martes, 8 de marzo de 2022

VERA RUBIN Y LA MATERIA OSCURA

 Para la sección de Ciencia del blog Ancile traemos un nuevo e interesante  post que lleva por título: Vera Rubin y la materia oscura.


Vera Rubín y la materia oscura, Francisco Acuyo



TRAS recibir la negativa de Princeton para realizar
 los cursos de doctorado por ser mujer
 (¡posición que no cambió en el departamento
 de astronomía hasta 1975!), 
no se habría de amilanar a Vera Rubin.


VERA RUBIN Y LA MATERIA OSCURA

 

 

TRAS recibir la negativa de Princeton para realizar los cursos de doctorado por ser mujer (¡posición que no cambió en el departamento de astronomía hasta 1975!), no se habría de amilanar a Vera Rubin. Cursó el posgrado en Cornell y en Georgetown, y en su senda de perseveración acabaría por abrir camino en el entendimiento del mismo corazón de la materia.

            Observando la periferia de las galaxias lejanas pudieron constatar (Vera Rubin y su colaborador Kent Ford) algo asombroso. Si, como todo parecía indicar, a mayor cantidad de materia en el interior de una galaxia, mayor será el campo gravitatorio que actúa sobre las estrellas de la periferia, y por lo tanto su órbita debía ser de una velocidad más rápida en su trayecto orbital. Era lógico, a tenor de lo expuesto que las estrellas se moverían más despacio a medida que nos alejamos del centro de la galaxia (acaso de la misma manera que los planetas más lejanos de nuestro sistema lo hacen más lentamente alrededor del Sol).

            La perplejidad fue mayúscula cuando Vera y Kent, en sus concienzudos cálculos y meticulosas observaciones se encontraron con algo verdaderamente increíble: ¡las estrellas más alejadas del centro de la galaxia se mueven a la misma velocidad que las que están más cerca del vórtice de la misma! 

            Aquello no podía significar más que una cosa, a saber: en una galaxia debe de existir mucha más materia de la que observamos, y su distribución debe extenderse allende el centro de la misma galaxia.

Vera Rubín y la materia oscura, Francisco Acuyo

            Lo que, inopinadamente, encontraron Vera Rubin y Kent Ford[1], sería nada menos el fenómeno que ponía al borde del límite mismo el modelo estándar de la materia ordinaria (con toda su compleja y exótica taxonomía de diferentes partículas descritas hasta la fecha). Existía más allá del modelo aplicable a la materia ordinaria un mundo abierto de nueva materia invisible que habría de ocupar nada menos que cuatro partes de las cinco que se calcula que conforma el universo. Se encontraron con el núcleo de lo que la cosmología moderna denomina materia oscura.

            Si el bosón de Higgs iba a ser la última pieza del rompecabezas del modelo estándar, no habría ser con mucho el final de la senda para la comprensión y realidad de la materia misma. La materia oscura dará cuenta de que hay todavía mucha física que poner en juego para el entendimiento de aquello que las generaciones han dado por supuesto como incuestionablemente real: la misma materia.

            ¿Sabemos realmente de lo que hablamos cuando decimos materia? ¿Es una partícula remanente (invisible y hasta la fecha indetectable) del universo primigenio la que constituye lo que entendemos como materia oscura actual? La cuestión es que por el momento debemos acudir a la elaboración de partículas virtuales para explicar no solo la nucleosíntesis del universo, sino o la actualidad del mismo, así lo verifica el WIMP, como intento de explicar la realidad y la consistencia, acaso no tanto de la misma materia, como de la idea que tenemos de lo que esta debe ser.

            Indagaremos sobre esta cuestión más adelante, en otras entradas de este blog Ancile.



Francisco Acuyo

           



[1] En los años treinta el astrónomo suizo Fritz Zwicky, en la observación de las galaxias Coma, deducía que debía existir mucha más materia de la observable, así como el astrónomo Jan Oort también infería que el entorno galáctico debería contener mucha más materia que la visible y que parece desaparecida en nuestras observaciones.


Vera Rubín y la materia oscura, Francisco Acuyo

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