Para la sección Pensamiento del blog Ancile traemos la nueva entrada, al hilo de otros post sobre la temática de la fe, que lleva por título: Génesis, genética y principios de lo trascendente en la concienci
GÉNESIS, GENÉTICA Y PRINCIPIOS
DE LO TRASCENDENTE EN LA CONCIENCIA
Tras las interrogantes expuestas por cualquiera personalidad con capacidad consciente de
percepción y entendimiento de la realidad del mundo acaba necesariamente indagando por
la significación y sentido de dicha realidad. No descubrimos nada nuevo si observamos que
dicha significación y sentido se ha relacionado desde siempre con lo sagrado.1 Nos parece
que la creencia de que el aspecto religioso del pensamiento humano sea una mera
excrecencia de la vieja o primitiva conciencia mediante la que se trataba de explicar el
mundo, es una visión trivial por no decir profundamente ingenua de lo que esta manera de
aprehensión del mundo entraña, equivale e implica. Creo que importante tener muy
presente que lo sagrado no es tanto un estadio de la conciencia como un elemento
estructural fundamental de dicha conciencia.2
La intuición y el entendimiento de lo sagrado se identifica con la faceta espiritual del
ser humano que parece hoy día como nunca antes querer erradicar incluso del uso del
lenguaje ordinario de la sociedad. La imperativa autoridad de la ciencia, creen muchos, que
es precisamente la que empuja al deterioro y devaluación de su ámbito en la actualidad, sin
pensar siquiera que ese dominio del espíritu pudiera ser ¡mensurable, cuantificable y
medible!, en tanto que la espiritualidad es una de nuestras (acaso más preciadas) herencias
básicas del individuo.3 Se reconoce como un instinto con una singularidad que le hace
genuinamente vinculado a la conciencia y a todos los portadores de esta.
La conciencia, si se estima como un producto de nuestro cerebro, es decir como un
mero epifenómeno de este órgano fundamental neurológico, tiene pues, su origen en el
mismo, atribuyendo todas las alteraciones de dicha conciencia en estados meditación o de
éxtasis religioso a la producción de los neurotransmisores que sitúan al individuo en esa
situación peculiar de conciencia, atribuyendo más a la conciencia límbica que a la egoica4
toda la suerte de experiencias místicas o profundamente religiosas.
Sin embargo, nos parece que reducir al ámbito netamente neurológico el hecho
espiritual para explicar el fenómeno de la fe y el ámbito religioso donde se circunscribe es
resueltamente insuficiente para responder a muchas de las interrogantes que pueden
ocurrírsenos en torno al por qué se ha de creer en algo que acaso no puede ser constatado
resueltamente mediante la razón, la lógica o la ciencia misma. ¿Por qué hombres ilustres,
eruditos y de falta formación cultural, filosófica e incluso científica se manifiestan
abiertamente creyentes en doctrinas diversas que establecen la transcendente figura de
Dios como algo incuestionable? La lista sería tan larga que no merece la pena entretenerse
siquiera en enumerarla mínimamente. Me dirá que los que la niegan conformarían una no
menos numerosa. Pero esta sería, al fin y al cabo la postura lógica y razonable, por lo que,
a mí, como persona racional y lógica y adscrito en las filas de los más fieles y devotos
seguidores de la ciencia, no me llaman en modo alguno la atención: todas las directrices
sobre cualquier creencia irracional no puede ser tenida seriamente en consideración.
En esta disyuntiva entre fe e incredulidad, sin embargo, acabo por interesarme por
la faceta irracional, con el fin de dar respuestas satisfactorias al respecto. En próximas
entradas del blog Ancile, trataremos de encontrarlas, si las hubiere.
Francisco Acuyo
1 Elíade, Mircea: Historia de las ideas y las creencias religiosas, ediciones Paidós, Barcelona, 1999.
2 Ibidem. Op. Cit., pág. 17.
3 Hamer, D.: El gen de Dios, La esfera de los libros, Madrid, 2006, pág. 21.
4 Rubia, F. J.: El cerebro espiritual, Fragmenta, Barcelona, 2015, pág. 12.
No hay comentarios:
Publicar un comentario