De como la retórica puede ofrecer una persuasión para una nueva lógica de la conciencia, en el apartado de Ciencia del blog Ancile, y todo bajo el título: La persuasión y la lógica sinestésica.
LA PERSUASIÓN Y LA
LÓGICA DE LA SINESTESIA
En el mundo de la retórica (al margen del profundo interés que suscita en otros ámbitos que incluyen la propia ciencia), la sinestesia ocupa de por sí un lugar harto destacado que, entre otros aspectos, es susceptible de un poder singular de persuasión. El orfismo recurre a la persuasión a través de la figura de la titánide Metis, cuyo poder de persuasión y engaño y encantamiento, la consideraba muy especial, aunque será la capacidad de creación la que la revestirá de una importancia fundamental. La sinestesia actúa como una suerte de Metis con unas características que, en virtud de su capacidad persuasiva, pretende extraernos de la ilusión de nuestros propios sentidos a la hora de considerar con verosimilitud la realidad del mundo.
La
sinestesia obliga al que la observa a una apreciación extrema de su propia
percepción y del razonamiento que pueda extraerse de ella. Hablábamos de la
razón convencional que nos ayuda a ponderar los cualia y con ellos la propia
veracidad de nuestros sentidos. La sinestesia pone en duda lo más básico de esa
razón perceptiva, que lo percibido no es modo alguno objetivo en grado
absoluto. Una de las llamadas de atención de la percepción sinestésica radica
en que propone más necesaria que nunca una experiencia atenta y directa que vaya más
allá del propio pensamiento, el cual influye convencionalmente en nuestras
mismas percepciones y su posterior entendimiento, donde, en fin, se refleja con ingenio
y engaño que están entrelazados en el tejido mismo del universo.[1]
La
sinestesia (como otros recursos poéticos) desvela(n) aspectos que no pueden
enclaustrarse en el concepto y muestra su aspiración a trascender el propio
razonamiento. Es aquí cuando la retórica se pone al servicio de una creatividad
auxiliadora, mediante la cual, la persuasión retórica desvela la realidad está situada
más allá del propio razonamiento.
Sería,
en fin, como si el ejercicio retórico sinestésico, nos mostrase que situarse
fuera del mundo. es hacerlo de sí mismo, no obstante, para reconocer fuera de sí, ha
denegarse, y esta negación es donde tiene lugar la creación de todas las
ilusiones de división que ofrecen los propios sentidos. La sinestesia nos
obliga a salir de nosotros para regresar y reconocer que no hay tal segregación.
Cualquier interrogante sobre lo que la realidad sea, la sinestesia nos muestra
que para su entendimiento, debe regresar al lugar donde se produjo, porque de no ser así no puede
resolverse.
Aprendí de los entresijos que dinamizan la sinestesia que, el mundo no es el mundo si está separado de la conciencia, una conciencia que no puede ser egocéntrica sino integradora, pues de la separación de esta y el mundo es un artificio que acaso no pueda ser resuelto sino a través de otro sutil y peculiar artificio, como es el de la metis o embrujo de la sinestesia.
Francisco Acuyo
Suele ser habitual leer artículos de gran interés en este blog, pero es especialmente la sinestesia bajo análisis con los aportes de una conciencia integradora y una defensa de la creación .
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