jueves, 1 de diciembre de 2011

CONCHA GARCÍA, EN POETAS INVITADOS

En esta nueva entrada de nuestra querida sección de poetas invitados del blog Ancile, tenemos el placer de ofrecerles poemas de  la poeta cordobesa residente en Barcelona, Concha García, seleccionados por ella misma de su producción poética publicada y un inédito final para la ocasión. Se suma pues, nuestra poeta y amiga, a esta interesante trayectoria del blog Ancile en pos de mostrar figuras de nuestro panorama poético actual en lengua española, tanto en nuestra fronteras como allende de las mismas, con el fin de dar una semblanza singular de la poesía de finales del siglo XX e inicios del XXI.




CONCHA GARCÍA


Concha García, en poetas invitados, Ancile.



BIO-BLIOGRAFÍA


Concha García (La Rambla, Córdoba 1956), Licenciada en Filología por la Universidad de Barcelona ciudad donde reside. Sus poemas han sido recogidos en diversas antologías. Ha publicado los poemarios: Por mí no arderán los quicios ni se quemarán las teas, 1987; Otra Ley; Ya nada es rito 1988;  Desdén, 1990;  Pormenor, 1992, reeditado en Madrid,  2005; Ayer y calles, 1995;  Cuántas Llaves, 1998;  Árboles que ya florecerán, 2001; Lo de ella,  2003; Diálogos de la Hetaira,  2003; Si yo fuera otra. Antología poética,  2005; Bäume und Schulüssel. Traducción de Leopold Davi. Frauenfeld (Suiza) 2003; Ya nada es rito y otros poemas (1987-2003) Prólogo de Rosa María Belda OBRA REUNIDA 2007; Acontecimiento,  2008;  y el diario La Lejanía. Cuaderno de Montevideo. (en prensa).
Parte de su obra ha sido traducida a otros idiomas. Ha colaborado como crítica literaria en diversas publicaciones. Es autora de las antologías Antología de Poesía de la Patagonia, Cedma, Málaga  (2006),  En el revés del cielo (poesía española y argentina contemporánea), Paradiso y CCEBA, Buenos Aires  (2006), Noreste, Extremos Sur (antología de poesía catalana contemporánea), Extremo Sur, Comodoro Rivadavia, Patagonia argentina.   Es co-traductora de  la obra poética de Ingeborg Bachmann editada  en 1999 y 2001 en la editorial Hiperión.
Obtuvo los premios Barcarola en 1988 y Jaime Gil de Biedma en 1994. Recientemente ha sido finalista del premio Ausias March de la crítica por su poemario Acontecimiento.


http://conchagarcia1.blogspot.com/

Concha García, en poetas invitados, Ancile.


POÉTICA



Por indicación expresa de la autora no habrá poética, situación que no es nueva en nuestro recorrido, pues hay quien, como Concha, no ha querido decir nada al respecto, o ha preferido acudir a algún poema para transcribirla, en nuestro caso que es el de nuestra poeta justifica que no son necesarias las poéticas porque estas no son más que la propia existencia y el recorrido de nuestro pensamiento.  




POEMAS



SELECCIÓN DE POEMAS PUBLICADOS,  
POR CONCHA GARCÍA




POEMA DE AMOR



Dos cuencos de derramado líquido
vertiéndosele sobre su nudillo y poro.
Párate, cariño mío, que no huela
La teja a lluvia.




SILOGISMO






Una calle no se recorre con la mirada,
es más bella la sombra de los edificios
que la puerta de esta casa, más
reflectante la luz de los cristales
que la lámpara, y además
tener conclusiones bajo esta valla
hace que la calle brille, que las azoteas
se sientan seguras y que entre los bares
y la muchedumbre, yo apague
los cirios.



EXTRAÑEZA 




Salir a la calle hipnotizada
de un nuevo hogar
al arrastrar una bolsa que contiene alimentos
para una semana entera con todas sus noches.
Viscerales requiebros. Nuestra sabiduría
está formada de sensaciones ilógicas
como empujar este carro con ruedas pequeñas
y sentir que si apedrease una pared
se resquebrajaría la piedra. Es como
si una liberación parecida a nacer
anduviese conmigo en este extraño trayecto.



CAMBIO

Concha García, en poetas invitados, Ancile.




Subiendo la persiana tiene un presentimiento
y la baja. Un golpe rudo sobre el alféizar.
Después la sube y mira distraída
esa fea calle. Le golpea la sed
y los nudos de la sed le atan.
Vive extenuada en otra orilla. Baja
la persiana. Una doble locura.
no necesita tanto para irse.






FISURA


Recomienda usura con la pausa.
¿Qué es eso? Alargar. Es alargar.


ALGO



Perdí porque nunca supuse
que ganar fuese algo. En ese
lenguaje carcomido significa
tener más corazonadas. El invisible
acertijo de una mueca
tocando el vaso.


II ALEGORÍA DEL TIEMPO



Dice que cualquier día puede morirse
y le da tanto valor al único
acontecimiento definitivo
como desdecha una charla, un viaje, una copa.
¿Por qué desmembra con tanta asiduidad el tiempo?
Sentada sobre la cama se aparta las medias
y tira los zapatos al aire
con un impulso
de sus propios piés. Sonríe.
Ese gesto fugaz
le ha dado la dimensión, perfecta, real
inequívoca. Toma un cigarrillo del paquete
y piensa. No en él. Ni en ella.
Qué absurdo pensar en alguien, en algo.
Su pensamiento va hacia el mar:
una gran superficie azul marino
partida en dos por otra superficie
negra.



AMEDRENTADA POR LA EVIDENCIA




Esa gente tan rara yo no sé
si también muere merendando
o en la cena. No sé si se les cae
la servilleta de papel cuando
lo miran todo sin descubrir
el fondo de las cosas. Pero qué fondo
hay aquí ahora, qué clase
de pirueta juzgo mientras mastica
la comensal del medio. Dice
que se le cae el pelo y que llora
por las canas. Y dice que no sabe
qué es la brevedad.



OTRA


Me gustaría ser un hombre
de fino bigote que toma el autobús,
no tiene heladas las manos.
Un hombre de estatura media
al que no le espera el bar
un hombre que charla
con un conductor de autobús
y le dice: ya he terminando
por hoy se acabó. Alguien
que sienta que por hoy se acabó
no tener manos heladas.
He acabado, le dice al conductor.
Tiene en los labios un deje de ilusión
es como si le esperase en alguna parte
otra cosa, no sé definir qué
clase de cosa puede ser
la que haga que alguien
de estatura mediana y con bigote
diga: he acabado. Me pregunto
qué clase de sensación
debe ser esa. Que haya acabado
y que probablemente haya acabado.
No sé qué puede haber acabado
se le nota en el habla.


LA CUALIDAD DE BRILLAR



Veces que la felicidad supone amalgamas.
Las rarezas salen de la boca, pero por dentro
el discurso original se construye con dialectos.
Palabras de aquí y allá. Los cuerpos
Concha García, en poetas invitados, Ancile.parecen significar con realeza pero tampoco
dicen nada. Dice el no decir,
el silencio que se proyecta en las sombras,
dice algo el anuncio de una cena inmediata,
dice todo que no tengas apetito. Decir.
Dice la velocidad, dicta su discurso una pausa.
Hasta la voluntad de vivir dice algo
de la voluntad de desasirse. Dice: perder.
De pronto una fachada imaginada en pesadillas
se convierte en un sueño. La puerta de madera
golpeada por un siglo de viento. La herradura
alberga óxido. En la parte superior
una tachuela incrustada, es un volumen
que anuló su cualidad de brillar.
Lo que brillaba ayer y lo que brilla mañana
produce un resplandor escalofriante
de bajar escaleras de metro, de bajar
laderas de pueblos, de bajar hasta la ignorada
cascada de letras que dicen sí a todo:
sí al amanecer, sí al anochecer,
sí a un intervalo para deshacer una cama.


79



La ceremonia desgajando la naranja
mientras el huerto no existe
porque lo real tienen pendientes
que masticas,
que al introducírsete
te giran el corazón completamente


80



Lo de ella,
que aturda
las alas de los estorninos
y mienta el campo
un canturreo breve pero no lejano.



(SIN TÍTULO)



Las noches frías son aquí. Solo aquí.
Lo recuerdo porque allí
qué decir de aquello. De allí.
Mi amor. Tu voz no reina así
me asusto de las patrias.
 Tengo miedo. Tengo frío.
Tu voz y todas las cosas
traen navidades comprimidas
de la primera edad.
Bolitas brillantes, un comedor
con catorce comensales atormentados
la mitad tiene hijos. Formamos
una familia de veinte almas,
unas tropiezan con el sofá
donde estoy echada, otras
no te conocen todavía, otras
para qué decirlo. Te invito a una copa.
Quiero otra. ¡Ah¡ ¿Ya cierran? Vamos a otra
casa. Brrr. Brrr.


RESPLANDOR



Atravesando la interminable estepa
con unos guantes, íbamos en un auto
prestado, los agujeros del firmamento
se hacían a un lado. Un sonido
como una fruta que reaparece
en un cajón de la nevera.
Los más de mil muertos
que nos antecedieron antes
de llegar a este lugar ¿dónde
anda tanto espíritu? ¿se traga la tierra
el manojo de ansiedad
con el que dejó la vida
por ejemplo, tu otra alma?



INÉDITO


Concha García, en poetas invitados, Ancile.
Cuando abres los ojos
te detienes ante el detalle
sobre la mesa ovalada
justo en el rincón más oscuro
la sonrisa de la visita
al quitarse las gafas
miras cómo mira
al trasluz sus cristales
y te imaginas
la vida junto a alguien
Giras la cabeza
hacia el ventanuco
donde la rejilla de aire,
te pone la mano encima
el calor del mundo
entra por tu frente
amplia como los campos
sin vallas ni árboles.


                                      Concha García


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Concha García, en poetas invitados, Ancile.


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