrañable, y todo bajo el título de, Herrera por ejemplo.
HERRERA POR EJEMPLO
Para Valle, que me pregunta
por el primer verso
Fernando de Herrera : Soneto xiiii
Do vas? do vas cruel? do vas? refrena,
refrena el pressuroso passo, entanto
que de mi dolor grave el largo llanto
ȧ ȧbrir comienza esta honda vena.
Oye la boz de mil suspiros llena,
i de mi mal sufrido el triste canto;
que no podras ser fiera i dura tanto
que no te mueva esta mi acerba pena.
Buelve tu luz a mi, buelve tus ojos,
antes que quéde oscuro en ciega niebla;
dezia en sueño, o en ilusión perdido.
Bolvi, halléme solo i entre abrojos,
i en vez de luz cercado de tiniebla,
i en lagrimas ardientes convertido.
¿Do vas? ¿do vas, cruel? ¿do vas? refrena,
refrena el presuroso paso, en tanto
Oye la voz de mil suspiros llena,
y de mi mal sufrido el triste canto;
que no podrás ser fiera y dura tanto
que no te mueva esta mi acerba pena.
Vuelve tu luz a mí, vuelve tus ojos,
antes que quede oscuro en ciega niebla;
Volví, halléme solo y entre abrojos,
y en vez de luz cercado de tiniebla,
y en lágrimas ardientes convertido.
Para mí no está el problema en el verso inicial, sino en los vv. 3, 4 y 11, dados nuestros actuales hábitos de dicción, complicados con los cambios gráficos, tan caprichosos, que nos impone la Academia, que sigue los malos pasos de los editores de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, y han impuesto la -v- frente al mismo don Miguel, que firmaba con -b- el Cerbantes y con -u- (-v) el Saauedra, excelente el oído, el pulso firme. Ahora que el latín no sirve ni para los pasaportes al cielo, donde veremos sentado a Trump en el trono del Padre, no sé qué razón hay para mantener una ortografía etimologista; pues nadie sabe, procuremos entendernos todos. Siendo aspirada la -h- en los dos casos en que aparece: honda, halléme, no hay problema de medida pues la aspiración impide la sinalefa. El problema sonoro está en el v. 3, que de mi dolor grave el largo llanto, porque siguiendo los preceptos de los preceptistas “sordos de corazón” (dijo Unamuno) se acepta amenistamente que son antirrítmicos los acentos en sílabas contiguas, aquí la 5ª y la 6ª, con el agravante de que se considera antitodo (antirítmico, antieufónico, antiestético, anticanónico, antipoético…) el acento en 5ª del endecasílabo. Tenía el poeta a mano otras soluciones para la acomodada eufonía, valga por ejemplo “que del grave dolor mi largo llanto” (nótese que semánticamente no hay alteraciones, sólo se ve afectada la sintaxis), pero no se trata de eufonía sino de expresividad, la molestia acústica y la torpeza lingual del verso herreriano es un trasunto, breve imagen, del dolor que expresa.
El verso 4º, a abrir comienza esta honda vena, reincide en el acento de 5ª y para colmo el poeta marca deliberadamente un hiato (hiante, que bosteza, cfr. Góngora, “Canción a la toma de Larache”) que bien puede ser un suspiro; en otro lugar de su edición de las poesías, la profesora Begoña López Bueno aduce esta “anotación a Garcilaso”: "I aviendo dicho; Tan cansado i perdido, que no tengo / fuerça para arribar, i nunca vengo, con mejor consejo lo mudé asi; Parȧ ȧrribar fuerça, i nunca vengo ". Si lo dice el poeta, habrá que admitirlo y habrá que tratar de entenderlo. Parȧ /ȧrribar fuerça, i nunca vengo: el hiato en 2ª-3ª, la conjunción de tónicas en 5ª-6ª, la sinalefa en 7ª y el acento en 8ª, más las aliteraciones y el cierre con tres bisílabos y compás trocaico imponen una dificultad articulatoria tan notable como eficaz. La eufonía de la primera redacción, donde la lengua va de vuelo, se muda, “con mejor consejo” en una casi cacofonía que ata las sílabas a la lengua o ata la lengua a las sílabas: ¡A pararse y a pensar y a sentir, nada de carrerillas y a ver quién “arriba” antes! Releído ahora, el cuarto verso, a abrir comienza esta honda vena, con su hiato en 1ª-2ª, sus acentos y sinalefa en 5ª-6ª, la aspiración y el acento de 8ª, el cierre con tres bisílabos y compás trocaico, nos está diciendo que el poeta procede con arte consciente.
En cambio, no me entusiasma tanto la durísima sinalefa en 5ª del verso 11: decía en sueño, o en ilusión perdido. Algún teórico de buen oído y finas entendederas advierte que suelen ser muy violentos los hiatos (boca abierta con dificultades para articular y modular los sonidos) en sinalefas con más de dos vocales; la eufonía pide que reduzcamos las dos oes a una sola, como si la segunda no estuviera, y entonces ajusta bien. No tenemos constancia de cómo lo leía el autor, nadie se molestó en describirlo y no había grabadoras.
Y, por fin, podemos oír el verso inicial: “¿Do vas? ¿do vas, cru’el? ¿do vas? refrena,” con sus ocho acentos, su hiato etimológico en cru’el (no diéresis, no era diptongo entonces, todavía la -d- marcaba su freza en la lengua), sus juego de tonos, la maravilla de cambio de tono en el apóstrofe, sus cuatro cesuras más la pausa final abreviada por encabalgamiento, un rarísimo ejemplo de contraste entre la acentuación mixta romance (cláusulas: trocaica, trocaica, yámbica, trocaica, yámbica) y el ritmo yámbico latinizante con sus cinco sílabas largas, que da cinco cláusulas yámbicas romances, privilegiando el verbo con la intensidad:
Romance: DÓ vas – DÓ vas – cru Él – DÓ vas – re FRÉ-(na); hay tónicas conjuntas en 6ª y 7ª, armonizadas por la duración de la cesura tras 6ª: 1ª-/3ª-/- 6ª/7ª-/-10ª
Latinizante: do vÁS /Do vÁS /CRu ÉL / Do vÁS / Re frÉ(NA) v¯ /v¯ /v¯ /v ¯ /v¯: -2ª/-4ª/-6ª/-8ª/-10ª
Es una maravilla porque el pizzicato vehemente del primer verso, sobre todo leído a la manera latinizante, parece iniciar el 2º, pero rápidamente se desliza con un tiempo doble, más rápido aún porque desplaza la cesura a 9ª, y luego, en el verso 3º no aparece el primer apoyo hasta 5ª. La desarmonía por la dislocación de las tónicas reproduce la perturbación anímica. Toda una lección práctica de estética, por lo cual Herrera ha sido expulsado del canon y sustituido por gente como … (véanse los libros de texto para bachillerato).
Antonio Carvajal
Sobre el canon andaluz, compruébese cómo en la Gran Enciclopedia de Andalucía el toro que mató a Joselito mereció más líneas que Mateo Alemán. Lo dijo Bergamín, mi mundo no es de este reino.
Motril, a 26 de marzo del año de la peste que corre, XXII.
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