Siguiendo con las reflexiones sobre la abstracción y el mundo de los sentidos, traemos un nuevo post para la sección de Pensamiento del blog Ancile, que lleva por título: La imaginatio vera: el símbolo: entre la abstracción y la sustancia.
LA IMAGINATIO VERA. EL SÍMBOLO:
ENTRE LA ABSTRACCIÓN Y LA SUSTANCIA.
Entre las contradicciones más
rechinantes (o chirriante) de algunas de las aproximaciones de la posmodernidad en la justificación al su
rechazo de la abstracción y los procesos netamente racionales, está en su
reconocimiento de la importancia del símbolo. El símbolo, además, reconocido como imaginatio
vera. Exponen la realidad incuestionable, tanto como el de la piedra dura,
del símbolo.
Deducen
que la acción de conocer es esencial para entender la estructura y la dinámica de
la realidad. Por lo que la conciencia es fundamento de lo que sea el mundo, si
es que esta participa en su configuración: cada conciencia forma parte de este
mundo que también es conciencia original, conciencias, en fin, que aspiran a conformar
parte de aquello que no tiene partes porque es infinito. ¿No es resueltamente
abstracta esta apreciación en tanto que se sustenta en la realidad intangible
(y abstracta), invisible de la conciencia?
En
el afán de arremeter y desacreditar a la matemática como vía de entendimiento
vivo, dicen estos pensadores y filósofos posmodernos que los modelos
matemáticos son mecánicos y no pueden establecer patrones orgánicos, vivos y
analógicos. También afirman que la propia causalidad se puede reducir a una
experiencia epistémica, ya que aquella no era un fenómeno físico, sino de
la mente, y por tanto de la memoria y de la percepción. Entonces, ¿cómo es que
la matemática, incluso a priori del experimento demostrativo, es capaz de
describir fenómenos físicos con gran despliegue de detalles formales -matemáticos-?
Así
las cosas, abarcar la matemática y sus diversos modelos matemáticos como mecanicistas
no sólo es un error, también una clara injusticia rayana en la ignorancia del
amplísimo mundo de las matemáticas. Es así que, si existen variables ocultas,
acaso sean porque estar ocultas sea su naturaleza, y la abstracción matemática de
los modelos complejos la herramienta viva que nos ayuda a aproximarnos a
ellos, aunque sea imposible el encuentro frontal y determinado con aquellas variables ocultas que referenciamos.
A
mi juicio, me parece claro que la percepción, no es el único medio otear,
aproximar, entender las relaciones entre la conciencia y el mundo, mucho ha
dicho, dice y tiene que decir la abstracción en todo ello, porque ésta, a tenor
de lo que nos advierte en sus modelos (como el matemático), en modo alguno debe
entenderse como un producto de nuestro interior enfrentado con la exterioridad
del cuerpo, sino como una vía (acaso misteriosamente) entrelazada que expone formalmente que la
conciencia está en el mundo, y la percepción de este ya ubicada en el modelo
matemático.
Por
esto, y no solo desde una óptica de la filosofía de la matemática, la
abstracción, en realidad, no está desvinculada del proceso vital, pues nos invita a
la reflexión sobre el sentido y los significados que aportan en sus indeterminaciones
y conceptos, ya que están abiertos al mundo, así, al menos, concibo yo los procesos de
abstracción y aquellos de determinados modelos matemáticos que pueden considerarse extraordinariamente potentes (sirva
como ejemplo, el proceso lógico matemático llevado a cabo por Gödel en su teorema de la incompletitud)[2].
Indagaremos
en una nueva entrada estas aproximaciones entre la abstracción y sus relaciones
cognitivas con la percepción de lo que entendemos como realidad en virtud de
esta última.
Francisco Acuyo
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