Para la sección, Amistad y poesía, del blog Ancile, traemos un nuevo post dedicado al escritor y poeta Fermín López Costero. También queremos que nos sirva de anuncio para la publicación de un libro homenaje que llevará por título; El fabulador, o palafitos de sueños, editado por Entorno Gráfico Ediciones para la nueva colección Fidelis Memoriae. Sirva esta publicación como un homenaje más al poeta y amigo desaparecido. Ofrecemos una selección de poemas y un microrelato suyo y la recomendación de haceros con la publicación anunciada, lo merece su autor y la preciosa edición que se ha hecho para la ocasión.
FERMIN LÓPEZ COSTERO, HOMENAJE
MEMORIAL DE LAS PIEDRAS
(2009)
(Premio Joaquín Benito de Lucas 2008)
NO ESTÁN
SOLAS
ESTAS
piedras no están solas: tienen a los pájaros, que
les susurran canciones tribales; a
los insectos, que
se posan sobre ellas para
proponerles acertijos; al
sol, que las viste de oro; y a las
inclemencias, que
las desvisten.
En
ocasiones, estas piedras también disfrutan de la curio-
sidad de los visitantes instruidos; y
de la mirada
oblicua de algunas mentes
economicistas, que ate-
soran monedas en el corazón.
Estas
piedras nunca están solas. Por el día les acompaña
la sonrisa ajada de los justicieros:
y por la
noche, la mueca terrible de los que todavía repo-
san en las cunetas.
DE NUEVO
EL FANTASMA
¡OBSÉRVALO!
Tras varios siglos de triste y solitario
penar en aquella abadía remota —en la que sus
huesos se derrumbaron para siempre—, por fin ha
vuelto a su casa, a la cerda donde
transcurrieron los
años más felices de su anterior y
efímera existencia.
Pregúntale
si la sensación es agradable. ¡Volver a acari-
ciar —ahora
con sus manos de niebla—
estos
muros de piedra transparente, de
piedra que duer-
me el sueño justo y confiado de la
arquitectura!
Que te
diga qué siente al recorrer de nuevo los pasadizos
en los que cruzó miradas. Qué percibe
al revisitar
estancias oscuras y prohibidas; al
habitar rincones
insólitos que nadie ha construido
todavía.
ESPEJO DE
PIEDRA
TODA
piedra es un espejo. No hay más que saber mirar.
Yo me miro
en este espejo de granito en el que un cante-
ro medieval grabó la divisa que
justificaba su salario.
Me miro
una y otra vez,
pero no me contemplo.
LA FATALIDAD (2014)
EL JARDÍN
Jardines que eral
el aire
de aquel tiempo
Rafael Alberti
Bordeamos
la casa y nos adentramos
en el
jardín. En él, los estragos del tiempo
aún eran
más evidentes,
y el
paisaje que descubrimos
resultaba
desolador.
Yacían por
tierra las estatuas y las fuentes.
Las
feraces zarzas atosigaban las glicinias,
asfixiando
su delicadeza,
y las
arrobabas madreselvas
preservaban
el eco de los viejos acordes
en la
estructura dolorida del kiosco.
Los
escombros habían obstruido el estanque
en el que
ya no habitaban los peces
ni
chapoteaban —como ángeles heridos—
las aves
acuáticas.
Voces de
dolor anidaban entre las ramas
fatigadas
de los cerezos.
Y una
melodía crepuscular
nos trajo
entonces a la memoria
aquellos
juegos malvados de la infancia.
EL POZO
A veces me
pregunto
si no
sería mejor callarse.
Si no
sería mejor arrojar todo
—el
clavicémbalo, los rollos
de papel
pautado, la tinta,
la
estilográfica, el catalejo
y el
sextante— al fondo del pozo
de las
desdichas.
Dejar
intacto el falso paraíso
y salir
huyendo en dirección al alba.
RESURRECCIÓN
I
Mal
alimentado con las migajas de los recuerdos,
afronto
esta época infame que nos ha tocado vivir.
Ni
siquiera poseo la soledad de las estrellas
para
consolarme.
II
Anoche
creí que una carroza de oro y lapislázuli
venía en
mi rescate;
pero no
era más que una vieja cama de hospital,
blanca y
con la pintura descascarillada.
III
Todavía
hoy, la lluvia persiste en su gozo.
Por las
calles del centro, los poetas, empapados,
portan
sacos de palabras a sus espaldas.
En ellos
recogen el vocabulario
que la
muchedumbre desperdicia.
IV
Ojalá
fuera cierto que a toda muerte
le corresponde una resurrección.
LA COSTUMBRE DE SER LLUVIA (2016)
VIOLINES
EN LLAMAS
Del otro
lado de la colina
nos llega
el sonido de los violines en llamas.
Abramos
nuestros oídos a la lluvia
y
rechacemos esa melodía triste, de ceniza,
que alfombra
nuestros pasos
y evapora el licor de las palabras.
PLEGARIA
Entréganos,
lluvia, los dones de tu líquida mano;
y permite,
durante la noche,
que nos
deslicemos sobre el pavimento humedecido,
al ritmo pausado de nuestra soledad.
LOS
APARECIDOS
Con
frecuencia, pero también cuando menos lo espero, se me aparecen mis padres.
Tras el susto inicial, el miedo va dejando paso a un sentimiento de impotencia
y de rabia, porque, por más empeño que pongo, nunca consigo comunicarme con
ellos. Me gustaría decirles, sobre todo, que los echo mucho de menos, que me
cuesta asumir que aquel desgraciado accidente me haya privado de su compañía.
Luego,
cuando desaparecen, me quedo durante horas muy triste, abrazado a las flores
que amorosamente han depositado sobre mi lápida.
Fermín López Costero
¡Solamente eres mi amiga!
ResponderEliminarpoema de Rafael Mérida Cruz-Lascano
Meridiano alejandrino
Cruzaste mi camino, me formaste feliz
contigo se transforma, de la campiña el verde.
.
Dentro mi corazón, durable cicatriz
se fue constituyendo, cual paño de amistad
¿Si te importuno, hablad? Concibe y poetad
con letras florecidas, tu les das el matiz.
.
No tener compromiso, pacto que yo recuerde,
más, raudo pasa el tiempo como el viento de otoño
caemos como la hoja seca y nada se pierde
si de afecto hay suspiro, rézale a San Antoño
pues juntos asumimos que la amistad enlerde
sentimientos furtivos, no somos matrimoño
soy soñador errante y ya nada me obliga
ya se ha secado el mar ¡Ya solo eres mi amiga!
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz 2009”
Guatemala, C. A.
Enlerde: Retarde