A la sección de Noticias del blog Ancile traemos un nuevo post con un texto del profesor Antonio Sánchez Trigueros incluido en el pliego número 13 de la colección La ciudad ilustrada, de la editorial Entorno Gráfico Ediciones, que se presenta el día 21 de enero a las 19.30 horas en la librería Picasso de la Calle Obispo Hurtado de Granada, y que desde aquí invitamos a su asistencia y a la adquisición del pliego y de cualquiera otra obra de nuestro autor escogido, que dialogará con el editor, José Antonio Rodríguez y el poeta Francisco Acuyo.
LA CIUDAD ILUSTRADA, Nº 13
CON ANTONIO SÁNCHEZ TRIGUEROS
RAPSODIA EN HELVETIA
Mi buen amigo el hechizado, enemigo de la informática y correos electrónicos, me escribe una larga epístola a lo clásico desde su retiro en las montañas de Suiza, y entre otras muchas cosas me comunica su alegría al comprobar que en una pequeña, pero muy selecta, librería de Zurich se ha encontrado con algunos de los libros poéticos de Antonio Carvajal, que según el librero, son muy solicitados por sus clientes habituales: hispanistas de todo el mundo, estudiantes de español y los más cultivados funcionarios hispanoamericanos que trabajan en organismos internacionales.
Y le añade el
librero que el volumen más deseado es Rapsodia
Andalusa, la antología traducida al italiano por Rosario Trovato, en la que
la poesía de Carvajal, en un acto supremo y sublime de belleza poética, se cita
y se desposa con la más musical de entre todas las lenguas del mundo, la lengua
del Dante y de Petrarca:
Me recuerda el hechizado lo que tantas veces me ha
repetido: que leer en voz alta los poemas de Carvajal, en la bellísima versión
del hispanista italiano, le produce un escalofrío íntimo que le sube por el
cuerpo hasta concentrársele en un lugar preciso de la nuca, para después
dilatarse por todos los rincones del cerebro y de inmediato proyectarse hacia
el universo de sus sentidos. Entiendo perfectamente a mi hiperestésico amigo,
porque, aunque a mi pesar no consigo llegar a tanto, algo parecido me ocurre a
mí también, pues esta traducción alcanza lo que se había propuesto su autor:
recrear, en la que para mí sería su lengua de origen, la atmósfera y el tono de
la poesía del granadino, con su delicada luminosidad de imágenes y la
fragilísima musicalidad del verso:
A propósito de
Carvajal mi querido convaleciente me cuenta también que ha tenido noticia de
que en el último Congreso dedicado monográficamente a los poetas novísimos (él los llama siempre “los
fantasmas de Castellet”) se ha hablado más de los que no estaban en la célebre
antología (Carvajal, Siles, Talens) que de muchos de aquellos virtuosos
seleccionados que, salvo excepciones, en general andan hoy un poco desvaídos,
desnortados, huecos y ausentes. Me relata además que en una de las
intervenciones de ese congreso en que se hablaba del poeta de Tigres en el jardín, un osado ponente
acompañó su discurso con una serie de ilustraciones musicales: cuando arremetía
contra Castellet y su antología se oían unas dulces melodías catalanas
interpretadas por el violonchelo de Lluis Claret, y cuando hablaba
laudatoriamente de Carvajal se escuchaban unas piezas granadinas de Ángel
Barrios en la guitarra de Gabriel Estarellas. Y al amigo no le ha parecido mal
el invento, muy acorde con la siempre insólita y sorprendente poesía del autor
de Extravagante jerarquía. Algo
semejante a la que fue mi primera epifenodia
o canto de la manifestación (1981), en que me atreví a proponerlo como doctor honoris causa por la Universidad de
Riddle Park (USA), lo que le proporcionó muchas felicitaciones y parabienes en
aquella memorable tarde de la Madraza. Muchas otras cosas han pasado desde
entonces, mucha buena poesía ha ido acumulando el poeta de Albolote y hoy su
obra se eleva, con una originalidad casi imposible, a la altura de los clásicos.
Esta última afirmación no la hago ahora por primera vez, y si en algún momento
pudo parecer prematura o hiperbólica, hoy me parece francamente indiscutible.
En esto el hechizado siempre ha
estado de acuerdo conmigo.
[Ideal, Artes y Letras, 25-9-2003]
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